Vinculada con el mundo de la academia y el corporativo, la escuela colombiana busca innovar en sus programas, en metodologías e infraestructura, y en un entorno favorable y atractivo como lo es Medellín.
Innovación, capacidad de reconvertirse e internacionalización identifican a la Escuela de Administración de la Universidad EAFIT, en Colombia, un centro de estudios que busca adaptarse a su entorno y reinventarse, tal como lo ha hecho Medellín, donde está su sede, ciudad que en la actualidad es reconocida por su innovación. En 2013 fue destacada como urbe innovadora en el City of The Year, competencia organizada por Wall Street Journal y Citi Group, y en 2017 fue escogida como laboratorio de resiliencia para evaluar estrategias.
La escuela funciona como unidad independiente de la universidad desde 1979, y en esta se ofrecen carreras profesionales, un doctorado, maestrías y especializaciones, con versiones virtuales y presenciales en Bogotá, Cali, Medellín, Pereira y Quibdó.
Con toda esa potencia es que la escuela también ha tendido puentes hacia el mundo empresarial, una relación que se encuentra en el ADN de EAFT, que nació de la mano de empresarios colombianos. Este origen, explica Hernán Herrera, director del Master en Administración financiera, “ha hecho que la universidad tenga siempre una vocación muy aplicada, por eso la casa de estudios no tiene facultades, sino que tiene escuelas. Es por eso que aborda el contenido teórico de una manera muy rigorosa y rápidamente intenta aplicar ese contenido a soluciones de problemas concreto para mejorar el desempeño técnico y laboral de nuestros estudiantes”.
(Ricardo Uribe, decano (e) de la Escuela de Administración)
En 2012 se lleva a cabo un importante hito en busca de llevar a la universidad a otro nivel, cuando se trazó un nuevo plan estratégico para ser una universidad de docencia con investigación.
El esfuerzo por aportar a la investigación y acercar el mundo empresarial a los estudiantes se puede notar no solo por los profesores que pertenecen al mundo de la investigación y al corporativo, sino también por los contenidos que se dictan y el estrecho vínculo que se forma entre estudiantes y compañías. “Dos de nuestros grupos de investigación, tenemos seis en la escuela, están en la más alta categoría en el escalafón de Colciencias, otros dos en la categoría siguiente y solamente uno en una categoría intermedia, lo que nos ha permitido tener un avance significativo en nuestros grupos de investigación”, dice Ricardo Uribe, decano (e) de la Escuela de Administración.
En concreto, mientras los estudiantes de pregrado hacen prácticas empresariales, los alumnos de MBA desarrollan trabajos de grado bajo la modalidad de consultoría. El MBA es, sin duda, uno de los programas que más se ha beneficiado de esta conexión. Prueba de esto es que “muchas empresas buscan a nuestros estudiantes para desarrollar con ellos sus proyectos”, comenta Carlos Mario Betancur, coordinador del MBA. Una fórmula muy favorable para aquellos estudiantes que buscan sustentar su aprendizaje en la ampliación de su experiencia laboral.
(Carlos Mario Betancur, coordinador del MBA)
“La maestría tiene una combinación entre conocimientos generalistas y otros especializados, a los que se suman las pasantías que fortalecen las competencias blandas y la perspectiva”, detalla la coordinadora del área de Estrategia, Luz María Rivas. Todo esto va en línea con el perfil de los estudiantes que esperan formar en la escuela, quienes deben estar preparados para comprender los diferentes contextos, buscar soluciones, saber comunicarse, poseer competencias innovadoras y creativas, entender a las organizaciones en un entorno cambiante y desarrollar procesos innovadores.
En busca de la internacionalización
Los esfuerzos por llevar a la escuela a otro nivel han hecho que se generen lazos con escuelas de negocios extranjeras, se importen académicos de afuera y se integren asignaturas bilingües a los programas. Estas acciones han dado fruto. Con los años ha ido en alza el interés de estudiantes foráneos por EAFIT, pero también el de latinoamericanos, quienes reconocen la trayectoria y la calidad de su MBA que se ubica entre los diez mejores de América Latina, de acuerdo con el ranking QS Global MBA 2018.
“Hay alrededor de 200 convenios con universidades de todas partes del mundo. Y programas como el MBA tienen una pasantía internacional en cuatro destinos: Iowa, Seúl, Lima y Barcelona, por ejemplo, donde adicionalmente visitan empresas que tienen diferentes enfoques”, enumera Betancur para dar luces concretas de aquellos factores diferenciadores en la oferta educativa de EAFIT.
(Luz María Rivas, coordinadora del área de Estrategia)
Además de esto, dice el decano Uribe, “traemos profesores visitantes a los programas para que hagan conferencias internacionales y cada vez vemos más participación de estudiantes extranjeros en los programas de la escuela. A su vez, buscamos mucha movilidad de nuestros estudiantes de pregrado”.
En cuanto a credenciales, la escuela es miembro de la EFMD y de la EFMD Global Network; está acreditada por The Association of MBAs, AMBA; y se encuentra finalizando el proceso de acreditación de la Association to Advance Collegiate Schools of Business (Aacsb).
El decano agrega: “Hemos aprendido mucho alrededor de la internacionalización, pero el tema es la escalabilidad, cómo más estudiantes se puedan nutrir de estas actividades de internacionalización. Un reto permanente”.
Investigación y experiencia de aprendizaje
Entre las otras fortalezas que posee la escuela está, por consenso entre los profesores, la investigación como un factor clave, ámbito que le da sustento a los programas, y a través de la cual los académicos que se dedican a investigar desarrollan textos que son utilizados en clases y que se publican en las principales revistas científicas.
Para Rivas, coordinadora del área de Estrategia, este apoyo se traduce en el esfuerzo que han hecho para que los profesores realicen doctorados. “Nos han permitido tener diversidad de posturas y pensamientos, lo que creo que ha enriquecido los procesos académicos de la escuela”, resalta.
(Juan Esteban Escalante, profesor del Departamento de Organización y Gerencia)
Este apoyo no solo se ha traducido en el pago de los doctorados, sino en la libertad que se les da a los académicos para que se dediquen a investigar. Todo esto permite, agrega Rivas, que “la investigación de doctorado no sea solo un título sino también un proceso de investigación que forme al profesor con productos de calidad”.
Todo con una mirada innovadora, según explica Juan Esteban Escalante, profesor del Departamento de Organización y Gerencia, quien lleva ocho años en la escuela. “Se trabaja para crear nuevos programas y adaptar nuestras metodologías de conocimientos a las realidades y expectativas de los mercados y requerimientos educativos actuales”, enumera Escalante, quien ha estudiado y trabajado en EAFIT.
“Más que una institución que se preocupe de la asistencia a las clases, EAFIT busca el aprender haciendo y que el aprendizaje sea una experiencia de vida”, explica el docente.
Asumiendo desafíos
Aunque la escuela ha sabido reinventarse y está continuamente innovando, existen desafíos por delante en los que ya se están trabajando. El decano explica que entre estos está la excelencia académica, la obtención de las credenciales académicas y la búsqueda de aliados internacionales que permitan el fortalecimiento de los programas. “Definitivamente queremos continuar con la cualificación de los profesores, de forma de fortalecer los procesos de docencia, investigación y proyección social”, dice el decano.
Escalante aporta a esto que “como institución tenemos un gran reto: estamos desarrollando programas y formando a profesionales para que solucionen problemas que posiblemente hoy no existen, porque la dinámica empresarial cambia cada vez más. No queremos ser seguidores, sino que alcanzar una posición de liderazgo”, aclara.