El impacto económico de un cierre probablemente sería de corta duración y se concentraría en áreas con una gran presencia gubernamental, con ramificaciones limitadas para la economía estadounidense en general y el crecimiento del PIB, dice Moody's.
El bipartisanismo de los Estados Unidos nuevamente tiene al presupuesto y a los congresistas contra la cuerdas. A solo días de que termine el mes, parece cada vez más probable que el gobierno federal de los Estados Unidos - que ostenta una calificación Aaa estable - pueda entrar en un cierre parcial.
Dado que septiembre es el último mes del año fiscal en la primera economía del mundo, si los proyectos de ley de asignaciones anuales pendientes que financian las agencias gubernamentales, o una resolución (CR) que financiaría temporalmente las operaciones del gobierno, no son aprobadas por el Congreso, entidad con mayoría republicana.
Pero, ¿Cómo afectaría un cierre del gobierno a la economía estadounidense?
Un reporte de Moody's reconoce que el impacto económico de un cierre probablemente sería de corta duración y se concentraría en áreas con una gran presencia gubernamental, con ramificaciones limitadas para la economía estadounidense en general y el crecimiento del PIB.
El impacto más directo se produciría a través de un menor gasto gubernamental, con un golpe inmediato en el consumo y el gasto de los trabajadores y contratistas federales afectados. La mayor parte del impacto en el consumo sería temporal y se revertiría una vez que el gobierno reabriera. Sin embargo, cuanto más dure el cierre, más negativo será el impacto potencial en la economía en general.
"Un cierre prolongado probablemente sería perjudicial tanto para la economía estadounidense como para los mercados financieros", recalca Moody's.
Otra afección podría ser en el perfil crediticio soberano de Estados Unidos, ya que un cierre sería negativo para el crédito soberano estadounidense.
"Si bien los pagos del servicio de la deuda pública no se verían afectados y sería poco probable que un cierre de corta duración perturbara la economía, subrayaría la debilidad de la fortaleza institucional y de gobernanza de Estados Unidos en relación con otros soberanos con calificación Aaa que hemos destacado en los últimos años", dice la entidad de calificación crediticia.
En particular, demostraría las importantes limitaciones que la intensificación de la polarización política impone a la formulación de políticas fiscales en un momento de menor fortaleza fiscal, impulsada por déficits fiscales cada vez mayores y un deterioro de la asequibilidad de la deuda.
Respecto de los sectores económicos mas afectados, Moody's afirma que un cierre probablemente tendría las mayores ramificaciones para las entidades que dependen de fondos federales para sus ingresos o pagos del servicio de la deuda, y para las entidades con fuerte exposición a la economía del área de Washington, D.C.
Esto implica que algunos contratistas de defensa y servicios municipales, incluidos los sistemas de transporte público, y ciertos bonos del sector de vivienda municipal que dependen de asignaciones federales anuales podrían verse afectados por un cierre del gobierno.
En general, el efecto de un cierre en la economía estadounidense se concentraría en áreas con una gran presencia gubernamental y dependería de la duración del cierre.
Si es de corta duración, tendría un efecto mínimo en la economía en general y en nuestras previsiones de crecimiento del PIB. El efecto sería más pronunciado si el cierre fuera prolongado y perjudicara la confianza de las empresas y los consumidores nacionales o desencadenara una reacción adversa en los mercados financieros.
LAS REPERCUSIONES
Las señales para la economía estadounidense son complejas. A finales de agosto Moody's elevó su previsión de crecimiento al 1,9% desde un 1,1% dado en mayo, reconociendo un impulso económico subyacente más fuerte. Sin embargo, también se prevé una desaceleración durante el resto de este año y el próximo, lo que se refleja en una previsión de un crecimiento de solo 1,0% en 2024.
"En nuestra opinión, se necesitarían algunos trimestres de crecimiento por debajo de la tendencia para evitar el sobrecalentamiento. Creemos que las tasas de interés, por muy altas que sean, eventualmente frenarán el crecimiento lo suficiente como para mantener baja la inflación", indicó la entidad calificadora.
Pero si ocurre un cierre todo cambia para mal.
Por ejemplo, habría un menor gasto gubernamental, con un impacto inmediato en el consumo y el gasto de los trabajadores y contratistas federales afectados.
Durante el último cierre del gobierno, que ocurrió con Trump y duró 35 días (el más largo registrado) comenzando en 2018 y finalizando en enero de 2019, el impacto económico se concentró en áreas con una gran presencia gubernamental. Por ejemplo, no se recoge la basura de lugares públicos, y las atracciones turísticas, como los museos también suelen cerrar durante los cierres.
Si eso hace que los turistas cancelen sus visitas, se reducirían los ingresos por impuestos hoteleros y sobre las ventas del Distrito.
Las dificultades financieras de los trabajadores federales afectarían cada vez más a los gobiernos y sectores consumidores en ciertas localidades. Alrededor de 800.000 empleados federales fueron despedidos o trabajaron sin remuneración durante el último cierre y las compras gubernamentales de productos y servicios del sector privado disminuyeron, lo que redujo los gastos gubernamentales.
Un cierre prolongado tendría un efecto negativo generalizado en la economía estadounidense.
Las operaciones gubernamentales de rutina suspendidas comenzarían a pesar más ampliamente sobre la actividad económica si el cierre persiste. Cuanto más dure el cierre, más ejercerá presión sobre la liquidez de los contratistas de servicios de defensa y de ciertos emisores de bonos municipales que dependen de la financiación federal.
Además, ciertos servicios gubernamentales pueden suspenderse o ralentizarse, especialmente si se consideran no esenciales. Un cierre del gobierno podría perturbar actividades tales como permisos y revisiones ambientales, informes de datos gubernamentales, procesamiento de devoluciones de impuestos y subsidios, procesamiento de licencias de importación y exportación, revisiones de solicitudes de IPO y préstamos a pequeñas empresas y propietarios de viviendas.
EFECTOS PARA INVERSIONISTAS
Para los inversionistas, el impacto viene por un cambio en el perfil crediticio soberano de Estados Unidos.
Moody's detalla que un cierre sería negativo. "Si bien los pagos del servicio de la deuda pública no se verían afectados y sería poco probable que un cierre de corta duración perturbara la economía, subrayaría la debilidad de la fortaleza institucional y de gobernanza de Estados Unidos en relación con otros soberanos con calificación Aaa que hemos destacado en los últimos años. Además, un cierre prolongado sería perjudicial para la economía y los mercados financieros estadounidenses, con posibles ramificaciones negativas para la asequibilidad de la deuda soberana", explicaron.
En particular, tras el episodio arriesgado del límite de deuda que concluyó con la aprobación de la Ley de Responsabilidad Fiscal (FRA) en junio de este año, un cierre del gobierno demostraría las importantes limitaciones que la intensificación de la polarización política sigue imponiendo a la formulación de políticas fiscales estadounidenses durante un período de una menor fortaleza fiscal, impulsada por déficits fiscales persistentes y un deterioro de la asequibilidad de la deuda.
A largo plazo, se espera los déficits fiscales federales aumenten constantemente hasta alrededor del 8,0% del PIB en 2033 desde el 5,5% en 2022, y que la carga de la deuda pública aumente hasta alrededor del 123% del PIB en 2033 desde alrededor del 97% en 2022.
En ausencia de medidas significativas de política fiscal, es posible que la asequibilidad de la deuda se deteriore a un ritmo mucho más rápido, con un aumento de los pagos de intereses federales en relación con los ingresos y el PIB hasta alrededor del 27% y el 4,6%, respectivamente, para 2033, desde el 9,7% y el 1,9% en 2022, impulsado por tasas de interés sustancialmente más altas e ingresos relativamente débiles.
"Para EE.UU., la asequibilidad de la deuda es, con diferencia, el indicador más importante que utilizamos para evaluar la solidez fiscal general del país, debido al estatus preeminente de moneda de reserva global de EE.UU. y a su capacidad para soportar de manera sostenible niveles de deuda más altos que la mayoría de los países", dice Moody's.
En esta etapa, la constante incapacidad del Congreso para acordar presupuestos anuales y aprobar asignaciones de fondos sugiere que es poco probable que los sucesivos gobiernos puedan implementar medidas fiscales que desaceleren materialmente la esperada disminución de la asequibilidad de la deuda.
Como resultado, la fortaleza de la economía estadounidense probablemente será el principal determinante de la trayectoria del interés sobre los ingresos.