Una exdirectora ejecutiva de AT&T Business ofrece las claves para emprender con brío su próxima etapa profesional.
Hace dos años, cuando Anne Chow era directora ejecutiva de AT&T Business, decidió poner fin a su carrera en la empresa en que había trabajado durante 32 años.
Pero dice que el cambio no le pareció una jubilación, ya que tenía previsto seguir activa en el mundo de los negocios. Ella prefiere denominarlo una «reconversión»: es una nueva etapa profesional, tras la escalada de la jerarquía empresarial, en la cual el trabajo adquiere un propósito más significativo.
En la actualidad, Chow forma parte de tres consejos directivos en sendas empresas públicas, es miembro sénior y profesora adjunta en la Kellogg School of Management y autora del reciente best-seller nacional Lidere a lo grande: el poder transformador de la inclusión. También es propietaria única de su propio negocio, The Rewired CEO.
Chow asesora a otros ejecutivos en sus reconversiones, que según ella pueden ser profundamente gratificantes, pero que también están llenas de escollos. La transición de una carrera de alto nivel a algo así como un puesto en un consejo de administración, la docencia o la filantropía supone un cambio significativo, tanto desde el punto de vista económico como de identidad. Y la transición será distinta para cada persona.
«Nadie le va a decir: "Este es el manual de procedimiento. He aquí su respuesta” —dice Chow—, porque lo que usted desea y lo que otra persona desea lograr de su reconversión va a ser fundamentalmente distinto».
En este artículo, Chow ofrece cinco consejos a los directivos que están contemplando su reconversión.
Planifique con antelación
Los empresarios de éxito no solo piensan en el presente, sino también en el futuro de su organización y de su propia trayectoria profesional.
«Las personas pocas veces aplican su instinto empresarial innato en beneficio propio», dice Chow. «Ese es el error que observo con más frecuencia. No reflexionan expresamente en esto de forma operativa cuando todavía están en su empresa».
Pero es fundamental que lo hagan, afirma, porque es poco probable que las oportunidades de reconvertirse que uno anhela le caigan a uno del cielo. Los puestos en los consejos de administración de las empresas, por ejemplo, son competitivos, y pocas son las universidades que se arriesgan a contratar a alguien que nunca se ha enfrentado a una clase en un auditorio.
La falta de planificación también puede dar lugar a que, en lugar de diversificarse, algunos permanezcan por inercia en sus antiguos sectores industriales. Esta situación puede ser particularmente difícil para los ejecutivos que estaban acostumbrados a figurar entre los jugadores más poderosos de la sala.
«He visto a personas que han vuelto a ser engullidas por la vorágine del ecosistema que habían abandonado, convertidas ahora en consultores o incluso trabajando para algún proveedor», dice. «Personalmente, no creo que eso sea bueno para la salud mental. Para mí, si una va a reconvertirse, debería aprovechar la oportunidad para resetearse, no para aferrarse a los días de gloria del antaño».
Piense profundamente en su «porqué»
Para no terminar desempeñando un papel reducido en un sector conocido, la gente debería determinar de antemano lo que se propone lograr en esta siguiente etapa, afirma Chow.
«A menudo, no han reflexionado lo suficiente sobre su porqué», afirma. «Tienen que tener cierta claridad acerca de su propósito personal».
Chow sugiere empezar por examinar en qué empleamos nuestro tiempo, tanto en nuestro trabajo diario como en nuestras actividades extralaborales y de voluntariado.
Con respecto a cada actividad, hay que preguntarse: «¿Me llena de satisfacción? ¿Me produce alegría? ¿Me gustaría dedicar más o menos tiempo a este tipo de actividades? ¿Las veo como una lata o una responsabilidad, o me entrego a ellas por vocación?».
Puede ser difícil aplicar este tipo de ojo crítico a nuestros propios comportamientos, por lo que Chow recomienda contratar a un asesor ejecutivo para que nos ayude a hacerlo, si es una opción, o por lo menos hablar con mentores y confidentes que nos conozcan bien, tanto a nivel personal como profesional.
Haga sus deberes
Una vez que sepa lo que le hará feliz en su reconversión, empiece a investigar lo que tendrá que hacer para lograr sus metas.
Por ejemplo, Chow comenta que a menudo las personas anuncian de manera impulsiva su deseo de integrarse a un consejo de administración. «Muchas personas con las que hablo no tienen la menor idea de en qué consiste eso, ni del hecho de que es necesario competir para obtener ese tipo de puestos», afirma.
Chow aconseja informarse primero. Y, además, reflexionar sobre lo que nadie más que usted puede aportar a una organización. También puede tomar clases sobre gobernanza de consejos de administración e incorporarse a redes profesionales como la NACD o 50/50 Women on Boards. ¿Su bío es la adecuada para un consejo de administración? ¿Su perfil de LinkedIn es el de un candidato aventajado para ocupar ese tipo de puesto?
Por otra parte, si lo que desea es enseñar, hay medidas que puede tomar para convertirse en un candidato más atractivo. Primero, hay que encontrar la manera de adquirir experiencia en el aula. Si tiene un amigo docente, ofrézcase como profesor invitado a su clase. Una vez que tenga una idea de lo que es el trabajo, póngase en contacto con su alma mater, que quizá esté dispuesta a dar una oportunidad a un antiguo alumno con un destacado currículum, pero poca experiencia docente.
«Tiene que hacer sus deberes», dice Chow. «¿Ha explorado ya sus opciones? La mayoría de las veces, las personas responden que no, porque no han tenido tiempo. Así que, cuando están listos para apretar el gatillo, no tienen opciones. Tienen ideas, pero no tienen opciones».
Prepárese para experimentar grandes cambios de identidad
Incluso si encuentran el puesto perfecto tras la reconversión, Chow aconseja a los profesionales que llegaron muy alto que se preparen para sentirse heridos en su amor propio.
«Hay cierto nivel de respeto, poder e influencia al que uno se puede haber acostumbrado que ha sido parte integrante de su identidad», dice. «Cuando alguien decide reconvertirse, u otro lo decide en su lugar, eso desaparece. De pronto, ¿quién es usted? Puede ser un duro aterrizaje».
Chow sugiere reflexionar sobre esto de antemano para que la transición no resulte demasiado dolorosa. Y hay que tener en cuenta que no es solo una cuestión de títulos y remuneración. La sensación se apodera de uno cuando menos se espera.
Tomemos, por ejemplo, la pérdida del elevado rango que tienen muchos ejecutivos en las aerolíneas. «No es que tuviera un valor monetario en sí, pero mejoraba su experiencia de viajes profesionales y personales», dice.
Verse abrumado por las tareas administrativas de las que otros se ocupaban antes también aumenta la frustración. Si pasa horas y horas luchando para presentar gastos, contratar a un asistente administrativo a tiempo parcial si se puede dar el lujo puede ser la solución.
No ignore las realidades financieras
También es fundamental reflexionar sobre las repercusiones financieras de la reconversión. Esto significa tener muy claros nuestros objetivos financieros para sentirnos cómodos y poder vivir la vida que anhelamos.
«Tiene que ser muy, muy sincero consigo mismo y con sus seres queridos, que se verán afectados por sus decisiones sobre cuánto es suficiente», afirma.
Esto supone saber con claridad cuáles son sus gastos más importantes e insoslayables. Si tiene menos de 65 años, por ejemplo, o tiene hijos o padres de edad avanzada que dependen de usted económicamente, sus gastos en servicios sanitarios y cuidadores pueden ser considerables.
«Estas cosas siempre deben tener la máxima prioridad —dice Chow—, y eso es importante a la hora de calcular su fórmula de reconversión».
También debe reflexionar profundamente sobre el estilo de vida que desea mantener.
«Para algunos, lo importante puede ser disponer de efectivo. Para otros, lograr un impacto filantrópico a gran escala», afirma Chow. «Es necesario aclarar sus prioridades a medida que establece su porqué».