Con la nueva regulación, el sector prevé una mayor confianza hacia los servicios fintech, lo que se traducirá en mayor innovación, competencia e inclusión financiera para personas y empresas.
El pasado 3 de febrero comenzaron a regir diversas modificaciones introducidas por la llamada Ley Fintech y Open-Banking, en Chile.
Para muchos actores locales, la ley representa un avance significativo para promover la innovación financiera y una mayor competencia en el sistema financiero, así como el desarrollo de nuevos productos y servicios financieros para los consumidores.
“Esta normativa regula el registro, autorización y obligaciones de los prestadores de los siguientes servicios financieros: Plataformas de financiamiento colectivo (PFC), Sistemas alternativos de transacción (SAT), asesoría crediticia, asesoría de inversión, custodia de instrumentos financieros, enrutamiento de órdenes e intermediación de instrumentos financieros”, explicó a AméricaEconomía Angel Sierra, director ejecutivo de FinteChile, la entidad que agrupa a un alto porcentaje de estas firmas en el país sudamericano.
En lo particular, esta normativa modifica la Ley 18.045 de Mercado de Valores (“LMV”), la Ley 18.046 de Sociedades Anónimas (“LSA”) y el Código de Comercio, entre otras materias, cambiando el concepto de sociedad anónima abierta, y por ende, con los requisitos exigidos para que las sociedades anónimas queden obligadas a inscribir sus acciones en el Registro de Valores que lleva la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).
“Esta normativa trae consigo certeza jurídica tanto a usuarios como a los mismos proveedores de servicios financieros por lo que visualizamos una mayor confianza hacia los servicios Fintech, lo que se traducirá en mayor innovación, competencia e inclusión financiera para personas y empresas” agrega Sierra.
OPEN BANKING Y CRIPTOACTIVOS
Entre los principales aspectos que contempla la nueva normativa, se establece un marco regulatorio para ciertos servicios financieros de base tecnológica que no contaban con un marco jurídico propio, lo que generaba inconvenientes normativos que han dificultado su desarrollo en Chile.
Las entidades que realizan operaciones de intermediación y custodia, provisión de plataformas de transacción y asesoría sobre instrumentos financieros (incluyendo criptoactivos y contratos por diferencia) pasarán a estar reguladas por la Comisión para el Mercado Financiero y deberán acreditar el cumplimiento de los requisitos que la autoridad fije para que puedan operar.
Se reconoce el uso de criptoactivos como medios de pagos, extendiendo las facultades del Banco Central de Chile para considerar como medios de pago a los criptoactivos cuyo valor sea determinable y respaldado en función de dinero (“stablecoins”), que cumplan con los requisitos que establezca el instituto emisor.
Se modifican distintas leyes que rigen a instituciones financieras tradicionales a fin de lograr simetría regulatoria en la prestación de servicios financieros similares, y se disminuyen ciertas barreras de entrada a empresas FinTech, como el acceso a cuentas corrientes.
Además, se crea un Sistema de Finanzas Abiertas (Open Banking) que posibilitará que los proveedores de servicios financieros intercambien información financiera de clientes, permitiendo abordar la asimetría de información que enfrentan los actores entrantes y facilitar el desarrollo de nuevas ofertas de productos y servicios financieros.
Otro aspecto es que regula a los proveedores de servicios de iniciación de pagos, quienes podrán prestar servicios para efectuar transferencias electrónicas desde la cuenta de los clientes a cuentas de terceros, operando como medio de pago sin necesidad de hacer uso de tarjetas.
Todo esto generará mayor competencia en el mercado de pagos y reducirá el uso de efectivo, según el análisis de la firma de abogados local Barros & Errázuriz.
IMPLEMENTACIÓN GRADUAL
Solange Bernstein, presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero, calificó a la norma como uno de los hitos del 2023 (año en que se aprobó la ley) y la definió como particularmente desafiante, ya que implicó encontrar un equilibrio entre garantizar la protección de los clientes y promover simultáneamente el desarrollo de la industria.
“Entramos a regular una industria que estaba fuera del perímetro y que ya estaba funcionando, por lo tanto, eso es bien complejo. Hemos tenido que hacer varias mesas de trabajo de entender bien los modelos de negocios, porque aquí tenemos el desafío de cómo balanceamos nuestra regulación desde el punto de vista de la prudencia (…) y de tener cierta certeza que ese modelo de negocios no va a implicar que las personas posteriormente se sientan defraudadas”, señaló en un evento denominado Chócale Live, del medio especializado Chócale.
En línea con esta implementación, se anunció recientemente la emisión de la normativa que regulará a los prestadores de servicios financieros contemplados en esta ley.
Berstein además señaló que Chile ha sido pionero en generar una regulación especial para este tipo de industria, destacando el gran impacto que tendrá esta normativa en la innovación, particularmente en los productos ofertados.
“Vamos a tener un ecosistema distinto, no solamente nuevas entidades, sino que también la forma en la cual se interactúa y la información con la que cuentan las instituciones actuales, los incumbentes, quienes actualmente están regulados, como quienes ingresan el perímetro, también va a ser distinta, y entonces la oferta de valor a las personas también va a ser distinta”, explicó.
Otras modificaciones introducidas por la Ley Fintech entrarán a regir una vez que la CMF dicte la normativa pertinente, para lo cual dispone de 18 meses contados desde la publicación de la ley (lo que ocurrió el 4 de enero de 2023).
Se encuentran en esta situación las modificaciones relativas al sistema de finanzas abiertas y nuevos productos y servicios que entran al perímetro regulador, conocidos como “Fintech” (actividades que impliquen el uso y aplicación de la innovación y los desarrollos tecnológicos para el diseño, oferta y prestación de productos y servicios financieros).
En efecto, su implementación es lo que generará el mayor desafío para el año que inicia, según Fintechile.
“El gran desafío de 2024 será la publicación de la normativa para la implementación del Sistema de Finanzas Abiertas, lo que deberá suceder en junio o julio, por lo que todo el primer semestre veremos a la industria muy activa, contribuyendo con aportes y recomendaciones a la CMF”, concluyó Sierra.