La producción petrolera nacional de Petroecuador y compañías privadas cayó casi 20% por la rotura de la tubería. El SOTE reinició operaciones el 19 de marzo.

La rotura de 60 metros del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), que provocó el derrame de crudo en Quinindé (Esmeraldas), ha golpeado de manera importante a la producción petrolera y obligó a Petroecuador a suspender temporalmente las exportaciones desde la Terminal de Balao hasta que se supere la situación de fuerza mayor.

La emergencia ocurrió la noche del jueves 13 de marzo, ese día la producción nacional de crudo registró 466.513 barriles, incluyendo lo que genera Petroecuador y las compañías privadas.

Para el 17 de marzo la producción cayó a 377.098 barriles, según los últimos datos disponibles en la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburos (ARCH).

Es decir que en apenas cuatro días el país perdió 89.415 barriles de crudo que no se pudieron producir. La explotación de petróleo cayó 19,17% en ese periodo.

El SOTE fue inaugurado en el año de 1972, con un ducto de 497,7 kilómetros de extensión para un crudo de 30 grados API.

Tiene una capacidad de bombeo de 360.000 barriles diarios y hasta 390.000 barriles diarios utilizando químico reductor de presión, según información de Petroecuador.

De acuerdo con el informe de la ARCH, más de 300 pozos petroleros, de Petroecuador y operadores privados, tuvieron que ser cerrados temporalmente por el problema con el SOTE.

A ello se suma que otros pozos han tenido que cerrar momentáneamente por inconvenientes con la generación eléctrica, mantenimiento y limpieza, robos de cables y más material, entre otras razones.

En el caso de Petroecuador, que abarca el 83% de la producción nacional, los registros de la empresa pública evidencian una fuerte declinación de la explotación entre el 15 al 16 de marzo, pasando de 366.678 barriles a 324.412 barriles, lo que implica una disminución de aproximadamente 11,53% en solo un día.

Visto desde que se rompió el SOTE, la producción de la petrolera estatal descendió alrededor del 18,23% hasta el 18 de marzo.

El SOTE es el principal sistema de transporte de crudo del país que llega desde 11 bloques de Petroecuador y 15 bloques de compañías privadas en la Amazonía, y además lleva petróleo de dos empresas colombianas, recoge el boletín analítico del sector petrolero, elaborado por el Banco Central del Ecuador (BCE), con corte al cuarto trimestre de 2024.

De los 172,24 millones de barriles que se transportó por oleoductos en 2024, el SOTE abarcó 103,96 millones de barriles, es decir, el 60,36%; lo demás fluyó a través del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP).

La operación del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano en 2024 representó un cumplimiento del 90,9% de acuerdo con lo establecido en su plan operativo anual; sin embargo, aquello fue una disminución de 4,8% en comparación con el año anterior.

Según el BCE, los resultados de 2024 reflejan que por la tubería del SOTE recorrió el 72% de la producción diaria del país, para su exportación al mercado internacional, y otra parte para su procesamiento en las refinerías con el objetivo de atender la demanda interna de combustibles.

Para enero de 2025, último dato dispone Petroecuador, el transporte de crudo por el SOTE fue de 8,5 millones de barriles -un 1,91% más que en igual mes de 2024-, lo que significa transportar 273.558 barriles en promedio día.

El bombeo de crudo por el SOTE se restableció la mañana del miércoles 19 de marzo, confirmó Petroecuador. Las operaciones se pudieron retomar tras labores de reconformación del derecho de vía, preparación de la nueva tubería, corte e instalación del nuevo tramo, permitiendo reiniciar el transporte desde la estación de bombeo en Lago Agrio hasta el terminal marítimo de Balao, en Esmeraldas.

Se espera que la producción petrolera se recupere con el reinicio de la actividad en el SOTE.

En tanto, Petroecuador aún no cuantifica la cantidad de barriles de petróleo derramados por la emergencia.

La empresa pública mantiene la declaración de fuerza mayor, la cual inició el 15 de marzo y se prevé que no dure más de 60 días.