De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), al llegar la pandemia la clase media se redujo de 53,4 millones de personas que había en 2018 a 47,2 millones en 2020, mientras que la clase alta pasó de 1,8 millones a 1 millón.
El empobrecimiento que experimentó la población mexicana tras la pandemia y el cierre de actividades económicas resultó en la reducción de la clase media y la clase alta de México. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) alcanzó a documentar el primer latigazo del confinamiento en la situación económica de las familias mexicanas en el mismo año de la pandemia, pues entre agosto y noviembre del 2020 levantó la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH 2020).
Tal como lo cuenta el director general adjunto de datos económicos del Inegi, Gerardo Leyva, la clase media se redujo de 53,4 millones de personas que había en 2018 a 47,2 millones de personas en 2020. Esto significa que unas seis millones de personas salieron de este segmento porque se empobrecieron, pese a que la población siguió creciendo.
La pandemia rompió el proceso de ganancia de terreno de la clase media que se presentó entre 2010 y 2018, pues estaban convirtiéndose en el grupo principal de la población en el país, particularmente en el ámbito urbano, explicó.
El funcionario precisó que en dicho periodo se presentó un “proceso de clasemediación, pues la proporción de hogares en este segmento pasó de 39,2% de la población total en 2010 a 42,7% en 2018”.
Cuando llegó la pandemia, esta proporción de las familias en clase media bajó a 37,2%, pues se redujo la capacidad adquisitiva de las personas, al cerrarse muchas actividades económicas como servicios y comercio.
CAYERON EN LA POBREZA DESDE CLASE ALTA Y MEDIA
De acuerdo con información del Inegi, en cifras absolutas, en 2018 había 53,4 millones de personas en la clase media, una cantidad que se redujo a 47,2 millones en 2020.
El experto explicó que este empobrecimiento de la clase media también se presentó en la clase alta, integrada por profesionistas independientes como médicos, abogados, arquitectos que tenían sus consultorios y despachos, cuya clientela dejó de requerir sus servicios en la emergencia sanitaria.
Esta reducción de la clase media y de la clase alta, es lo que incrementó en 8,7 millones de personas a la clase baja, que pasó de 69,8 millones de personas en 2018 a 78,5 millones en 2020.
De acuerdo con Leyva, se esperaría que con “la modesta recuperación” que se ha observado desde 2020, la clase baja perdiera terreno a favor de la clase media. Cabe recordar que la economía mexicana recuperó el nivel pre pandemia en el tercer trimestre de 2022, tal como lo han explicado analistas.
Al poner en un contexto más amplio al registro del PIB en el primer trimestre del año, se puede ver que se hilaron seis trimestres consecutivos de avance, que iniciaron en el último cuarto de 2021.
De hecho el pico de la actividad económica de este lapso de seis trimestres se presentó entre enero y marzo de 2022, cuando el PIB alcanzó un crecimiento de 1,2%, respecto del último trimestre de 2021.
El experto del Inegi destacó que esta expectativa de recuperación de la clase media será confirmada una vez que se procesen los datos de la ENIGH 2022, levantada entre agosto y noviembre del año pasado.
GASTO, EJE DE CLASIFICACIÓN
La desmovilización de las personas generó un desbalance en su situación económica, pues de repente se vieron sin sus fuentes regulares de ingreso ya que no tenían la posibilidad de ejercer su actividad económica, subrayó Leyva. Se refiere, por ejemplo, a los trabajadores de restaurantes, hoteles, cines y teatros.
El Inegi no tiene como tal una definición de los segmentos económicos de la población; pero a partir de información documentada en la ENIGH 2020, realizaron un estudio para cuantificar a la clase media.
Prefirieron tomar el gasto para identificar los segmentos económicos, a partir de la premisa del auditor que dice que el ingreso suele presentar sub declaraciones en las encuestas mientras el gasto permite determinar la capacidad económica de los hogares.
Luego de hacer el levantamiento, identificaron los grupos de hogares y las brechas de gasto entre ellos. Ubicaron a los hogares entre 10 percentiles de ingreso y separaron a los que orbitaban alrededor de la mediana del ingreso.
LA FOTO DE LA CLASE MEDIA
De acuerdo con el Inegi, los gastos que identifican a las familias en la clase media son los relacionados con telefonía e Internet; educación, cultura y recreación (salidas al cine, a teatro); servicios del hogar (limpieza); cuidados personales (estética, gimnasio); luz y agua; conservación de la vivienda; pago de Tenencia; consulta médica externa y privada; tarjeta (s) de crédito; gasto en Predial y consumo de carne de ganado mayor, de carne de pollo así como consumo de alimentos y bebidas fuera del hogar.
El promedio mensual de ingreso del hogar de clase media es de 22.297 pesos (US$ 1.289) contra 11.343 (US$ 656) que caracteriza a la clase baja y 77.975 pesos (US$ 4.509) que ingresa la clase alta.
Según los datos del Inegi, en lo que más gastan las familias de clase media es en educación, cultura y recreación, seguido de alimentos, bebidas y tabaco fuera del hogar así como en el pago de la gasolina. De los hogares de clase media, 41,7% cuenta con una tarjeta de crédito; 55,3% tiene TV de paga; 31,5% de las familias lleva a sus hijos a una escuela privada y 61,6% tiene un automóvil.
El 20,4% de los hogares clasemediero tiene servicio doméstico y 74% tiene Internet en su hogar.
RECUPERACIÓN MÁS RÁPIDA
El experto del Inegi considera que la clase alta también es la que más rápido consiguió recuperarse por la serie de habilidades educativas que tiene y las herramientas financieras que tenía contratadas.
Sin embargo, tal como con la clase media, será hasta que procesen los resultados de la ENIGH 2022 cuando tendrán los datos más precisos a lo que sucedió tras la pandemia.
Esta expectativa parece confirmada con la historia del doctor Pérez, que al mudarse a Tijuana, consiguió levantar su consultorio con el flujo de pacientes que también comenzaron a cruzarse de Estados Unidos y completó la migración de su familia.
Según la información del Inegi, 41,8% de las personas que están en la clase alta, trabajan en corporaciones, compañías o empresas privadas; 22,7% trabaja en el gobierno; solo 7,9% trabaja en un negocio independiente, personal o familiar y 4% en instituciones no administradas por el gobierno.
FOCO A LA CDMX
El especialista recordó que ante la heterogeneidad que caracteriza al país, no debe sorprender que la proporción de familias en clase media difiera entre las entidades. De hecho, es en la Ciudad de México donde hay más presencia de clase media, correspondiente a 58,9% del total, contra 19,5% de las familias de Chiapas.
Leyva aclara que la edad promedio de los hogares de clase media es de 35,9 años, mientras la de familias de clase alta, es de 40 años y la de clase baja es de 31,4 años.
De las personas en la clase media, 47,3% está casado y 51,2% de los hogares de este segmento económico tiene al menos un adulto con mínimo un año de educación superior. Además, 55,9% de los hogares son asalariados formales y el 43,2% de las familias son directores, mando o jefe.
Si vemos la tendencia del 2010 a 2018 veníamos con un proceso de clasemediación donde estaba volviéndose el grupo principal de la población en el país en el ámbito urbano sin ser mayoritaria aún, pues en 2010 era claramente mayoritaria la clase baja. Pero la pandemia contribuyó a engrosar el segmento de la clase baja.
LOS ULTRARICOS
El Inegi no tiene como tal una definición de los segmentos económicos de la población; pero a partir de información documentada en la ENIGH 2020, realizó un estudio para cuantificar a la clase media.
Tomó el gasto para identificar los segmentos económicos, a partir de la premisa del auditor que dice que el ingreso suele presentar subdeclaraciones.
El experto del Inegi explica que la ENIGH tiene muchas virtudes, pero también limitaciones en la medición, pues no incorpora a los hogares extra ricos y ultra ricos que viven en México, que integrarían al estrato de ingreso súper alto, pues sus niveles de ingreso y gasto sería mucho mayor al de la media de la población. En este segmento, la proporción de la población es mínima.