Al cierre del cuarto trimestre de 2023, la firma asiática reportó una venta de 525.409 unidades, frente a los 484.507 de Tesla.
El choque eléctrico del año lo dio BYD (Build Your Dreams) a Tesla, al superar por primera vez en ventas de vehículos eléctricos a la empresa de Elon Musk. Y es que pese a que la industria ha sufrido de una escasez de chips y baterías que mermaron las cifras de producción, el fabricante chino reportó haber vendido 525.409 vehículos en el cuarto trimestre de 2023, frente a los 484.507 de Tesla.
Durante 2023, la empresa del magnate sudafricano vendió 1,8 millones de vehículos eléctricos, lo que significó un crecimiento del 38% con respecto al año anterior. Sin embargo, las cifras estuvieron por debajo de la predicción de Musk, quien aspiraba lograr un crecimiento de ventas en 50% en la mayoría de ejercicios anuales. BYD, por su parte, vendió 1,6 millones, un 70% más que en 2022.
"BYD tiene una ventaja estructural en la medida en que su expansión se sustenta en un apoyo muy fuerte a los vehículos eléctricos por parte del gobierno chino", explicó Neil Saunders, director de la firma de consultoría y análisis Globaldata.
BYD, cuyo negocio original fue la fabricación de baterías, encontraría su ventaja, según analistas, en no recurrir a terceros para la fabricación de éstas, considerando también que es el componente más caro del vehículo.
La competencia en la venta de vehículos también radica en la variedad y gama de vehículos, tal y como lo demostró el Cybertruck de Tesla, el cual supuso su entrada al competitivo mercado de los camiones en Estados Unidos. Mientras que el fabricante chino hizo lo propio con BYD Seal, el sedán eléctrico que apunta directamente al reinado del Tesla Model 3, y que además cuenta con una batería de 82,5 kWh, es decir, una autonomía de 570 kilómetros en su versión más eficiente.
En la carrera de BYD por conquistar el mercado de autos eléctricos, Latinoamérica juega un rol importante. Es así que en julio de 2023 desembarcó en el estado brasileño de Bahía para poner en marcha su primer complejo de vehículos eléctricos fuera de Asía, que implica el despliegue simultáneo de tres fábricas en Camaçari (antes pertenecientes a Ford) donde se espera que se genere más de 5.000 puestos de trabajo en los próximos años. Se prevé que entre en funcionamiento en el segundo semestre de 2024.
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"Este es un momento extremadamente importante para BYD en América", dijo Stella Li, Vicepresidenta Ejecutiva de BYD y CEO de BYD Américas.
Los primeros modelos que se producirán en Camaçari son el BYD Song Plus y el BYD Dolphin, este último lanzado a finales de junio y que ya batió el récord en matrículas al ser el más vendido del país. Más recientemente, la fábrica china informó que producirá vehículos policiales especializados o de emergencia eléctricos para uso urbano, lo cual podría llegar a significar, según la compañía, un mercado potencial de 4.000 a 5.000 vehículos por año durante la próxima década.
Asimismo, ha contemplado la compra de activos mineros de litio en Brasil para asegurar el suministro de materias primas para expandir su producción. “Necesitamos asegurarnos de que en el futuro todos los automóviles que vendemos aquí se produzcan al 100% aquí. BYD se convertirá en una empresa brasileña”, aseguró Li a Bloomberg.
La región se ha convertido en un área estratégica para las empresas automotrices que buscan aprovechar el cambio de la industria hacia fuentes de energía más sostenibles y el abandono de los combustibles fósiles. Ejemplo de ello es Ford Motor Co. y su acuerdo con el chileno de litio SQM, así como Stellantis NV y la minera Rio Tinto Group, que aumentaron sus inversiones de cobre en Argentina con US$ 120 millones y US$ 1.241 millones, respectivamente.
No cabe duda del potencial de los autos eléctricos. China ha identificado esto y no en vano se ha convertido en el principal exportador de autos ligeros en el mundo en los últimos cinco años, superando a Japón.
A medida que la sociedad avanza hacia tecnologías más ecoamigables, este caso ejemplifica los desafíos que enfrentarán los países al intentar reducir su dependencia de los productos provenientes de China.
