El principal sindicato del sector público, Adedy, comenzó una huelga de 48 horas que mantenía cerrados ministerios, oficinas impositivas, escuelas, hospitales y otros servicios.
Atenas. Los trabajadores públicos de Grecia ponían a prueba este martes a través de una huelga la disposición del Gobierno a implementar un duro ajuste fiscal a cambio de un millonario plan de rescate, en medio de dudas en los mercados sobre la capacidad de Atenas para emprender reformas.
El principal sindicato del sector público, Adedy, comenzó una huelga de 48 horas que mantenía cerrados ministerios, oficinas impositivas, escuelas, hospitales y otros servicios públicos.
Los trabajadores del sector privado se unirán este miércoles a la huelga, provocando el cierre del transporte en las grandes ciudades y dejando en tierra aviones, en la tercera medida de fuerza conjunta desde que comenzó el año.
"Queremos el fin de la caída libre en nuestros estándares de vida", dijo Spyros Papaspyros, líder de Adedy, que representa a cerca de medio millón de trabajadores griegos.
Los trabajadores marcharon hacia el parlamento, en el centro de Atenas, gritando: "Pagamos las ganancias, pagamos la crisis, la solución está en la calle".
"Las medidas de este Gobierno están destruyendo mi vida", se quejó Panagiota Katsagani, una maestra de escuela de 25 años que dijo que perdería su empleo.
La marcha registró algunos incidentes cuando la policía arrojó gases lacrimógenos a un pequeño grupo de manifestantes que agredía a las fuerzas de seguridad con piedras y botellas en las inmediaciones del parlamento.
La participación en las protestas ha sido limitada hasta ahora a decenas de miles de personas, una cifra baja en comparación con los disturbios que paralizaron a Atenas en diciembre de 2008 tras el asesinato a manos de la policía de un adolescente.
Pero el descontento está creciendo después de que el Gobierno socialista del primer ministro George Papandreou anunció duras medidas de ajuste, que incluyen recortes en los salarios públicos y en las pensiones.
Mercados escépticos. El euro seguía con su caída, al tiempo que una leve baja en los rendimientos de los bonos griegos, desde los récords vistos la semana pasada, perdía fuerza por el temor a que el rescate por 110.000 millones de euros no alcance para evitar una reestructuración de la deuda del país.
Las autoridades europeas temen que la crisis griega golpee aún más la confianza de los inversores en otras economías de la zona euro con deudas altas.
El costo de asegurar las deudas de Grecia, Portugal y España frente al riesgo de una cesación de pagos volvía a subir tras caer este lunes, según cifras de CMA Datavision.
"Esto sugeriría que los temores de contagio no han sido sofocados. El rescate a Grecia no despeja el temor a que otros países enfrenten desafíos similares", dijo Sean Maloney, estratega de tasas de Nomura.
El ministro alemán de Economía, Rainer Bruederle, dijo que los préstamos no cubrirían todas las necesidades de financiamiento de Grecia a lo largo de los próximos tres años.
Una fuente del Gobierno alemán también indicó que el paquete de rescate asumía que Grecia volvería gradualmente a los mercados de capitales después de 18 meses.
Economistas de varias firmas financieras europeas estiman que las necesidades de financiamiento de Grecia en 120.000 millones de euros para 2012, basados en las cifras más recientes disponibles del Fondo Monetario Internacional y del Gobierno griego.
Autoridades de la Comisión Europea dijeron que esperan que Atenas pueda regresar a los mercados en busca de préstamos en el segundo semestre de 2011, una vez que haya recuperado la credibilidad de los mercados con duras reformas.
Al mismo tiempo, distintos responsables europeos buscaron calmar a los mercados y asegurar a los votantes que el plan funcionará.
"Las duras decisiones que tomamos el fin de semana han mitigado (los problemas). Estamos yendo en una mejor dirección", afirmó Erkki Liikanen, consejero del Banco Central Europeo, a un medio finlandés.