Supone el nivel más alto para un periodo similar desde 1990; para este 2024 se espera que represente 14% del presupuesto aprobado.
El costo financiero de la deuda se ubicó, a agosto pasado, en su mayor nivel del que se tiene registro, pese a que el gobierno mexicano destinó menores recursos de lo programado, de acuerdo con la información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público del país azteca (SHCP).
Entre enero y agosto de este año, el costo financiero de la deuda fue de 722.746 millones de pesos (US$ 37.468 millones), lo que representó un crecimiento anual de 40% y un costo, promedio mensual, de 90.340 millones de pesos (US$ 4.683 millones). Esto supone el nivel más alto para un periodo similar desde 1990, año en empezó el registro.
Este nivel se da a pesar de que en el periodo, el informe de Hacienda mostró que se gastaron 46.067 millones de pesos (US$ 2.388 millones) menos de lo programado.
“El costo financiero registró un aumento de 4% real anual durante enero-agosto, en un contexto de condiciones financieras restrictivas; con respecto al programa, se ubicó 46.000 millones de pesos (US$ 2.384 millones) por debajo de lo previsto”, señaló la dependencia a cargo de Rogelio Ramírez de la O.
Jorge Cano, investigador de la organización México Evalúa, explicó que el que se destinara menos de lo previsto se debió a que la Secretaría de Hacienda, en los últimos años, ha tendido a sobre estimar el costo financiero de la deuda, por lo que se tiende a desembolsar menos de lo calculado.
“Además, no deja de aumentar el costo de la deuda: el costo financiero ascendió a 722.700 millones de pesos (US$ 37.466 millones) en agosto: el mayor nivel desde 1990 y un aumento real de 4,0% frente al año anterior. Esto se debió al pago de intereses en moneda mexicana aumentó 9,3% en términos reales”, explicó.
Los datos de Hacienda mostraron que el si bien el costo financiero en moneda externa disminuyó 9% anual en el periodo (se ejercieron 181.619 millones de pesos o US$ 9.415 millones), el pago en moneda interna fue de 541.127 millones de pesos (US$ 28.053 millones), 9,3% más.
El costo financiero de la deuda se refiere a los pagos que debe hacer el gobierno mexicano de intereses, comisiones y otros gastos derivados del uso de créditos constitutivos de deuda pública; así como las erogaciones correspondientes al saneamiento financiero y de apoyo a ahorradores y deudores de la banca.
PRESIÓN PARA LAS FINANZAS
El costo financiero de la deuda es una de las grandes presiones para las finanzas públicas que, año tras año, absorbe mayores recursos del erario, reduciendo el espacio fiscal disponible.
En los últimos años, ante los elevados niveles de inflación, los bancos centrales del mundo, incluido el Banco de México (Banxico), elevaron sus tasas de interés, disparando el servicio de la deuda y presionando, aún más, las finanzas públicas.
Si bien las tasas este año han empezado a disminuir, se mantienen en niveles altos.
Para el siguiente año, de acuerdo con los Pre Criterios Generales de Política Económica 2025, el costo financiero será de 1 billón 230.256 millones de pesos (US$ 63.779 millones), 6,3% menor a lo aprobado para este año ante menores tasas de interés.
Si bien se espera una reducción, el costo financiero absorberá un poco más del gasto público que este año. Para este año se espera que represente 14% del presupuesto aprobado, para el siguiente aumentaría a 14,2 por ciento.
El incremento constante del costo financiero, agregó el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), debe venir acompañado de la implementación de medidas para estabilizar las finanzas públicas, así como asegurar el crecimiento económico sostenible.
Recordó que si bien el siguiente año habrá una menor presión, por la disminución de las tasas de interés - que reducirán a su vez los recursos que se destinan al pago de la deuda – esto no será suficiente para que el déficit baje de 5,9 a 3,0% del PIB.
AHORROS AL FEIP
A partir de este año los “ahorros” que se generen en el costo financiero de la deuda mexicana podrán nutrir al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), una especie de “guardadito” que el gobierno puede usar en caso de eventualidades que afecten los ingresos públicos.
De esta manera, si al cierre de 2024 se presenta un subejercicio en el costo financiero, estos recursos se deberán destinar al FEIP, el cual fue casi utilizado en su totalidad en 2020 ante la crisis por el Covid-19.
Al corte de junio de este año, este fondo suma 49.304 millones de pesos (US$ 2.556 millones), que si bien es un incremento de 23% en comparación con junio del año pasado, es 87% menor a los recursos que se reportaron durante el primer semestre del 2019.
Previo a la reforma que entró en vigor este año, - para nutrir al FEIP con los ahorros que resulten del gasto en el costo financiero así como de activos financieros - el CIEP alertó que tomaría 17 años al fondo alcanzar los niveles del 2018.
“Con escasas reservas y con bajas aportaciones, las finanzas públicas se mantienen vulnerables ante posibles eventualidades económicas y fiscales”, indicó en un análisis.