Ubicado en Cortlandt Alley, una calle con un aura industrial en el centro de Manhattan, el Mmuseumm puede pasar desapercibido con facilidad porque está escondido detrás de una puerta de hierro normal con tres pequeñas ventanas.
¿Qué se puede hacer con un espacio de 2,7 metros cuadrados en Manhattan? ¿Poner un puesto de comida? ¿Una biblioteca ambulante? O quizá algo mejor.
Hace cuatro años, el neoyorquino Alex Kalman, junto con dos de sus amigos, convirtieron en un pequeño museo un hueco de un elevador abandonado de este tamaño.
Ubicado en Cortlandt Alley, una calle con un aura industrial en el centro de Manhattan, el Mmuseumm puede pasar desapercibido con facilidad porque está escondido detrás de una puerta de hierro normal con tres pequeñas ventanas.
No parece haber nada especial en el exterior, pero si eres lo suficiente observador y miras por las ventanas, encontrarás un nuevo mundo. Esto, según Kalman, es parte de la diversión, ya que "tenemos que ser curiosos y tenemos que entrar en contacto con el mundo alrededor de nosotros".
"La inspiración del Mmuseumm fue pensar en los museos como un lugar para aprender sobre el mundo en el que vivimos y hacerlo utilizando un lenguaje que no se componga sólo de obras de arte o de arte moderno o de mirar el arte de las antiguas civilizaciones", dijo.
En su lugar, Kalman dirigió la mirada a los objetos a nuestro alrededor "que son muy íntimos y reveladores", en sus propias palabras.
Entrando ahora en su quinta temporada, con temas que cambian cada año, el museo celebra la belleza de los objetos cotidianos, incluyendo algunos objetos personales de la inmigración encontrada en la frontera México-Estados Unidos, falsas franquicias de comida rápida estadounidense en Irán, los últimos mensajes recibidos de tus amigos o familiares y demás.
Hay alrededor de 200 objetos en exhibición acomodados en 15 estantes. Cada estante representa una exhibición que cubre una historia diferente.
Se pueden encontrar animales disecados, botellas de perfume, juguetes y productos de inicios de la década del 2000 con imágenes de Donald Trump, ahora virtual candidato republicano. Cada uno fue minuciosamente elegido a través de los contactos personales de Kalman.
"Buscamos objetos cotidianos, los que cuenten una historia fascinante y reveladora sobre quiénes somos. Buscamos poder ver estas cosas a nuestro alrededor y darnos cuenta de que fuimos diseñados y creados a partir las narrativas y de las emociones que aplican para todos nosotros y que nos permiten reflexionar sobre quiénes somos a través de estos objetos cotidianos", dijo Kalman.
Aunque es diminuto, el museo abrió una segunda ubicación a unos pasos de distancia. Un modelo de 1,2 x 1,2 metros titulado "Futura Aleppo". El modelo fue construido con madera, cartulina, papel, esponja y otras cosas por el niño sirio de 14 años de edad Mohammed Qutaish.
Tras presenciar la destrucción de su pueblo natal con misiles y balas, el niño arquitecto ilustra la ciudad de sus sueños con este modelo.
El Mmuseumm busca dar relevancia a la vida cotidiana y a la idea de humanidad. Desafía la percepción general de que los museos deben ser una colección de artículos valiosos o raros y desafía la severa realidad de que Nueva York es una de las ciudades más abarrotadas del mundo.
"Considero que la finalidad de los museos es brindar una forma de mirar al mundo en el que vivimos y explorar y entender quiénes somos de forma divertida", dijo Kalman.
Algunas personas pasan de largo y algunos lo buscan en Google. Todos los fines de semana, el Mmuseumm recibe alrededor de 300 personas. Jame Maher, un fotógrafo local, dijo a Xinhua que esta es una de las pequeñas gemas escondidas favoritas de la ciudad.
