Una reclutadora se reúne con varias mujeres para guiarlas a construir un CV y preparar una entrevista. La mayoría de los temas son bastante generales y le sirven tanto a hombres como a mujeres.

“No sé qué quieren los reclutadores. ¡A veces siento como si fuera a un concurso, no a una entrevista de trabajo!”, se sincera Rocío. “En mi caso, pasa que yo sola me hago el filtro desde que veo la vacante. Pienso ‘no, no me voy a quedar’”, cuenta otra joven y luego suelta un suspiro.

Para 80% de quienes participaron en una encuesta de OCC Mundial su principal preocupación es el empleo. La investigación de esa bolsa de trabajo fue hecha apenas el año pasado, en el 2019. Y según un estudio realizado en el 2018 por la fabricante de dispositivos médicos Royal Philips, 42% de la población mexicana tiene problemas de sueño debido a temas laborales.

Entre las personas desempleadas, hay más mujeres. Mientras que más del 80% de los hombres en México tiene un empleo, 42% de las mujeres tiene un trabajo remunerado, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Es temprano, fin de semana en la librería Utópicas y casi una veintena de mujeres madrugó para asistir a un taller de la consultora Fabiola Esquivel. Les enseñará a crear un Currículum Vitae (CV), preparar una entrevista, pero, sobre todo, a saber qué empleo quieren.

Esquivel es psicóloga organizacional. Por varios años se dedicó a reclutar y capacitar personal en diferentes empresas y hace un tiempo dio un giro profesional. “Ahora soy couch enfocada en el desarrollo del potencial y en proyectos de vida y hago lo que más me gusta hacer: ayudar”, comenta.

Consejo 1: Imagina el lugar ideal

El desempleo en México se ha ubicado en uno de los niveles más bajos. En diciembre de 2019 la tasa de personas en edad de trabajar que no tenían una plaza fue de 3.1 por ciento. Sin embargo, de quienes están contratados, casi 20% era mal pagado o sus condiciones no eran las dignas.

“No quiero resignarme a que todos los trabajos son así”, dice una chica que no tendrá mucho que salió de la adolescencia. “Cierren los ojos, e imaginen el lugar de trabajo ideal para ustedes. ¿Cómo es esa empresa en la que les gustaría trabajar?”, les pide Fabiola Esquivel.

La exadolescente responde: “uno donde haya flexibilidad de horarios, que no tenga que estar atada a una oficina. Un lugar donde pueda colaborar, que me dejen participar. No uno donde la verticalidad jerárquica no sea tóxica”. Saber qué quieren y que no será el punto de arranque, les comenta la couch. Si no lo saben, habrán de indagarlo primero.

Karen, una joven con el “trabajo perfecto”, también se anima a decir su deseo. “Sé que muchos quisieran mi lugar, el sueldo es muy bueno, tengo estabilidad laboral, prestaciones, muchas vacaciones. Yo simplemente no quiero despertar con la zozobra de qué pasará hoy, qué jefe va a gritar y a quién, qué chismes van a inventar. Ya no aguanto esta sensación en el estómago todos los días”.

Consejo 2: Arma tus CV

“A estas alturas, estoy cansada de ver mi CV. Le he hecho tantas modificaciones que ya no sé cómo empecé, quiero reconciliarme con mi hoja de vida”, confiesa una mujer.

Primero, no es uno solo CV, sino en plural: los CV. Cada uno dependerá de qué empleo apliques. Fabiola Esquivel recomienda tener uno “base”. Es decir, en ese documento se vaciará toda la experiencia profesional o académica, cursos, talleres, servicio social, etc. “Pon todo, sin cuestionarte si es bueno o malo, si sirve o no. Hay que plasmar lo que eres”.

Cuando se quiera aplicar a una vacante se utilizará información de ese primer CV, hay que utilizar sólo lo que sea necesario, explica la capacitadora. “Estudia la empresa y el perfil que piden para el puesto para que puedas alinear tu CV a los requerimientos”.

Si la persona practica un deporte o está en una asociación o algún tipo de grupo, sería bueno incluirlo. Pues eso quiere decir que “tienes habilidades de trabajo en equipo, concentración, dedicación o tenacidad”.

El párrafo estrella, como lo llama Esquivel, o la presentación, no debe exceder de cuatro renglones. “De manera muy concreta explicarás tu profesión o tu actividad, como ‘soy mercadóloga con tantos años de experiencia, en los que he logrado tal’. Al final, es importante que pongas en qué área y qué tipo de empresa te quieres desarrollar, lo cual debe ir acorde con el lugar al que apliques”.

Consejo 3: Prepárate para la entrevista

Además de llegar a tiempo, vestirse de manera cómoda y acorde con la empresa, es necesario preparar las respuestas a predecibles preguntas.

Una de ellas es que menciones tres debilidades. “Aquí, por favor, no digan ser perfeccionistas. No saben, los reclutadores solemos bromear con ‘hoy me llegaron cuatro perfeccionistas’”, ironiza la tallerista.

Dar a entender que la perfección es un defecto, quizá funcionó en un momento para llevar algo del terreno negativo a lo positivo. Pero ya no, les advierte. Por lo tanto, deberán pensar en otra debilidad.

Otra pregunta que suelen hacer las personas reclutadoras es el lado opuesto: menciona tres fortalezas tuyas. “Pero tengan preparadas cinco, por su les piden más”.

Narrar una situación en las que las cosas hayan ido mal y cómo lo solucionaste es otra recurrente. “En este caso es bueno decir lo que aprendiste”, aconseja. “No mientan, de alguna manera se van a enterar. O porque no coincide lo que respondas con tu CV, o si logras el puesto, lo cual te hará mala fama”, les explica.

“¿Qué puedo responder ante la pregunta ‘por qué si tienes más de 50 años no te has casado ni tenido hijos’?”, alza la voz una mujer. Cuenta que al menos unas tres veces ha sido cuestionada sobre su vida privada y el rol que, socialmente, debería cumplir.

Por eso es importante que desde el inicio sepamos “qué empresa queremos, qué no estamos dispuestos a tolerar. Hay factores que saldrán de nuestras manos, como estas preguntas, pero eso también hablará un poco de la cultura laboral del lugar. Entonces, ¿querrían un trabajo así?”, concluye Esquivel.

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