Gracias al uso de plataformas, algoritmos y hasta criptomonedas, las fintech se están posicionando como alternativas viables a los bancos como emisores de remesas.
América Latina siempre ha sido una región de migrantes. No es de extrañar, conociendo las sucesivas crisis económicas y sociales que han aquejado a nuestros países desde el siglo pasado. El ejemplo más reciente es la diáspora venezolana que inició en 2016 con el colapso económico del régimen de Nicolás Maduro, y se extiende hasta nuestros días. No obstante, al igual que en casos anteriores, para muchos migrantes, la búsqueda de un futuro prometedor no es la única aspiración ya que en sus lugares de origen permanecen sus seres queridos, quienes aún deben afrontar la dura rutina de vivir en una sociedad sin oportunidades.
A partir de esta necesidad, se masificó el mercado de remesas como un flujo estable de envío y recepción de dinero en divisas locales o dólares. Así, estos fondos se convierten en fuentes de ingreso clave para hogares vulnerables. Aunque también son útiles para personas con ingresos en el exterior que buscan usar esos saldos en su país de residencia, aprovechando el valor adicional que las remesas adquieren por el tipo de cambio. Dicha estrategia a su vez es empleada por diversas empresas, debido a que las remesas funcionan como alternativa para cubrir la compra de insumos o el pago a proveedores.
Por ello, no es de extrañar que según un estudio del Banco Mundial realizado en 2022, América Latina sea la segunda región que más remesas recibe a nivel global. En dicho año, se registraron ingresos por US$ 142.000 millones, representando un 9,3% más que en 2021. Esta suma solo fue superada por Asia meridional, que recibió más de US$ 163.000 millones. El informe señala que estos resultados se explican en la recuperación económica post pandemia, así como en el alza del empleo de migrantes latinos en Estados Unidos.
Sin embargo, no todas las opciones de envío de remesas ofrecen condiciones similares. Para empezar, de acuerdo al Banco Mundial, los bancos tradicionales representan el medio más costoso para enviar remesas con una comisión cercana al 11,8%; en segundo lugar, siguen las oficinas de correo con un 6,3%. Aunque si tomamos en cuenta las soluciones digitales, las cifras son mucho menores. Por un lado, los operadores de transferencias de dinero mantienen comisiones del 5,4%, mientras que los de telefonía móvil, un 4,5%.
Estas ventajas han tenido repercusiones en las preferencias de los usuarios, al punto que en 2020, a nivel mundial, las remesas enviadas con tecnología digital aumentaron un 65%. Así lo demostró el informe State of the Industry Report on Mobile Money de GSMA, organización de la red mundial de operadores móviles. Para impulsar su crecimiento, varias de estas fintech apuestan por alianzas con instituciones clásicas dedicadas a las remesas como Western Union, MoneyGram, entre otras.
Fue el caso de Mercado Pago, que en 2022 comunicó un acuerdo con Western Union para que los envíos de dólares lleguen a su wallet. “Hay que estar listos para poder lanzar un producto que realmente tenga impacto. Además de tener una billetera estable y fuerte se necesitaba la certeza jurídica de que podíamos operarlo”, declaró Pedro Rivas, general manager de Mercado Pago México en el marco del Latin America Summit 2022, organizado por la fintech brasileña Ebanx.
Asimismo, desde la óptica de las empresas tradicionales, la digitalización de operaciones se presenta como una cuestión de supervivencia. Es una situación que han sabido aprovechar los nuevos competidores, según sostiene Luis Saavedra, co-fundador de la fintech chilena TuCambio, especializada en el envío de remesas mediante el uso de criptomonedas. “Lo que le queda a estas empresas es simplemente adaptarse o morir. No veo una razón por la cual un usuario quisiera tener que ir al banco y retirar dinero para después irse a otro lugar para que su destinatario también tenga que salir de su trabajo para ir a retirar”, dijo Saavedra a AméricaEconomía.
Desde esta perspectiva, el roadmap a corto plazo de TuCambio apunta a ofrecer sus servicios a bancos y remesadoras tradicionales. Es el último paso en una cadena de decisiones que inició en 2016, cuando Saavedra y su esposa, emigraron a Chile, oriundos de Venezuela. Ya entonces, las altas comisiones que cobraban los bancos para el envío de remesas era un problema. Así que Saavedra decidió aprovechar su experiencia en criptomonedas para buscar una alternativa. “Era minero de Bitcoin desde hacía 12 años, por lo que decidimos usar la criptomoneda como pivote para enviar dinero de un país y así comenzamos a ayudar a amigos y familiares”, cuenta.
Pese a su conocida volatilidad, las criptomonedas se presentaron como una opción de respaldo, debido a que permitían intercambiar divisas sin necesidad de disponer una cuenta bancaria en cada país, a diferencia de un activo tradicional. Por otro lado, TuCambio recurrió a la inteligencia artificial para agilizar los procesos de envío de remesas. “Desarrollamos un algoritmo que permite analizar y obtener deep data de más de 300.000 rutas de envío. Esa evaluación constante permite que dispongamos de miles de alternativas, mientras que las opciones tradicionales suelen emplear dos o tres caminos”, aclara Saavedra. Para alcanzar su objetivo, el algoritmo evalúa tres factores: por cuál exchange ingresar, qué criptomoneda utilizar y cuál es el volumen de la compra.
LAS FINTECH COMO NUEVA RUTA DE ENVÍO DE DINERO
Otra fintech que se inició en el mercado chileno fue Global66 como respuesta a la escasez de alternativas económicas que tenía la comunidad peruana del país austral para enviar remesas a su país. De esta forma, en 2018, se inició como prueba piloto una ruta desde Chile a Perú que tuvo la acogida necesaria para impulsar el proyecto. Descubrir ese “dolor” o necesidad financiera fue el punto de partida para una iniciativa que ya dispone de más de 70 rutas en Latinoamérica y otros continentes.
Además de las remesas, los productos de la fintech incluyen transferencias internacionales, transferencias entre usuarios de la plataforma y cambios de divisas. “El objetivo es convertirnos en un neobanco que funcione 100% bajo modalidad digital. Puedes mantener una cuenta en Perú y usarla en Australia si es necesario. De hecho, puedes moverte por el mundo con una sola cuenta con todos los servicios financieros que necesites”, resalta María José Artacho, country manager de Global66.
Según su visión, Artacho considera que el valor agregado de la fintech es su enfoque en precios competitivos y asequibles, así como menores tiempos de entrega. Por ejemplo, los envíos de remesas entre Perú y España se llevan a cabo en el mismo día, sin contratiempos. Otro punto destacable es que si bien el país andino se ha destacado tradicionalmente como un receptor importante de remesas, en los años posteriores a la pandemia, la tendencia se ha invertido.
Aunque actualmente la comunidad venezolana no representa un porcentaje mayoritario del público de Global66. “Como el acceso que damos es totalmente digital, a diferencia de un banco tradicional, esto permite que la plataforma dé cobertura a todos los extranjeros que residan en Perú. No nos enfocamos en una nacionalidad específica. Así que nuestras rutas top son las conexiones de Perú con España, Colombia, Chile y Estados Unidos”, aclara Artacho.
De esta manera, bajo una consigna de agilidad y mejores ofertas, muchas fintech se posicionan como la nueva herramienta estándar para el envío de remesas. No sorprende que grandes conglomerados hayan decidido incursionar en el rubro. Podemos mencionar a Chek, la billetera electrónica del Grupo Ripley, así como la reciente alianza entre Nu México y Félix Pago para que sus clientes puedan recibir dinero de Estados Unidos mediante WhatsApp. Las fronteras y la variedad de divisas ya no parecen ser obstáculos para el envío de fondos que impulsan a miles de familias a seguir adelante.