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Candidatos a la presidencia de México apoyan la transición energética, pero discrepan en estrategias para aplicarla
Viernes, Mayo 3, 2024 - 11:30
Fuente: El Economista

Sheinbaum quiere replicar a nivel nacional las redes de transporte eléctrico de la Ciudad de México, Gálvez busca colaborar con los municipios y Álvarez apunta a la creación de un “impuesto verde”.

A un mes de que los mexicanos vayan a las urnas, los tres candidatos presidenciales coinciden en la importancia de una transición energética para contrarrestar la dependencia al crudo de Pemex, cumplir los objetivos de la COP28 y, a largo plazo, amainar los efectos de la contaminación y el cambio climático.

Aparentemente, hay un consenso entre los discursos de la oficialista Claudia Sheinbaum, la opositora tradicional Xóchitl Gálvez y el outsider Jorge Álvarez. En realidad, como ya es costumbre, la diferencia no está en el qué, sino en las formas. Esto se manifestó en el segundo debate presidencial, celebrado el pasado 28 de abril y enfocado en economía, desigualdad y cambio climático. 

Para empezar, Álvarez Maynez, quien marcha tercero en la última encuesta Mitofsky con un modesto 9,3%, propuso la creación de un impuesto verde, cuyos fondos sean destinados a promover la electromovilidad en el transporte público. Para este fin, se modificaría la finalidad del actual Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que se paga por la producción, venta o importación de gasolinas y diésel en México.

Posteriormente, con los fondos recaudados, Álvarez apoya la expansión de redes de transporte eléctrico a nivel nacional como las que actualmente se construyen en los Estados de Jalisco y Nuevo León. Mientras tanto, regiones sureñas como Oaxaca y Yucatán, donde existen altos índices de pobreza, serían beneficiarias de proyectos de energías “limpias y baratas” como la eólica y solar. 

En una línea similar, Claudia Sheinbaum, postulante izquierdista del partido oficialista Morena, se comprometió a que México genere el 50% de su energía con fuentes renovables para 2030. Es un objetivo que también comparte Xóchitl Gálvez, no por mera casualidad: fue una de las metas acordadas en la última COP, celebrada en Emiratos Árabes Unidos a finales de 2023. 

En cuanto a la electromovilidad, Sheinbaum aspira a replicar las iniciativas de transporte público eléctrico que desarrolló durante su periodo como intendente de la Ciudad de México. Se trata de proyectos como el trolebús, el cablebús, así como el abastecimiento de vehículos eléctricos en las líneas 3 y 4 del Metrobús.

Para lograr la meta trazada, el plan de su eventual administración buscará facilitar el desarrollo de infraestructura y normatividad requerida en la electromovilidad, promover la venta de vehículos cero emisiones, entre otros. Con miras a deslindarse del enfoque petrolífero del sexenio de López Obrador, la electromovilidad de Sheinbaum aspira a ser la nueva norma del transporte promovido desde el Estado mexicano. 

“Hay una diferencia clara en apostar por una electromovilidad de unidades particulares y una social que entiende la complejidad del cambio climático y cómo la política pública de transporte tiene que abocarse a este tipo de proyectos que sean en beneficio de muchos y haciendo eficiente el uso de los recursos públicos”, sostiene Tonatiuh Martinez, economista miembro del equipo de Claudia Sheinbaum, para AméricaEconomía

Mientras que su colega, Héctor Moreno, se muestra optimista en torno al nearshoring, debido a la inminente construcción de nuevas plantas automotrices de BYD y Tesla en el territorio mexicano. Esto es, marcas de vehículos asociadas a la electromovilidad.

Por otro lado, durante el desarrollo del debate, Gálvez recalcó su apoyo a la electromovilidad, aunque sin ahondar en rasgos. Entre sus políticas públicas como presidenta de México, la candidata opositora usaría el gas como principal combustible de transición y así, convertir a Pemex en una empresa energética en general. Posteriormente, la también senadora destacó que apoyaría los esfuerzos de la industria automotriz para producir y adoptar vehículos eléctricos o híbridos de forma acelerada. 

Rosanety Barrios, analista energética del equipo de Xóchitl Gálvez, aclara que para impulsar la electromovilidad se necesita una colaboración estrecha con las autoridades locales y una diversificación de las fuentes energéticas.

“Queremos colaborar con los municipios para que todo el mundo tenga posibilidad de desarrollar su electromovilidad, en materia de transporte público. Uno de los argumentos por los cuales se dice que estos planes aún no son aplicables es la escasez de electricidad. Porque sí, vivimos cortos de electricidad. Entonces, tampoco permiten que la iniciativa privada se haga cargo de su propia energía. En fin, hoy el modelo está cerrado a la participación privada. No cumplió con su obligación, y por lo tanto, de invertir en transmisión y distribución”, declaró Barrios para AméricaEconomía.

Por otro lado, la analista describe la gestión energética del gobierno de López Obrador como “completamente centralizada” y donde “nadie puede opinar nada”. Nuevamente, delinea la colaboración con gobiernos estatales y locales para superar la escasez energética. “Los estados y municipios tienen la mejor idea de cuáles son sus problemas energéticos, pero también sus soluciones. Todos los estados disponen de alguna agencia de energía o subsecretaría de energía. De forma que ya se ha desarrollado un importante capital humano que sabe cómo actuar a futuro”, menciona Barrios.

Con tal de aprovechar este capital, la analista plantea lo que define como colaboraciones estrechas con los estados para efectos de la planeación energética y el desarrollo de proyectos. Debido a que Barrios considera que la energía del siglo XXI enfatiza la producción en donde se genera y consume. Solo así podría alcanzarse el objetivo de construir 30 gigavatios de energía renovable para 2030.

Desde el equipo de Sheinbaum, la estrategia para promover energías renovables en las zonas rurales de México está orientada a concientizar a la población sobre el valor de la transición energética. “Parte del paquete social de la doctora (Sheinbaum) en el sector energético implica la organización con las comunidades. Se planea enviar técnicos a las localidades que no hablen en lenguaje técnico, sino que sensibilicen el caso y escuchen las necesidades de la población. El financiamiento también es muy importante e irá a cuenta del Estado”, explica Tonatiuh Martínez. 

Por su parte, Ramsés Pech, analista energético y docente asociado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que si bien, las comunidades rurales no tienen usualmente un alto consumo de energía en sus hogares, sí lo requieren para cocinar sus alimentos por medio de la leña. Se trata de un insumo que emana gases de efecto invernadero y esto repercute negativamente en la salud de los campesinos al emanar cenizas en sus hogares. 

“Creo que en lugar de pensar en cómo obtener electricidad en el hogar, se debe visualizar una forma de cómo ellos pueden ser parte de la transición, al dejar combustibles que por tradición han usado, y ver la forma de cómo hacerlos más eficientes. Actualmente, hay cocinas ecológicas y algunas de ellas han sustituido el alto consumo de leña”, afirmó Pech para AméricaEconomía

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Sergio Herrera Deza