El euro caía este lunes presionado por las dudas sobre si Atenas podrá implementar las medidas extras de austeridad prometidas a cambio de la ayuda.
Atenas/Londres. Los mercados financieros reaccionaron este lunes con escepticismo a un récord de 110.000 millones de euros (US$146.000 millones) en ayuda para Grecia, en medio de dudas de los inversores sobre si el rescate solucionará la creciente crisis de deuda en la zona euro.
Pese al acuerdo alcanzado el domingo por los ministros de Finanzas de la zona euro sobre un paquete de tres años para Grecia, el euro caía el lunes presionado por las dudas sobre si Atenas podrá implementar las medidas extras de austeridad prometidas a cambio de la ayuda.
En un contraste con la euforia que en el pasado dio la bienvenida a otros rescates del FMI, los rendimientos de los bonos del Gobierno griego se moderaban sólo ligeramente frente a sus pares alemanes, volviendo a niveles vistos a inicios de la semana pasada.
Los diferenciales de la deuda de Portugal y España, considerados por los inversores como las potenciales próximas víctimas si los mercados no se dejan convencer por el plan para Grecia, se estrechaban pero sólo ligeramente.
"No hay convicción de que esto sea la solución definitiva. La sustentabilidad a largo plazo de este nivel de austeridad sigue siendo cuestionada", dijo Tony Morriss, estratega de ANZ Bank en Sidney.
Los líderes de la zona euro lanzarán formalmente el primer rescate de un miembro del área monetaria el viernes, para cuando esperan tener la aprobación de los parlamentos de cada país a las contribuciones nacionales.
A cambio, Atenas se comprometió a un radical plan de ahorros -mayormente a través de recortes a las pensiones y a los salarios públicos- que se suma a otras medidas de austeridad que ya han generado protestas en las calles.
El diario de centroizquierda Ethnos dijo que la austeridad significaría "asfixia" para el pueblo griego y una "violenta modernización" para la economía, que según nuevas previsiones del Gobierno se contraerá un 4% este año y un 2,6% en el 2011.
Incluso si el plan se adopta completamente, dejará a Grecia con una carga de deuda sustancialmente más alta, equivalente a más del 140% del Producto Interno Bruto para 2013, con una economía más pequeña para pagarla.
Los ministros de Finanzas de la zona euro, la Comisión Europea y autoridades del Fondo Monetario Internacional insisten en que no se ha hablado de una reestructuración de la deuda griega.
"No parece que el mercado esté convencido todavía, eso es lo que el euro está diciendo", dijo un operador del mercado de cambios europeo.
BCE al rescate. El Banco Central Europeo dio un nuevo espaldarazo a Grecia al anunciar el lunes que aceptará todos los bonos del Gobierno griego como garantía para préstamos, incluso si su calificación crediticia sigue cayendo.
El ministro de Finanzas de Austria, Josef Proell, dijo que los ministros de la zona euro acordaron además pedir a los bancos que mantengan su exposición a los deudores griegos en sus actuales niveles mientras dure el plan de rescate, y que eviten cancelar líneas de crédito.
"Lo importante es que los bancos europeos y austríacos no huyan del mercado griego y empeoren el problema", dijo Proell a la prensa.
Los economistas dijeron que si la ayuda no logra convencer a los inversores o ser aprobada por el parlamento alemán, los países europeos podrían terminar pagando una cuenta de medio billón de euros (US$650.000 millones) para salvar a otras naciones con problemas fiscales.
El euro, que se esperaba subiera con la noticia sobre Grecia, cayó este lunes 0,6% a 1,322 dólares en las operaciones de Asia y en Europa mostraba pocos cambios.