El aumento generalizado de la factura alimentaria está directamente relacionado con la guerra en Ucrania, aunque el primer incremento importante de esta ola de aumento de precios se produjo con la recuperación económica tras la pandemia de Covid-19.
La factura mundial de importación de alimentos se elevará este año a 1.94 billones de dólares, un alza de 10% respecto al 2021, debido al aumento de los precios, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés).
La facturación de las importaciones de insumos agrícolas y en particular de fertilizantes aumentaría 48%, añadió la FAO, quien teme consecuencias dramáticas para los países más vulnerables que sufren de inseguridad alimentaria.
En su informe semestral sobre perspectivas alimentarias, la agencia de la ONU advierte que los países importadores pobres pagarán más y obtendrán menos.
La mayor parte del aumento de la factura se debe a los países de renta alta, quienes aumentarán los volúmenes comprados por muy altos que estén los precios.
En cambio, los países más vulnerables desembolsaron una suma similar a la del año pasado para comprar alimentos, pero con una disminución de 10% en volumen.
África subsahariana, que sufre de desnutrición, gastará US$ 4.800 millones adicionales para sus importaciones alimentarias, a pesar de que los volúmenes importados serán más bajos.
El aumento generalizado de la factura alimentaria está directamente relacionado con la guerra en Ucrania, aunque el primer incremento importante de esta ola de aumento de precios se produjo con la recuperación económica tras la pandemia de Covid-19.
El conflicto se desencadenó a finales de febrero con la invasión de Rusia a Ucrania, dos superpotencias agrícolas que son responsables de 30% del comercio mundial de trigo y de 78% de las exportaciones de aceite de girasol.
En los países importadores, el alza de los precios se ve agravada por la depreciación de sus monedas frente al dólar, principal divisa en los mercados internacionales.
Los importadores tienen dificultades para financiar el aumento de los precios internacionales, lo que puede anunciar el fin de su resistencia al alza de los precios en todo el mundo”, señaló la organización.
Esto conducirá inevitablemente a una menor productividad, menos disponibilidad de alimentos a nivel nacional y a repercusiones negativas para la producción agrícola mundial y la seguridad alimentaria para el próximo año, según el informe.