El día después de las elecciones el riesgo país de Ecuador se redujo en 91 puntos, también por efecto del incremento del precio del crudo.
Al día siguiente de las elecciones presidenciales que le dieron el triunfo a Daniel Noboa, el riesgo país de Ecuador se colocó en 1.748 puntos, es decir 91 puntos menos que el domingo 15 de octubre (1.859 puntos). Esta baja muestra un alivio de los mercados con respecto al riesgo país que tras la muerte cruzada y la incertidumbre electoral había alcanzado rangos por encima de los 2.000 puntos.
De acuerdo con Jaime Carrera, secretario ejecutivo del Observatorio de la Política Fiscal, la baja es el efecto de la elección de Daniel Noboa como nuevo presidente de Ecuador y el incremento del precio del crudo. Sin embargo, reconoce que es una reacción “tibia”, pues 1.748 puntos es altísimo, principalmente por dos factores:
- El primero es que los mercados ya descartaban que el correísmo regresara.
- El otro punto es que se está a la espera de un programa fiscal sólido que garantice el pago de la deuda. Por ello Carrera considera que el riesgo país no bajará de manera importante si no existe ese plan que debería estar delineado con mayores ingresos y menos gastos. En este sentido, dice que por ejemplo sería necesario incrementar impuestos o bajar los subsidios. Además, este proceso debe estar acompañado por gobernabilidad, acuerdos con la sociedad para sostener las cuentas públicas. Este panorama, reconoce, es muy difícil de conseguir.
Entre tanto, en un análisis publicado por la banca de inversión Barclays se indica que el nuevo Gobierno de Daniel Noboa podría al menos tener una oportunidad de contener el daño a los fundamentos económicos y restablecer la dinámica política.
Sin embargo, también menciona que al mercado aún le quedan dudas sobre qué podría pasar en las siguientes elecciones presidenciales de 2025. Por ello, existe nerviosismo aún.
“Hay preocupaciones de larga data en el mercado sobre un posible regreso al poder del correísmo debido a las políticas populistas del partido y su posible falta de voluntad para pagar la deuda”, dice Alejandro Arreaza, de Barclays.
Considera que si bien una nueva administración podría disfrutar al menos de un periodo de luna de miel que podría mantener los riesgos políticos contenidos en el futuro cercano, prevén que tomará más tiempo que las preocupaciones sobre las perspectivas económicas puedan disiparse.
Arreaza explica que el gobierno de Noboa es de transición, pues estará en el poder solo 18 meses. “Por lo tanto, parece probable que el país permanecerá en modo de campaña hasta 2025, cuando se elegirá un nuevo gobierno para un mandato de cuatro años”.
A su vez esto sugiere pocos incentivos para medidas de ajuste que podrían ser políticamente costosas y podría resultar en un deterioro fiscal. Además, una legislatura fragmentada dificulta la tarea de aprobar reformas, indica el análisis.