A pesar de los esfuerzos del sector por diversificar sus mercados hacia Europa y Estados Unidos, la reducción del consumo en China y otros problemas internos han impactado significativamente los ingresos y la sostenibilidad de la industria.
La desaceleración económica en China, la suspensión de exportaciones de camarón a varias empresas exportadoras ecuatorianas en el gigante asiático, junto con los cortes de energía y la inseguridad, son factores que provocaron en su conjunto la caída del 19% de las exportaciones del camarón de Ecuador en el primer trimestre de 2024.
Así lo explicó José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), y Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), luego de que la institución privada diera a conocer los resultados del sector exportador entre enero y marzo
“Son elementos que han sometido a mucha presión de costos adicionales a las empresas camaroneras en todos sus eslabones (producción, empaquetado, logística y exportación)”, aseguró Felipe Ribadeneira, Presidente Ejecutivo de Fedexpor a AméricaEconomía.
Durante los últimos cinco años se concentró en promedio el 54% de las exportaciones de camarón en China, sin embargo, la desaceleración económica en el país se tradujo en una menor predisposición del consumidor chino, al punto en que sus importaciones de productos del mar (frescos y congelados) se redujeron a 4% en 2024, cuando antes las incrementaba a un ritmo superior al 15%, detalló Ribadeneira.
En ese contexto, y de acuerdo con el último comunicado de Fedexpor, la exportación de camarón registró caídas de hasta 57% en marzo.
Aunque fue atenuado por iniciativas del propio sector camaronero al diversificar sus líneas hacia productos que tienen otros canales de comercialización, que incorporan un mayor componente de valor agregado o que se dirigen a otros destinos como Europa y Estado Unidos, continuó el presidente de Fedexpor, la suspensión del gigante asiático a varias empresas exportadoras ecuatorianas, por un asunto técnico sobre niveles de un preservante, es un golpe que ya está durando tres meses.
“Estamos a espera que la Aduana china les levante la medida”, se pronunció Camposanto el viernes.
Otro problema es el desplome de los precios internacionales del crustáceo, que si bien significó para el país sudamericano un incremento del 14% en volumen exportado con relación a 2022 (2.677 millones de libras), en divisas se tradujeron en US$ 6.289 millones, US$ 1.000 millones menos que lo recibido en 2022, según cifras de Fedexpor.
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Y es que en 2023, el precio promedio del camarón exportado fue de US$ 2,35 por libra, una reducción sostenida de 13%, puesto que en enero su valor era de US$ 2,48 por libra y en diciembre llegó a US$ 2,15 por libra. Este año registró un crecimiento de 3,6%, pero es todavía más bajo que el promedio de 2023 y 2022 (US$ 2,84 por libra).
Consecuentemente, el sector camaronero enfocó sus esfuerzos en la diversificación y se dirigió al mercado europeo y estadounidense, donde, por ejemplo, Ecuador pasó de 25% de participación de volumen de importación en 2021 en Estados Unidos a 33% en 2023.
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Pero el camarón continúa sin ser rentable o sostenible en el tiempo, por lo que las empresas están optando por buscar otras alternativas de producto y mercado donde el precio pueda ser mayor, sentenció Felipe Ribadeneira.
“En estas últimas semanas se ha vuelto aún más compleja la posibilidad de que el camarón pueda enfrentar esta compleja situación, considerando los cortes de energía eléctrica, así como la inseguridad”, finalizó.