El ejecutivo de Boston Consulting Group brinda sus pronósticos sobre el crecimiento de las fintech en América Latina y detalla qué estrategias deben cumplir estos actores para ganar un lugar en el mercado frente a los bancos tradicionales.
Se llegará a buen puerto, siempre y cuando se fijen prioridades desde ahora. Así podríamos resumir las proyecciones del sector fintech, de acuerdo al informe global de 2024, publicado por el Boston Consulting Group (BCG). Al igual que en 2023, el estudio confirma que a nivel mundial, las fintech alcanzarán los US$ 1,5 billones en ingresos para 2030. Sin embargo, pese a que en Latinoamérica, estos actores emergentes crecen en número e importancia, la rentabilidad es aún el mayor obstáculo a sortear frente a la competencia de los bancos tradicionales.
Para discutir a fondo el potencial del sector fintech y las claves del éxito de sus protagonistas más destacados, conversamos con Alejandro Tfeli, Managing Director & Partner del BCG en Buenos Aires. Desde su perspectiva, el ejecutivo señala que hacia 2021, el año posterior al brote del COVID-19, había un acceso “casi ilimitado” a fondos de venture capital e inversores privados que permitió a muchos emprendedores de la región solicitar créditos para abrir nuevas fintech.
“La cantidad de fintech con buenas o malas ideas que tenían acceso a ese capital y podían levantarse con una visión de desarrollo en Latinoamérica era gigantesco. Pero hoy, en los últimos 18 a 24 meses, ese acceso al capital con un contexto de altas tasas de interés y enfriamiento económico ha bajado. La evaluación de las fintech en cuanto a los múltiplos, que es una típica visión en que se mira la industria, también ha disminuido”, declaró Tfeli para AméricaEconomía.
Ante este panorama, las fintech latinoamericanas optaron por aumentar la rentabilidad del capital ya levantado con el objetivo de mostrar que año a año su margen operativo mejora. “Porque en el mundo fintech, si dejas de crecer, es mala noticia”, sentencia el director. Esta fijación por el crecimiento en cualquier circunstancia llevó a que, según el informe del BCG, entre 2021 y 2023, los ingresos mundiales de las fintech subieron 14% (a una tasa de crecimiento anual compuesta). En contrapartida, tanto la financiación como las valoraciones sufrieron una caída libre.
La búsqueda por fuentes de ingresos ha llevado a muchas fintech a tocar la puerta de jugadores tradicionales como bancos. Es un fenómeno que sorprende a Tfeli, pues cuatro años antes, habría sido impensable que estos actores busquen alianzas o compartan espacios de inversión. Pero es una realidad que ya se aprecia en Chile, Argentina, Brasil, y Colombia, entre otros países.
Por otro lado, las oportunidades de crecimiento se dan por otros factores: el primero es una regulación legal cada vez más extendida en torno a los sistemas interoperables y el open banking. Este último se refiere a los mecanismos que permiten a los clientes de servicios financieros autorizar el acceso de terceros a su información bancaria mediante aplicaciones seguras.
No obstante, si nos preguntamos cuál es el factor clave que permite a las fintech competir con los bancos tradicionales es la posibilidad de atender aquellos sectores sociales sub atendidos que no disponen acceso a los créditos bancarios.
“Son segmentos donde los bancos tradicionales son más cautos de abordar. Hay que destacar también que en estos sectores, una propuesta digital es muy beneficiosa, porque por definición es más barata, pero al mismo tiempo, las fintech deben demostrar que poseen un modelo de negocio sostenible. Si van a tomar un segmento de individuos, que hoy no tiene acceso al crédito, y generar un portafolio de créditos gigantes, pero tiene una morosidad enorme o temas de fraude, no creo que después los inversores van a apreciar una propuesta así”, advierte Tfeli.
Cabe destacar que ciertas fintech deciden apostar por el modelo freemium, que otorgan servicios gratuitos para enganchar a nuevos clientes, pero después exigen pagos para obtener una experiencia más completa. Según Tfeli, las empresas emergentes deberían evaluar si este modelo es rentable, a pesar que garantice una llegada constante de nuevos clientes.
Por otra parte, de acuerdo al ejecutivo, el segundo segmento donde las fintech pueden ganar terreno frente a los bancos es la venta de experiencias únicas. En ese sentido, el ahorro de tiempo mediante la digitalización de actividades presenciales es una alternativa clásica. “La cuestión es ofrecer una propuesta que consiste en operar con tres clics, de una manera muy fácil de entender, pero con resguardo y seguridad”, explica.
Para contextualizar, Tfeli menciona a la brasileña Nubank como un ejemplo que cumple ambas condiciones. Esta fintech introdujo como primer producto una tarjeta de crédito de bajo monto con bandera internacional, que facilitaba el acceso al crédito a los jóvenes brasileños. La carta de presentación también tuvo que ver: la compañía ofreció una tarjeta sofisticada, que a su vez venía en una caja elegante, que parecía fabricada por Apple. Así, lo que inició como un prototipo para 10 personas, hoy supera los 100 millones de clientes.
“¿Qué hicieron? Aprobaron un segmento nuevo con un producto simple, pero bien hecho. Luego, solo le ampliaban el límite crediticio a la gente que demostraba buen comportamiento y a los demás clientes, los dejaron con límites bajos, mitigando o minimizando las pérdidas. Esto es un ejemplo de ofrecer una experiencia extraordinaria, escalable y rentable”, sostiene Tfeli.
Según el vocero del BCG, otra historia de éxito es Mercado Pago: una fintech que inició con el valor diferencial de ofrecer pagos digitales en pequeños y micro comercios en diversos países latinoamericanos. La novedad era incluir el código QR pegado en la línea de caja del negocio, lo que permitía a cualquier persona pagar a través del escáner de su celular, sin la necesidad de acudir a un banco y verse obligado a enviar la información crediticia de los últimos dos años.
En la actualidad, el modelo de Mercado Pago ha sido replicado a nivel regional y su simplicidad amenaza incluso la supervivencia del efectivo como método principal de transacción. Se trata de un modelo que resulta muy útil en economías informales como Perú y Bolivia, donde la bancarización es lejana para las grandes mayorías.
LAS GRANDES BENEFICIARIAS
En este escenario de pronósticos optimistas a largo plazo, ciertas fintech pueden prosperar más que otras. “Los primeros grandes beneficiados, son aquellos que dentro de las instituciones financieras llamamos el segmento de pagos y transacciones. El segundo, que ya es prominente en países como México y Brasil, es el lending. Todo lo que conlleva préstamos tanto a individuos como a negocios y micro comercios es relevante hoy. Pero creemos que se va a tener un crecimiento más alto hacia adelante”, afirma Tfeli.
Aunque el ejecutivo no descarta que en el mediano plazo otros sectores también experimenten un despegue significativo. En este grupo se encuentran las fintech ligadas a inversiones, e-commerce, todo lo relacionado a marketing digital, así como “promociones y descuentos de rubros financieros en términos particulares”.
Sea como fuese, la inteligencia artificial cobrará un rol más protagónico en las fintech. Por ejemplo, para crear imágenes que ayuden a conectar mejor con los públicos objetivo, así como almacenar data sobre los productos y servicios a la venta que permita convencer al cliente de qué bienes se adaptan mejor a sus preferencias.