Colombia ha empezado a ocupar espacios en proveer frutas a Corea del Sur y Perú en alimentos no tradicionales en Japón.
Ecuador observa a Asia con importantes expectativas en el crecimiento de su comercio exterior, más aún con la vigencia del acuerdo comercial con China que entró en rigor desde mayo. Según la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei), Ecuador ha establecido relaciones comerciales con 42 de los 51 países de ese continente.
China se ha consolidado como el principal destino de las exportaciones ecuatorianas, con US$ 5.200 millones en el último año, lo que equivale al 63% del total exportado al continente asiático. Corea del Sur y Japón le siguen, con exportaciones de US$ 725 millones y US$ 628 millones, respectivamente, representando este último el 7% del total.
Xavier Rosero, vicepresidente ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), explica que en la práctica lo que ha ocurrido con Asia es que se ha convertido en una buena plataforma de inserción y exposición para los productos tradicionales que son muy intensivos en volumen, particularmente impulsados por China, porque la capacidad de consumo con su número de habitantes y el ingreso disponible de su creciente clase media ha dado la posibilidad a productos, como el camarón, de posicionarse en ese mercado.
De enero a junio pasado, según cifras de Fedexpor, Ecuador exportó a China camarón por US$ 1.631 millones, aunque en 2024 no ha sido un buen año por la contracción de la economía del gigante asiático que ha significado que el crustáceo facture el 27% menos que en el mismo periodos de 2023 y exporte 12% menos en volumen.
Sin embargo, las expectativas del sector exportador, según Rosero, es que la marca país -que ha ido posicionando el camarón y ya en una buena medida el banano- se pueda seguir expandiendo con los cronogramas de desgravación que están previstos en el acuerdo comercial para que productos que son intensivos en volumen puedan entrar en un mercado muy demandante de volúmenes de productos.
Mientras, en destinos como Corea del Sur y Japón, analiza que más que el volumen priman específicamente los nichos de mercado debido a los altos estándares de calidad que son comunes en Asia, pero en esos países lo son más. “Se valoran otros tipos de cosas que pueden hacer que otros productos de la oferta alimenticia, pero no tradicional, puedan seguirse posicionando”, sostiene el vicepresidente ejecutivo de Fedexpor.
Agrega que en el caso de Corea del Sur las posibilidades de expansión para frutas como el banano son importantes, al explicar que hay aranceles para la oferta alimentaria que superan el 20%.
Los aranceles “son bastante elevados en Corea y Japón, creo que eso va a permitir, en el caso de Corea del Sur, competir en igualdad de condiciones con Colombia que ha empezado a ocupar espacios estelares en la proveeduría de frutas como el banano y en el caso de Perú en alimentos no tradicionales, que tienen un acuerdo comercial con Japón que nosotros no tenemos y que ellos sí lo están aprovechando”, dice Rosero.
Justo, el banano ha experimentado cómo es exportar sin aranceles a ese destino en este año, y ha mostrado inéditos crecimientos del 271%. Ecuador exportó 2,2 millones de cajas de la fruta a Corea del Sur, cuando en el mismo periodo del año pasado solo exportó 600.000 cajas. Esto, debido a la eliminación temporal de los aranceles a 28 frutas y vegetales, entre los que está el banano, como una medida del Gobierno de ese país para enfrentar la inflación. Según cifras de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano del Ecuador (Acorbanec), en el primer semestre de 2024.
¿China llegará a superar a EE. UU. y Europa como destino de exportaciones?
Para el sector exportador la perspectiva puesta en Asia no es que llegue a desplazar o reemplazar a otros mercados como el de la Unión Europea y Estados Unidos, sino que complemente el esfuerzo de diversificación de mercados, señala Rosero.
Explica que, por ejemplo, los productos que van a la Unión Europea tienen otro rango distintivo u otro tipo de presentación o de certificaciones que son más valoradas de lo que pueda ocurrir en mercados como el asiático y chino específicamente. En el caso de Estados Unidos el nivel de involucramiento de las empresas y el número de productos está tan diversificado que una de cada dos empresas exportadoras tiene como destino Estados Unidos.
“Entonces ese proceso de diversificación no tiene que ser reemplazado sino más bien expandido con lo que se pueda alcanzar en el mercado asiático. Nuestra perspectiva es que las escalas de los productos tradicionales se puedan ampliar y para que los productos que están en un mercado nicho puedan empezar a posicionarse y encontrar mejores alternativas en el mercado asiático”, expresa Rosero.
¿Cuáles son los desafíos?
Según Rosero, el desafío es que Ecuador debe llegar a una segunda etapa, el aprovechamiento del acuerdo comercial. La primera fue concretar el acuerdo y es positivo porque el tratado ha dado señal de previsibilidad a los compradores chinos y en Corea del Sur ya existe esa expectativa y hay contactos que se han empezado a tomar preliminarmente de compradores de ambos mercados.
Sin embargo, aclara que lo importante para poder aprovechar el acuerdo es adecuar la infraestructura logística del comercio exterior. Eso significa aprovechar el posicionamiento geoestratégico que tienen las terminales portuarias en el puerto de Guayaquil y acompañarlos de una modernización del sistema de facilitación del comercio para que la carga de exportación y las importaciones se movilicen más ágilmente.
Para Felipe Ribadeneira, presidente de Fedexpor, hoy son varios los problemas que han caracterizado la logística de carga del comercio internacional del Ecuador que se han acentuado desde el inicio de la pospandemia.
Entre las problemáticas más recurrentes, se evidencian la falta y desbalance de contenedores de carga refrigerada y carga seca, infraestructura de acceso a los distintos terminales portuarios. Hay necesidad de modernizar el sistema de control aduanero que facilite los procesos y simplifique los tiempos y trámites que la empresa exportadora debe cumplir para poder embarcar la carga.
“Mientras en Ecuador aún intentamos marcar un punto de partida en el abordaje de estos problemas, Perú está próximo a iniciar operaciones del puerto de Chancay que se prevé tenga la mayor conectividad de carga con China en la región. Esto ampliará aún más la brecha de rezago logístico que mantenemos con socios competidores”, asegura Ribadeneira.
Para tratar estas oportunidades y desafíos, Corpei organiza el próximo 12 de septiembre el “Doing Business: Ecuador-Asia”, en Guayaquil, en donde estará el vicealmirante Carlos Tejada, gerente general adjunto de Cosco Shipping Ports Chancay Perú, quien abordará la importancia del megapuerto de Chancay, el primer hub logístico chino para la vertiente pacífica de Latinoamérica.
Además, expertos en comercio exterior y relaciones internacionales analizarán las oportunidades de negocio con el mercado asiático. Se abordarán temas como los impactos del acuerdo comercial con China y estrategias comerciales y culturales para conectar con Japón, Corea del Sur y Singapur.
“Doing Business: Ecuador - Asia 2024 encontrará experiencias exitosas comerciales, conocimientos amplios sobre los diferentes temas de comercio con China, y además aspectos que nos permitan ampliar esta negociación hacia otros países vecinos de China como, por ejemplo: Corea, Japón, Singapur”, indica Eduardo Egas, presidente ejecutivo de Corpei.