El abogado de la FNE concluyó que, pese a que esta empresa ha disminuido su poder de mercado y enfrenta una creciente rivalidad por parte de otros adquirentes, “aún mantiene una posición dominante en un mercado con economías de escala y costos de cambio que dificultan una competencia efectiva”.

En las últimas horas, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) participó en una audiencia pública convocada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).

En esa instancia se analizó la consulta presentada por Transbank en mayo de 2023 sobre su nuevo sistema tarifario para la determinación del margen adquirente bajo el modelo de cuatro partes en que opera el mercado de medios de pago con tarjeta.

En la audiencia, dijo la FNE, su abogado y coordinador de la División Antimonopolios, Alejandro Domic, realizó una revisión histórica de la autorregulación tarifaria de Transbank y de la evolución del segmento de adquirencia en el mercado de tarjetas de pago.

El profesional concluyó que, pese a que esta empresa ha disminuido su poder de mercado y enfrenta una creciente rivalidad por parte de otros adquirentes, “aún mantiene una posición dominante en un mercado con economías de escala y costos de cambio que dificultan una competencia efectiva”.

Precisó que lo anterior se produce, en particular, respecto de comercios de mayor volumen de transacciones, lo cual “hace necesaria la adopción de medidas conductuales para prevenir conductas que inhiban la entrada o crecimiento de sus competidores”.

El representante de la FNE indicó que aún no se han dado las condiciones para dejar sin efecto las obligaciones asumidas por Transbank en las conciliaciones suscritas con la FNE en 2005 y 2019; y que la propuesta formulada por la compañía de una regulación a costo económico de su margen adquirente es “inadecuada” y genera “riesgos de debilitar la competencia”.

El representante de la Fiscalía propuso, en cambio, que el TDLC establezca una serie de medidas acotadas, “como tarifas públicas, objetivas, no discriminatorias y desagregadas por cada tipo de servicio prestado por Transbank”, sujetas a un monitoreo independiente y transitorio por 3 años.

Por último, adicionalmente, agregó que para liberar a Transbank de su obligación de autorregulación deben verificarse los siguientes hitos: tasas de intercambio reguladas por el denominado “test del turista”; regulación de los costos de marca; u otro cambio de circunstancias significativo en este mercado, manteniendo las demás obligaciones vigentes para Transbank hasta que se determine que ya no cuenta con una posición dominante.