El banco está a puertas de sacar una nueva oferta de valor en el sector del dinero plástico, con tres productos de gama alta, pero que han sido diseñados a la medida de los salarios del grueso de sus clientes.
En el simbolismo del mercado de tarjetas de crédito, el oro, el platino y el negro son los colores que predominan. Encabeza el exclusivo círculo la casi mítica tarjeta American Express Centurion, también conocida como Amex BlackCard, que solo está reservada para quienes pueden aspirar al máximo símbolo de estatus y lujo. Y la Mastercard Black Card cierra el ranking.
Pero el banco Itaú cree que eso puede cambiar y que es posible extender los beneficios de un segmento VIP al resto de los sectores.
Este martes, la entidad presentó sus tres nuevas tarjetas de crédito asociadas a Mastercard– denominadas Blue, Black y Legend- con beneficios asimilables al segmento premium del dinero plástico, pero orientado a un mayor universo de clientes.
“Hoy, para lograr tener una tarjeta Black, hay que tener un sueldo [de cierto umbral] hacia arriba que está determinado por el mismo banco. Eso lo estamos eliminando. A partir de octubre todos los clientes de Itaú, nuevos y antiguos, podrán elegir su tarjeta, desde la más básica hasta la más alta”, explica Gabriel Gracia, gerente de medios de pagos Itaú.
La oferta de Itaú es única en Chile, e incluye una serie de beneficios donde destacan los viajes, accesos a salones vip en Chile y en el extranjero, transferencias de puntos, y descuentos en comercios exclusivos, entre otros, pero también incluyen bajos costos de mantención y comisiones cero en compras internacionales.
Es parte de la estrategia con la que el banco ha ido creciendo en las preferencias de los usuarios locales hasta situarse por tercer año consecutivo como el banco más reconocido en satisfacción de clientes por la consultora Ipsos.
“La estrategia de Itaú está apalancada en el mundo de tarjetas de crédito, pero también sobre una estrategia de posicionamiento que hemos trabajado los últimos años, [donde] nos hemos desafiado y hemos ido construyendo paso a paso dentro de la industria financiera”, agrega Gracia.
En esa “agenda de crecimiento”, Itaú está trabajando para modernizar transversalmente su oferta, desde los ejecutivos, la atención de sucursales, su contact center, sitio web, y la app, con más beneficios, productos y servicios.
Todo este benchmarking, indica Itaú, fue parte de una serie de encuestas y grupos focales con sus diversos tipos de clientes.
“Los clientes buscan los programas de beneficios, de puntos, experiencias, servicios. Y el precio no es la variable más importante. Los clientes están dispuestos a pagar cuando sienten que lo que están recibiendo [por su tarjeta] vale la pena y es como una democratización del acceso a la Black. Hay un sistema aspiracional ahí que te da la posibilidad de que, si tú quieres y estás dispuesto a pagar, vas a poder acceder a esa tarjeta que soñaste”, refuerza el ejecutivo a cargo de la gerencia de medios de pago Itaú.
CAMBIO EN MEDIOS DE PAGO
Durante el lanzamiento, Itaú también abordó el mercado latinoamericano de medios de pago, apostando a que el efectivo está desapareciendo en la región como el método de pago presencial preferido, siendo reemplazando por tarjetas y billeteras digitales.
Con base en datos de Minsait pagos y la encuesta de pagos de McKinsey 2023, tanto las tarjetas de crédito como las tarjetas de débito ya son el 54% de las preferencias para pago en Latinoamérica, con Chile mostrando una tasa de bancarización del 81%.
De este global, el 94% de las personas bancarizadas en ese país tienen una tarjeta de débito, el 75% una tarjeta de crédito y un 40% posee tarjeta de prepago. Solo comparable en la región a los datos de México.
En el caso de las billeteras se ha crecido casi mil por ciento. Con Itaú registrando un alza de 36% en 18 meses.
Las cifras cambian en neobancos y fintechs, donde el hallazgo de Minsait y su encuesta de tendencias de medios de pago la desglosa en 11% con tarjeta de débito; tarjeta de crédito un 1,9% y de prepago un 42%.
“Son diferencias claras que te dicen que los nuevos bancos van a empezar a crecer y que puede haber o no oportunidades (…) En el caso del dinero plástico, las principales razones por las cuales los clientes buscan pagar con tarjeta de crédito, es porque se trata de un método fácil de compra y acceso al crédito, y después viene el programa de fidelización y servicios, que también son un atractivo relevante para el cliente a la hora de elegir una tarjeta”, agrega Gabriel Gracia.
También se identificó la pertenencia a varios bancos, que ya está en torno a 3 por persona, con dos de cada tres clientes que tienen más de una cuenta bancaria.
En el caso específico de Chile, donde existe una alta tasa de bancarización, Itaú reconoce que los altos índices existentes les obligan a innovar de forma distinta.
“Estamos atacando dos particularidades directas de Chile, que es la libertad de elección, que cada cliente que entra a Itaú puede elegir la tarjeta que quiere, independiente de cuánto gane, y en poder ocupar sus puntos en lo que ellos quieran, no solamente en comercio asociado”, enfatiza el ejecutivo.
Para el banco, el impacto de este producto se verá en el largo plazo, pensando en que 2025 será un año de crecimiento “muy potente”.
“Lo que logramos construir es algo que hoy es muy disruptivo para la banca, porque no existe. Hay dos o tres atributos que no están hoy día en Chile y en Itaú estamos ocupando ese espacio”, indica Gracia a AméricaEconomía.
Nuevamente, reconoce Gracia, es resultado del dinamismo que ha inyectado la existencia de fintechs y neobancos tanto en Chile como en la región, que han terminado por desafiar a la banca tradicional.
“El crecimiento de las fintechs creo que construye un ecosistema más competitivo que finalmente lo que termine beneficiando al cliente y al usuario final. Como banco estamos desafiados, y yo creo que la innovación es parte de esto y [el lanzamiento] es un resultado más de una metodología de trabajo que venimos incorporando en Itaú Chile hace bastante años”, concluye.