En medio de los apagones, las empresas han sustituido cierta cantidad de electricidad con generación propia y el Gobierno de Noboa asegura que ha invertido en 410 MW.
Este 23 de octubre se cumple un mes desde que empezaron los apagones programados en Ecuador, llegaron hasta doce horas diarias y ahora se han reducido a ocho y seguirán bajando cada semana a seis y luego a cuatro horas.
El Gobierno de Daniel Noboa atribuyó la medida al “peor estiaje de los últimos 61 años” y pese a la reducción en el número de horas de los apagones, hay un impacto.
Al sector industrial se le han complicado las operaciones, en tanto que para el empresarial es “un golpe muy duro a la economía del país andino, especialmente a los comercios más pequeños, que son los más vulnerables”.
El director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca (Cipem), Andrés Robalino, indica que ha sido un mes “bastante complicado” y más aún cuando se incluye el apagón completo del parque industrial en Cuenca por cuatro días, medida que se extendió para el de Ambato.
A inicios de octubre trascendió un comunicado del Operador Nacional de Electricidad (Cenace) en el que pidió reducir el consumo de energía “de hasta el 100 % para el sector industrial en el periodo de 08:00 a 18:00 todos los días por un periodo de al menos quince días hasta recuperar las reservas energéticas de la central Mazar”.
Sin embargo, la medida fue modificada, luego de que los empresarios e industriales mantuvieran diálogos con el Gobierno de Noboa.
Robalino indica que esta situación no ayuda a retomar un camino de recuperación económica y del empleo que necesita el país.
Además de esto, indica que se debe tener en cuenta que se tendrán los primeros seis meses de 2025 bastante inestables por el proceso electoral por el que atravesará el país, “lo que significa que en el mejor de los casos el Ecuador podrá retomar un estabilidad desde el cuarto trimestre del próximo año”.
Desde la Cámara de Industrias de Guayaquil (CIG) afirman que ha “complicado tremendamente las operaciones industriales”, sobre todo por la incertidumbre del número de horas de los cortes y cuánto tiempo se prolongará la crisis eléctrica.
“Los problemas van desde pérdidas en el proceso productivo, posible reducción en la facturación, dificultades para organizar los turnos de la jornada laboral ya que se necesitan horas adicionales para poner a funcionar nuevamente las máquinas”, apuntan.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG), Miguel Ángel González, evalúa como un “golpe muy duro a la economía del país. Especialmente a los comercios más pequeños que son los más vulnerables”.
González señala que la falta de previsibilidad agravó la situación y que en casos como estos, el manejo adecuado de la crisis es fundamental. En este sentido, considera que un aspecto clave es que las autoridades comuniquen de manera clara, oportuna y transparente la situación real, para que las empresas puedan actuar en consecuencia y prepararse para enfrentar la situación. “Cuando no hay claridad, el impacto negativo puede ser mayor”.
IMPACTO ECONÓMICO
El director ejecutivo de la Cipem indica que es difícil tener un cálculo exacto del impacto económico, ya que hay muchas industrias en Cuenca fuera del parque industrial, los cortes no han sido estables y son zonificados.
Sin embargo, menciona que una hora de corte completo en Cuenca son entre US$ 900.000 a US$ 1′000.000 de no producción y por el apagón de cuatro días en el parque industrial significó más o menos US$ 20′000.000 en pérdidas.
Robalino agrega que al no tener una proyección positiva en los siguientes meses, la conclusión es que tendrán “nuevamente una recesión económica en el Ecuador, como la que tuvimos desde el segundo semestre del año pasado hasta el primer semestre de este año”.
Por su parte, la CIG señala que las posibles cifras de impacto para el sector industrial son las mismas que presentaron en abril pasado, mes en el que también hubo apagones, esto es de US$ 2,4 millones por cada hora de corte de electricidad en el sector industrial.
Agrega que “esto se podría mitigar en la medida que las empresas puedan suplir esas horas con generación propia que no siempre llegar a cubrir el 100% de los cortes”. Su reporte muestra que la pérdida estimada por la crisis energética a nivel nacional es de US$ 12 millones por cada hora de apagón.
El presidente de la CCG explica que desde que comenzaron los apagones las pérdidas en ventas estimadas superan $ 2.500 millones. Donde solo el sector comercial representa $ 1.100 millones. A eso se suman la pérdidas en mercadería perecible y los daños en maquinarias y equipos.
COMPRA Y ALQUILER DE GENERACIÓN DE ENERGÍA
En medio de los apagones, el Gobierno en diferentes ocasiones ha reiterado que en diez meses ha invertido en 410 megavatios (MW) de generación, de esos 341 MW son parte del primer bloque de contrataciones de emergencia para enfrentar la crisis energética.
En los 341 MW se incluye el barco de generación flotante de la empresa Karpowership que aporta con 100 MW al Sistema Nacional Interconectado (SNI). La barcaza empezó la operación comercial el pasado 16 de septiembre.
Mientras que los otros proyectos ingresaran al SNI entre noviembre y diciembre, en Salitral a partir del 15 de noviembre; en Quevedo a finales de noviembre y en Esmeraldas a finales de diciembre.
Estaba previsto la contratación de más barcazas, sin embargo, esto fue descartado y ahora se apuesta a la generación móvil.
Por otro lado, el Gobierno también planteó la Ley Orgánica para Impulsar la Iniciativa Privada en la Transición a Energías Renovables, que actualmente se tramita en la Comisión de Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional ecuatoriana.