StoneX adelantó que se espera que las condiciones climáticas adversas generen “pérdidas de producción considerables”, pero que la magnitud de su impacto se podrá evaluar con mayor precisión solo con la llegada de nuevas precipitaciones.

De acuerdo con la evaluación de StoneX, sobre todo en el caso del segundo periodo de siembra (mediados de octubre), el cultivo de soja se enfrenta un escenario preocupante, atendiendo que la sequía instalada desde finales de diciembre persiste en varias zonas del país.

“Se espera que esta situación provoque pérdidas de producción considerables, especialmente en las zonas más afectadas (norte de la Región Oriental). La magnitud exacta del impacto solo podrá evaluarse con mayor precisión después las lluvias esperadas, que serán decisivas para las cifras finales de la zafra 2024/25″, explicó.

Adelantó que el ciclo sojero en curso será de “contrastes”: mientras algunas zonas de San Pedro estarán “quebrando” (rendimientos por debajo del promedio) por cuarto año consecutivo, otros productores en Alto Paraná e Itapúa ya están registrando cinco toneladas por hectárea en las primeras zonas cosechadas, datos los que se deduce que el rendimiento general aún estará por definirse con las lluvias esperadas para finales de enero.

En general, según la consultora, se visualiza un escenario de pérdida de productividad potencial, con los registros de humedad de suelo mostrando zonas puntuales más afectadas en los departamentos o “heterogeneidad” en las precipitaciones recibidas.

“Hasta el 16 de enero, la mayor parte del país muestra que los registros de índices de humedad se encuentran moderados”, destacan.

Hasta inicios de enero, StoneX mantuvo ancladas sus estimaciones para la zafra sojera 2024/25. Para el ciclo principal proyectó un volumen de producción de 9,25 millones de toneladas, mientras que para la zafriña 1,2 millones de toneladas de granos, sumando
así una producción total 10,52 millones de toneladas para la campaña en curso.

No obstante, con la cosecha de soja, que empieza a cobrar fuerza, desde el sector productivo ya adelantaron el panorama de incertidumbre respecto a los rendimientos y la calidad de los granos, atendiendo las secuelas de las condiciones climáticas adversas.