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Economía: ¿qué esperar para la región en 2024?
Sábado, Diciembre 30, 2023 - 09:17
Bogotá

Las altas tasas y la inflación seguirán siendo un problema para Latinoamérica en el año que viene. Pero también confluyen problemas como la productividad, la falta de inversión y hasta la amenaza de un clima adverso, con la aparición del fenómeno de El Niño. Cuatro analistas dieron su visión para los próximos 12 meses en México, Colombia, Perú y Chile.

Desde la pandemia ya nada fue igual en las economías latinoamericanas. La aparición de este cisne negro mundial trastocó formas de trabajar, tecnologías, generó inflación, potenció guerras comerciales y está produciendo un reordenamiento de las cadenas productivas que aun no termina de configurarse.

Bajo este escenario, mes a mes el PIB de varios países latinoamericanos se desaceleró e incluso algunos, como Perú, entraron en recesión.

En líneas generales, las perspectivas para la Latinoamérica son bastante modestas. El último Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2023, de la Comisión Económica de América Latina y el Caribe (Cepal), anticipa esta tendencia y proyecta un crecimiento de 2,2% para este año, mientras que para el próximo estima que la tasa de crecimiento del PIB sea del 1,9%, manteniéndose la dinámica de bajo crecimiento.

“Para 2024, se espera una tasa de crecimiento inferior a la observada en 2023, lo que acentuará la dinámica de desaceleración del crecimiento del PIB y de la creación de empleo. La economía mundial, por su parte, sigue presentando escaso dinamismo en lo que respecta a la tasa de crecimiento del PIB y del comercio. Aunque la inflación ha disminuido a nivel mundial, las tasas de interés de las principales economías desarrolladas no se han reducido, por lo que los costos de financiamiento se han mantenido en niveles elevados todo el año y se espera que continúen así durante los próximos años. [...] Se espera que la economía mundial experimente un crecimiento del 3,0% en 2023 y del 2,9% en 2024, estimaciones que continúan por debajo del promedio histórico del 3,8% observado entre 2000 y 2019”, refiere la Cepal en su último balance.

Para tener un panorama más claro sobre el futuro de algunas economías latinoamericanas el próximo año, AméricaEconomía conversó con economistas y especialistas. A continuación, les presentamos sus perspectivas:

COLOMBIA Y EL RETO DE LA INFLACIÓN

Sin lugar a dudas la protagonista de este 2023 en la economía colombiana fue la inflación que llegó hasta cerca del 14% en los primeros meses del año, una cifra no vista desde hace 40 años, generando incertidumbre en los inversionistas y el incremento de las tasas de interés.

“Este año, la inversión bruta en Colombia va a caer 24%. Nunca habíamos visto ese retroceso, ni siquiera durante la pandemia. Es realmente impresionante el impacto que ha tenido esta generación de incertidumbre. Por otro lado, la tasa de referencia subió de 4,75% a 12,75% en menos de un año y medio. La tasa más alta desde 1999. Pese a ello, Colombia no va a terminar  2023 en una recesión, por suerte. Si ves la cifra de octubre año a año, la economía está decreciendo, pero va a terminar con un crecimiento en 2023 de 1,2%, muy por debajo de lo que venía siendo, pero todavía positivo”, dice Valdemaro Mendoza, cofundador y deputy CEO de la plataforma de inversiones Tyba por Credicorp Capital

Según Mendoza, en 2024 la inflación va a regresar al rango meta, mientras que la tasa de referencia terminará en 8%. “No es una panacea, pero es mejor que estar en (una tasa de)  12,75%. La tasa de desempleo que llegó a estar en 17% durante la pandemia, debería terminar por debajo de 10% en 2024”, comenta. 

En términos de crecimiento económico, el ejecutivo afirma que esto dependerá mucho de si el gobierno logra o no arreglar su problema de ejecución. Y es que la subejecución presupuestal de la administración Petro -que a octubre de este año llegaba a 70%- le está saliendo caro a la economía colombiana. 

“El 35% del PIB del país se explica por el gasto público. Cuando tienes una ejecución de 30 puntos, afecta directamente al crecimiento económico”, anota. “Este es el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia y tenía que aprender a manejar las riendas. De otro lado, la colación que tenía el presidente Petro. que no era fuerte, se desmoronó y perdió mucha de capacidad para aprobar lo que sea en las cámaras”. 

Respecto al petróleo, Mendoza apunta que esta industria no es tan importante para el crecimiento económico, pero sí para el fondeo del Estado. “Durante el 2024 no van a dar nuevos contratos de exploración a las empresas de petróleo, pero eso es algo que no depende del presidente, él no necesita aprobaciones aprobaciones del Congreso para bloquear esas exploraciones. El tema es cómo balancear el gasto público y esa es justamente la disyuntiva. Por proteger el ambiente, obtienes menos dinero del petróleo, pero tú te comprometiste a más ayudas sociales que iban a ser financiadas por el petróleo. Entonces no van a existir, esa es la realidad. ¿Cuál es mi escenario base? No van a permitir más exploraciones y a la vez la reforma laboral que presentó el gobierno no va a pasar”, advierte. 

CHILE: TRAS LA FALLIDA CONSTITUCIÓN, LA PRODUCTIVIDAD

La nación sudamericana se despierta después de un largo proceso constitucional que duró cuatro años, después de que el último 17 de diciembre la ciudadanía rechazara por segunda vez la propuesta para cambiar la Constitución.

“Hay que tomar en cuenta la incertidumbre relacionada con el debate constitucional que influyó en las decisiones de inversión de las empresas. Ha habido un debate respecto de la reforma que impulsa el gobierno, tanto tributaria como previsional, y eso también tiene alguna incidencia en la inversión. Sin embargo, hay algo más estructural y un problema que tiene la economía chilena desde hace mucho tiempo y atraviesa varios gobiernos y es que desde aproximadamente 2007 o 2008, la productividad de la economía chilena viene cayendo aceleradamente y cuando esto sucede la tasa de inversión es muy débil y es inevitable que la economía tenga un bajo desempeño”, explica Enrique Paris, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás

Asimismo, el académico detalla que el problema de la productividad, hay un componente del trabajo relacionado con la calidad del capital humano y la tecnología. “Chile ha sido un país que ha destacado en América Latina. Desde mediados de los 80  abrió su economía y fue incorporando distintas áreas productivas a la exportación. Somos campeones mundiales exportando salmón, frutas, verduras, madera, exportamos de todo. Sin embargo, desde hace muchos años el volumen de esa exportación está estancado porque no estamos siendo más productivos. Es decir, con los mismos recursos con los cuales producimos 100 antes, seguimos produciendo 100. No estamos produciendo 105 y es ahí donde aparece la productividad que es todo aquello que no se explica por el hecho de poner más capital o trabajo. Hay un momento en que no sacas nada con meterle a una fábrica 20 máquinas más. Va a producir un poco más, pero puede que no cambie”, opina. 

Los retos de una de las economías más dinámicas de la región no son menores. De cara a 2024, se habla de un crecimiento del PIB en torno al 2%, una cifra favorable tomando en cuenta que este 2023 habría cerrado con un incremento prácticamente nulo (0,1%), según Cepal. En cuanto a la inflación, Paris señala que esta debería situarse en el rango meta de 3% a finales del próximo año.

“Es una economía que tiene que resolver problemas. Espero que el pacto fiscal pueda avanzar con un aumento que -al parecer- va a ser alto o moderado de la carga fiscal del país. No hay acuerdo político para una reforma tributaria profunda, pero con un aumento de la carga tributaria se podrá financiar bienes públicos y reformas sociales y, sobre todo, un conjunto de iniciativas pactadas para estimular el crecimiento y, particularmente, lo que se han llamado los permisos que habilitan la inversión para la economía chilena. 

En este último punto el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Santo Tomás se refiere a la permisología,  otra amenaza que a través de largos procesos burocráticos desaniman a potenciales inversionistas y que viene restando competitividad a Chile. 

“No me gusta lo de la permisología porque tiene una carga negativa. Los permisos son muy importantes porque hay que regular cómo se hace la inversión. No obstante, objetivamente se ha mostrado en muchos proyectos de inversión, por ejemplo, en grandes proyectos inmobiliarios, que pasan años en los que inversionistas están enredados en permisos que demoran esa inversión y que tienen un efecto sobre el potencial de crecimiento”, reconoce Paris.

En esa línea el sector de construcción ha sido uno de los más castigados, con cerca de 70 empresas constructora quebradas este 2023. Según el último informe del Índice de Actividad de la Construcción Regional (INACOR), hubo una caída anual del -9,3%, impactando de forma directa a la industria manufacturera, que provee de materiales e insumos a las obras. 

“Si en 2025 se ha logrado avanzar en eso (permisología) y destrabar parte de estos obstáculos, podríamos estar hablando de un crecimiento un poco más alto, pero sobre todo con una posibilidad de que el potencial de crecimiento de la economía sea mayor que el que tenemos hoy en día”, expresa Paris.

PERÚ Y LA BATALLA CONTRA LA RECESIÓN

El Banco Central de Reserva (BCR) de Perú ya confirmó que 2023 será un año de caída del PIB, con una contracción de 0,5%. Y es que este año, el país latinoamericano gobernado por Dina Boluarte no la ha tenido fácil. Ya desde finales de 2022 se anticipaba un primer trimestre complicado debido a los conflictos sociales y a las lluvias e inundaciones producidas por el Niño Costero que impactaron en el magro desempeño de la economía peruana en el primer semestre.

“Lamentablemente en la segunda mitad del año no hemos tenido un gobierno suficientemente técnico y fuerte como para aplicar las medidas económicas necesarias para sacarnos de la recesión, lo que se ve reflejado en proyecciones cada vez menores de crecimiento de la economía peruana para  2023 por parte de organismos internacionales y de centros de investigación”, dice el economista y autor del libro Marginal, economía peruana para no economistas, Hans Rothgiesser.

De otro lado, de acuerdo con Rothgiesser, la inversión privada aún no despega debido a que el gobierno no se define y no aborda los temas importantes que el sector privado está reclamando. “Tampoco exhibe las garantías necesarias para mayores inversiones.  Hace poco vimos cómo unos delincuentes armados se metieron a una operación minera de oro y las fuerzas del orden reaccionaron con retraso. Además, hay que considerar que la economía mundial se está recuperando más lentamente de lo que se planeaba y los precios internacionales de los metales muy posiblemente sigan a la baja”, dice.  

Por lo pronto, el principal reto a afrontar es la falta de confianza entre el empresariado peruanos. “El potencial sigue estando ahí: los recursos naturales, el capital humano, etc.  El problema es que desde inicios de 2021 las expectativas de los empresarios en la economía peruana son negativas. El Banco Central de Reserva mide esto todos los meses. (...) El problema es que el actual gobierno no inspira confianza. El ministro de Economía no convence. Algunos hablan de sacarlo. No obstante, no hay con quién reemplazarlo”, señala Hans Rothgiesser.

Por lo pronto, el fenómeno El Niño continúa siendo una de las principales amenazas para el crecimiento del PIB en el primer tramo de 2024. Recientemente, el ministro de Economía, Alex Contreras, anunció la aprobación de un presupuesto de 7.000 soles (más de US$ 1.860 millones) para adoptar las medidas necesarias y acciones de prevención frente a este fenómeno.

Por su lado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido sobre las importantes repercusiones de El Niño en el crecimiento económico de este país, ya sea por las inundaciones (en el norte), como por las sequías (en el sur). Unos de los riesgos que más preocupan al fondo son las posibles presiones inflacionarias. "A medida que la inflación disminuye y el crecimiento se desacelera, se requerirá que las autoridades ajusten con precaución las políticas monetarias", dijo en octubre pasado.

Otro pendiente en la agenda del país es la delincuencia y la violencia que se han convertido en la principal fuente de preocupación del ciudadano de a pie, pero también del empresariado. “Para las empresas peruanas esto implica mayor incertidumbre y mayores costos de operación ya que se ven en la obligación de usar recursos que podrían invertir en algo más (tecnología, subir sueldos, etc.) para mejorar la seguridad de operación. Esto dificulta un poco más aún la recuperación”, dice el economista peruano.

En materia económica el gobierno de Dina Boluarte se ha caracterizado por ser “tibio”. “Ha anunciado grandes cifras en obras de inversión pública y en programas de empleo temporal, que son parte de una estrategia algo anticuada de impulso a la demanda agregada. Una estrategia bastante popular en los ministros de economía peruanos de las últimas décadas. Se está desaprovechando usar esta recesión para sacar adelante grandes reformas pendientes o para desmontar las barreras a la inversión que nos dejaron gobiernos anteriores, en particular en el sector minería”, acota Rothgiesser. 

MÉXICO: EL NEARSHORING MANDA

A diferencia de sus pares latinoamericano, México (junto a Brasil) fueron la excepción a la regla y ha tenido una buena performance económica este 2023. Es así que Cepal incluye a México en el grupo de las grandes economías que más crecerían este año con una expansión del PIB de 3,6%.

De cara a 2024, el país norteamericano enfrenta las próximas elecciones presidenciales. “El ciclo electoral es algo que ya observamos de forma rutinaria cada seis años. En la última etapa se ejerce un gasto mayor, evidentemente por un tema político, pero definitivamente esto ayuda al crecimiento económico y a su desempeño. A pesar de todos los pronósticos negativos que se tenían hace un año o a inicios de este 2023, la economía americana ha tenido también un desempeño excelente y siendo el principal socio comercial de México, siempre va a tener un efecto positivo en lo que va a pasar”, dice  Alejandro H. Garza Salazar, socio fundador y director de AZTLAN Equity Management

Y es que en los últimos años, la economía mexicana y estadounidense han estado bastante acopladas, sobre todo en el campo del comercio exterior. “México ha tenido una aceleración muy importante en su comercio con Estados Unidos, al grado de que en 2022, por primera vez supera a China como el primer socio comercial de Estados Unidos en los últimos 20 años. Esta expansión se mantiene en la relación comercial bilateral México-Estados Unidos y ha sido un impulso a la economía mexicana y demuestra que cada vez más se ve esta sincronía entre ambas economías”, anota Garza.

No obstante, existen temas por tratar como los de seguridad nacional, migración. “En la medida que México tiene un mejor desempeño económico, tiene más empleo, más formalidad hay también más desarrollo de estas actividades ilícitas que no benefician a nadie como es el caso del tráfico de personas y de drogas”, sostiene Garza. 

Este año, el nearshoring ha jugado un papel importante en la evolución de la economía mexicana e incluso la Secretaría de Economía de México argumenta que este efecto es lo que ha ayudado a que en Estados Unidos no se diera la famosa recesión que todo el mundo esperaba. 

Para Garza, en 2024 el buen desempeño continuará. “Seguimos viendo que el nearshoring  va a seguir siendo un factor del aumento en inversión extranjera en cuanto a instalación de capacidad industrial y productiva. Vemos que va a ejercerse este gasto por el tema de las elecciones presidenciales de 2024 y creemos que va a ser un año récord. Si bien es muy difícil que la economía mexicana en el muy corto plazo salga de este subdesempeño en cuanto al crecimiento del PIB comparado con las otras economías de Latinoamérica, creo que va a ser un año en donde vamos a continuar esa tendencia positiva para seguir cerrando esa brecha” dice el ejecutivo de la firma de inversiones.

Autores

Gwendolyn Ledger y Natalia Vera