La presidenta de la CCS teme que la economía chilena se someta a un sobreajuste, debido a la normalización de los índices de inflación.
La Cámara de Comercio de Santiago (CCS) manifestó su preocupación por la decisión adoptada el lunes por el Consejo del Banco Central de Chile, en orden a mantener en sus niveles máximos de casi 25 años la tasa de interés de política monetaria, actualmente en 11,25%, pese a la favorable trayectoria de la inflación, que completó 9 meses en desaceleración, pasando de variaciones anuales superiores al 14% a menos de 9% en mayo.
Las expectativas inflacionarias del mercado a 24 meses, además, desde marzo pasado se han vuelto a alinear con el objetivo monetario del 3%, luego de 18 meses de desacople, lo que entrega una señal clara sobre la confianza en la
normalización de los precios. De acuerdo a María Teresa Vial, Presidenta de la CCS, esta decisión “no sorprende al mercado, pero nos preocupa. Hoy mismo el Banco Central informó las ventas nominales del comercio en mayo, y nuestra estimación real indica que experimentaron su mayor caída en lo que va del año, un 18%, lo que indica que el
proceso recesivo en que se encuentra la economía continúa profundizándose”.
“Tememos que la economía esté siendo sometida a un sobreajuste, cuando la inflación ha respondido a su necesaria normalización. Vemos una disminución en la calidad de vida de los consumidores, pero también cierres de emprendimientos que no han podido enfrentar una coyuntura compleja, que se prolonga por la excesiva duración de una política monetaria sorprendentemente contractiva”. La líder gremial también recordó los recientes llamados que ha realizado la Cámara en este sentido, alertada por diversos síntomas de sobreajuste tanto en la demanda interna como en indicadores de producción, inventarios y empleo, y manifestó su preocupación por que esta situación abra espacio para iniciativas como un nuevo retiro de fondos de pensiones, lo que haría peligrar todo lo avanzado en materia de control inflacionario.
El Banco Central de Chile acordó el unes en votación dividida mantener la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 11,25%, mientras la inflación subyacente cae lento en el país sudamericano y las perspectivas de crecimiento mundial siguen débiles, informó la entidad. El ente regulador monetario señaló en un comunicado emitido esta jornada que la inflación mundial "ha seguido descendiendo, pero la inflación subyacente lo ha hecho de forma más lenta".
Proyecciones limitadas
El organismo argumentó que, pese a los mejores datos de actividad global en el primer trimestre, "las perspectivas de crecimiento mundial para este y el próximo año se mantienen débiles". En el plano externo, señaló que las condiciones financieras se mantendrán estrechas, en tanto, la incertidumbre permanecerá elevada y se anticipa una política monetaria más restrictiva en las principales economías, ante el desafío de reducir la inflación.
El Banco Central destacó en esa línea los movimientos mixtos registrados en los mercados financieros globales, con tasas de interés a largo plazo que han mostrado aumentos acotados en los países desarrollados, en contraste a las bajas observadas en los emergentes. Agregó, en tal contexto, que los mercados bursátiles cotizaron al alza el último periodo, mientras que los precios de las materias primas evolucionaron de forma heterogénea.
De acuerdo con las cifras divulgadas por el Banco Central, el precio del cobre, principal producto de exportación chileno, ha mostrado vaivenes y se ubica en torno a US$ 3,8 la libra. Por su parte, a nivel local, los movimientos del mercado financiero han estado alineados con expectativas de que la política monetaria irá reduciendo su nivel de restrictividad. La entidad resaltó que las tasas de corto plazo han caído de forma importante, con un descenso mucho más acotado para las tasas de largo plazo, así como el crédito bancario.
Con todo, la actividad del primer trimestre da cuenta de una evolución acorde a lo esperado, pese al "peor resultado" de la minería, por el lado de la oferta. En tanto, por el lado del gasto, la principal diferencia se concentró en el consumo privado, con una importante caída de su componente durable, principalmente importado.
En cuanto al empleo, el mercado laboral ha mostrado un menor dinamismo, y alcanzó una tasa de 8,7% en el trimestre móvil terminado en abril, en un escenario de "pesimismo" sobre la economía de empresas y hogares. Por las razones mencionadas, el Banco Central del país sudamericano resolvió hoy mantener la TPM "contractiva" en 11,25%, cifra adoptada en diciembre pasado tras once alzas consecutivas. La decisión fue aceptada con tres votos a favor y dos en contra. Esta acción "ha contribuido de forma relevante a la baja de la inflación", situada en 8,7% anual en mayo pasado, "Si bien los riesgos en torno a esta persisten, se han ido equilibrando", detalló el ente regulador.
De mantenerse esta tendencia, añadió el Banco Central, la TPM "iniciará un proceso de reducción en el corto plazo", cuya magnitud y temporalidad responderá a la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias. La TPM es una herramienta empleada para detener los niveles de inflación al recortar el estímulo monetario y su elevación significa que en el país será más caro endeudarse.
Por otro lado, Nenad Dinic, analista de ingresos de Julius Baer, resaltó que si bien no se han dado avances significativos con la reforma de pensiones o los planes de nacionalización del litio, el banco suizo seguirá de cerca la reforma fiscal revisada del gobierno de Gabriel Boric en las semanas siguientes. Como consecuencia del rechazo de un proyecto de ley que impulsaba ingresos fiscales adicionales del 3,6% del PIB en marzo de 2023.