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Más de tres décadas después que la central hidroeléctrica haya sido acusada de ser un "monumento a la corrupción", aún hay áreas dilatadas de su administración que siguen ocultadas o disimuladas.
El martes 3 de abril de 1990, el entonces presidente de Argentina, Carlos Saúl Menem, luego de calificar el proyecto hidroeléctrico Yacyretá como un “Monumento a la Corrupción”, suspendía su ejecución por seis meses.
En abril de 1990 explicaba Menem que las obras del proyecto compartido con Paraguay no finalizarían en 1993, como estaba previsto, y que pudo comprobar que tenía una financiación original de US$ 1.500 millones, pero que en ese momento exhibía una ejecución inferior al 50%, pero que los gastos superaban ya los US$ 3.000 millones.
¿Se aclaró tan grave acusación? Pese a que las Altas Partes Contratantes del Tratado de Yacyretá crearon una comisión binacional de fiscalización, los escultores de tan portentoso monumento siguen impunes.
Las muescas, inclusive grietas de corrupción en el edificio de la binacional, no fueron borradas, porque siguen recordando a contribuyentes paraguayos y argentinos que en Yacyretá la corrupción se mezcló con el hormigón, la tierra y la arcilla empleada para la construcción del complejo.
DOS NUEVOS HECHOS EN UN EXTENSO HISTORIAL
Es más, aparecieron varias otras, que también deben investigarse y aclararse. Hoy, por razones de espacio, pretendemos enfocarnos sobre dos hechos, que afectan los intereses de la binacional y de Paraguay.
Apuntemos que la información no es el producto del “aperturismo” practicado por sus administradores actuales, sino de filtraciones originadas en los mismos corredores de la casa de máquinas.
De acuerdo con esos informes, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa) de Argentina, cobra -en su mercado- a las distribuidoras de la energía de Yacyretá un rubro denominado “Regulación de frecuencia” y otro etiquetado como “Reserva de potencia”.
La compañía argentina, explican, exige que las turbinas operen de una manera para que la misma cobre por ese servicio.
Lo más grave es que la binacional no percibe nada por someterse a esa exigencia y, mucho más grave aún, que esa es una de las causas del deterioro que sufrieron sus unidades productoras.
SUSTITUCIÓN DE LAS UNIDADES DETERIORADAS
Recordaron que, en ese sentido, las unidades 1 y 3 fueron reparadas en su totalidad y que la N.º 4 está en proceso de rehabilitación, también total, para que lo repongan en el esquema de servicios en marzo próximo.
Añadieron nuestras fuentes que para prestar el servicio en cuestión, se deja de generar (reserva de potencia) y que se utilizan las turbinas como amortiguadores del sistema eléctrico argentino (regulación de frecuencia).
Preguntan, por último, si la entidad binacional permitirá que las nuevas turbinas (1, 3 y 4) serán igualmente utilizadas para reservar potencia y para regular frecuencia y, por ende, seguir beneficiando gratuitamente exclusivamente al sistema eléctrico argentino.