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Empleo manufacturero en México experimenta primera caída semestral desde la pandemia
Viernes, Agosto 16, 2024 - 09:45
Fuente: El Economista

De las 21 ramas manufactureras contempladas en la Encuesta Mensual del sector, 15 muestran descensos. Encabeza la industria de insumos textiles, con un descalabro de 9,9%

Pocos rastros del nearshoring, al menos en los registros laborales de la industria de la transformación en México. De enero a junio del 2024 el empleo manufacturero en el país azteca descendió 1,8% en comparación con el mismo lapso de 2023, cayendo por primera vez en términos semestrales desde el pandémico 2020, cuando descendió 2,5%, revelan datos de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM), divulgados este jueves por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

De las 21 ramas manufactureras contempladas en la EMIM, 15 muestran descensos. Encabeza la industria de insumos textiles, con un descalabro de 9,9%, seguida de la fabricación de muebles, con una baja de 9,8 por ciento.

Completan el top cinco de caídas la industria del cuero y de la piel (-9,5%), la de fabricación de prendas de vestir (-9,4%) y la de manufactura de equipo de cómputo y comunicación (-8,9 por ciento).

Por su relación también con la industria del vestido y accesorios en general, que no ha podido recuperarse plenamente de la pandemia y ha estado golpeada por el recrudecimiento de la competencia de productos asiáticos, también destaca la caída de 4,7% en la rama de fabricación de productos textiles exceptuando prendas de vestir, mientras que la industria de la madera tiene una nómina 4% menor.

En alguna medida, estas caídas fueron amortiguadas por mejoras como la de 3% en la plantilla de la industria de las bebidas y el tabaco, que se ha visto favorecida por una robusta demanda externa de sus variedades tanto alcohólica (cerveza, tequila y mezcal) como no alcohólica (jugos y refrescos).

También nadaron a contracorriente las industrias química (+2,3%), de productos metálicos básicos (+1,3%) y de plástico y hule (+0,5 por ciento).

Mención aparte merece la rama de fabricación de equipo de transporte, por su peso y por su músculo exportador. Si bien no fue la de mayor crecimiento, al menos creció su nómina en 0,2% y también sumó para evitar una mayor caída en el total de la industria de la transformación.

Con un descenso de 2,1% en junio, en comparaciones mensuales interanuales el empleo manufacturero hiló también 10 meses de contracciones, que iniciaron en septiembre de 2023.

Y otro dato: sin tomar en cuenta 2020 por su carácter atípico debido a la irrupción de la pandemia de Covid-19, el empleo manufacturero no había caído en un primer semestre desde 2009, cuando se contrajo 9,85 por ciento.

Ese año impactaron al sector, por un lado, la gran recesión en Estados Unidos detonada por la crisis de las hipotecas basura, y por otro la irrupción de la pandemia de influenza A-H1N1, que trajo medidas de distanciamiento social, aunque mucho menos severas que las de 2020.

RELEVANCIA LABORAL

La industria de la transformación o manufactura es el primer generador de empleo formal del país, con un aporte de 27,1% de la nómina registrada ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que al cierre de junio fue de 22 millones 319.444 personas.

De manera que, al cierre de junio, la nómina formal de la industria de la transformación ascendió a seis millones 55.497 trabajadores.

“El empleo en manufactura es de gran relevancia en México porque generalmente es el de mayor productividad, el más tecnificado y con mejores condiciones laborales”, comenta Guillermina Rodríguez, subdirectora de Estudios Económicos de Citibanamex.

De acuerdo con los registros del IMSS, durante el primer semestre del año, el salario diario promedio de cotización de los trabajadores de la industria de la transformación fue de 610 pesos (US$ 32,5).

Esto lo hace el cuarto mayor entre las nueve ramas de empleo que clasifica el IMSS, solo por detrás de la industria eléctrica y de suministro de agua potable (1.157 pesos o US$ 61), industrias extractivas (878 pesos o US$ 46) y servicios sociales y comunales (672 pesos o US$ 35).

En tanto, es superior a las remuneraciones en los ramos de comunicaciones y transportes (599 pesos o US$ 31,9), servicios para empresas, personas y el hogar (590 pesos o US$ 31,4), comercio (528 pesos o US$ 28,1), industria de la construcción (439 pesos o US$ 23,4) y sector agropecuario (399 pesos o US$ 21).

DEBILIDAD SECTORIAL

Según los datos del Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) reportados por el Inegi el pasado 9 de agosto, la actividad manufacturera se contrajo 0,3% durante el primer semestre del año, cuando había crecido 1,9% en el mismo lapso de 2023.

Este descenso también fue el primero para el IMAI en un primer semestre desde la caída de 14,4% que sufrió en 2020. Dejando de lado ese dato, hay remontarse hasta 2013, el primer año del sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, para ver otra caída, que fue en ese caso de 1 por ciento.

La pérdida de vigor de la manufactura va acorde con la desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) de México, que según la estimación oportuna del Inegi dada a conocer el pasado 30 de julio, marcaba un crecimiento semestral acumulado de 2,2%, inferior al de 3,5% de la primera mitad de 2023.

Esta atonía contrasta también con el entusiasmo y la expectación que se ha generado por el atractivo de México para la relocalización de capacidad industrial, principalmente desde países asiáticos (nearshoring).

Y se da a pesar de que México se convirtió el año pasado en el primer proveedor de Estados Unidos y se consolidó esa posición durante el primer semestre.

En ese período las exportaciones mexicanas a Estados Unidos crecieron 5,5% a US$ 249.041 millones lo que les permitió agenciarse una participación de mercado récord de 15,9% de las compras estadounidenses de mercancías, superando el 15,5% conseguido en el primer semestre de 2023, de acuerdo con cifras de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

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El Economista