Con el lunes 5 de junio como la nueva estimación de la fecha para alcanzar el default, la Secretaria del Tesoro acaba de brindar a los legisladores un poco más de espacio para negociar, mientras intentan llegar a un acuerdo.
"Con base en los datos disponibles más recientes, ahora estimamos que el Tesoro tendrá recursos insuficientes para cumplir con las obligaciones del gobierno si el Congreso no ha elevado o suspendido el límite de deuda antes del 5 de junio".
Así dice parte de la carta abierta que esta tarde la Secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, envió a todos los miembros del liderazgo del Congreso sobre el límite de la deuda.
A menos de una semana de quedarse en default, sin fondos para pagar desde sueldos hasta sus obligaciones con inversionistas, esta noticia de última hora le da un respiro al gobierno de Biden respecto de un espinoso problema del cual fue avisado ya en enero de este año y sobre el cual se ha avanzado muy poco, debido al denominado "partisanismo" de los Republicanos, que han mostrado su poderío en el congreso, bloqueando las partidas de la administración Demócrata.
"Seguiremos trabajando. Ellos están trabajando en sus números. Nosotros estamos trabajando en nuestros números. Y trabajaremos juntos", dijo el senador McCarthy ayer a la cadena pública estadounidense PBS en lo que ha sido la tónica de la última semana, pasar de la confrontación a mostrar ciertos acercamientos y disposición al diálogo.
"Nuestro personal continúa reuniéndose mientras hablamos, de hecho, y están progresando. He dejado en claro una y otra vez que el incumplimiento de pago de nuestra deuda nacional no es una opción", dijo hoy Joe Biden, presidente de los Estados Unidos.
¿QUÉ PASA SI NO HAY ACUERDO?
El techo de la deuda se refiere a una ley que limita la cantidad total de deuda federal que se permite tener impaga.
Estados Unidos alcanzó ese límite en enero, pero el Departamento del Tesoro dice que ha estado utilizando soluciones alternativas, o lo que llama “medidas extraordinarias”, para que el gobierno siga pagando sus facturas a tiempo.
El problema es que el Departamento del Tesoro no sabe la fecha exacta, ya que hay un flujo constante de dinero que entra y sale de las arcas federales, pero el banco Goldman Sachs proyecta que la fecha podría estar más cerca del 8 o 9 de junio, y mientras que distintos think tanks apuestan a que la fecha es probable entre el 2 y el 13 de junio.
De acuerdo con un análisis de la cadena televisiva NBC, Una opción para Yellen sería pagar primero a los tenedores de bonos el interés que se les debe sobre los bonos del Tesoro de EE. UU. y retrasar el pago de todas las demás facturas, como el Seguro Social y los beneficios para veteranos, hasta que el gobierno tenga suficiente dinero para hacerlo, dijeron economistas y expertos en políticas presupuestarias.
Esa fue una estrategia que los funcionarios del Tesoro dijeron que habían aplicado en 2011 cuando EE. UU. estuvo cerca del incumplimiento en ese entonces.
Aunque suene injusto, el no pagar a los tenedores de bonos probablemente tendría las mayores repercusiones en la economía debido al caos que crearía en los mercados financieros, ya que los bonos del Tesoro se consideran una de las inversiones más seguras del mundo.
REBAJA EN CALIFICACIONES
El miércoles, Fitch Ratings no se anduvo con rodeos y puso al país más poderoso del mundo en "AAA' con perspectiva de calificación negativa.
Esta calificación refleja el problema político que impide llegar a una resolución para aumentar o suspender el límite de deuda a pesar de que se acerca rápidamente la denominada Fecha X, temida por todos.
"Fitch aún espera una resolución del límite de deuda antes de la Fecha X. Sin embargo, creemos que han aumentado los riesgos de que el límite de deuda no se eleve o suspenda antes del deadline y, en consecuencia, que el gobierno pueda comenzar a incumplir con los pagos de algunas de sus obligaciones. La política arriesgada sobre el techo de la deuda y el hecho de que las autoridades de los EE. UU. no aborden de manera significativa los desafíos fiscales a mediano plazo que conducirán a un aumento del déficit presupuestario y una creciente carga de la deuda señalan riesgos a la baja para la solvencia de los EE. UU.", indicó la agencia Fitch en un comunicado
Si bien la Casa Blanca llamó el miércoles "conversaciones productivas" a su gestión, lo cierto es que sigue sin haber acuerdo para elevar el techo de deuda de Estados Unidos de US$ 31.400 mil millones y evitar una cesación de pagos catastrófica.
Pero si ocurre tal falla "sería un incumplimiento de la deuda bajo los criterios de calificación soberana de Fitch y nos llevaría a rebajar la IDR soberana a Incumplimiento Restringido (RD). Los valores de deuda afectados se degradarían a 'D'. Además, otros valores de deuda LT con pagos que vencen dentro de los siguientes 30 días probablemente se degradarían a 'CCC', y las letras del Tesoro ST que vencen dentro de los siguientes 30 días probablemente se degradarían a 'C'", recalcó la entidad en su página web.
Al revés, los hechos conducente a una mejora de calificación positiva sería "una resolución duradera para el límite de deuda alcanzado antes de la Fecha X, combinada con una mayor confianza en que la política arriesgada en torno al límite de deuda ha disminuido, así como una mejora en la capacidad de las autoridades estadounidenses para alcanzar compromisos políticos (...) Al disminuir las presiones sobre las finanzas públicas, habría una mayor confianza en la estabilización de la relación deuda pública y el PIB en el mediano plazo", cerró Fitch.
¿QUÉ PASARÍA EN LATINOAMÉRICA?
El tema es que lo que ocurre en Estados Unidos repercute en todo el globo y para nuestro continente habría claras consecuencias.
"Si el problema del techo de la deuda en el país del norte no llega a buen puerto, sin duda podría haber impactos significativos para las naciones de Latinoamérica. Esto implica volatilidad económica con fluctuaciones bruscas en los tipos de cambio y una disminución en la inversión extranjera debido a la incertidumbre global de todos los actores del mercado, que, sin dudas, operarían con más cautela", dice a AméricaEconomía Eduardo Tognarelli, analista de mercados de FXGlobe.
Además, se esperaría una reducción en el comercio con Estados Unidos, que es un importante socio comercial para la gran mayoría de países de la región, junto con dificultades para acceder a financiamiento externo y posibles presiones inflacionarias debido a la depreciación de las monedas latinoamericanas frente al dólar.
"Esto se produciría debido a que se vería disminuida la circulación de dólares en el mercado. Todo esto puede afectar el crecimiento económico de la región y dificultar, entre otras cosas, la creación de empleo", añade el analista.
En resumen, un default de Estados Unidos o la falta de consenso en el Congreso para aprobar el presupuesto pueden generar inestabilidad económica en Latinoamérica, "incluyendo volatilidad en los mercados financieros, menos inversión extranjera, disminución en el comercio, dificultades para acceder a financiamiento y posibles presiones inflacionarias. Los países latinoamericanos deben estar preparados para enfrentar estos desafíos y tomar medidas adecuadas para mitigar los impactos negativos", concluye Tognarelli.
Por el momento, habrá que quedarse con la atención puesta en los avances y negociaciones de la Casa Blanca.
"Sigo instando al Congreso a que proteja la plena fé y el crédito de los Estados Unidos actuando lo antes posible. Sinceramente, Janet Yellen", finaliza la carta publicada en la web del Departamento del Tesoro.