El año pasado el volumen de producto de la industria establecida en México se contrajo 2%, mientras que las importaciones continúan abasteciendo el grueso de un mercado que no ha vuelto a su nivel de consumo pre pandemia.

Con un volumen de 20.009 millones de toneladas en 2022, que implicó una reducción anual de 2%, la producción química y petroquímica de México se ha estancado en los últimos años, mientras el consumo nacional aparente no ha vuelto a sus niveles prepandemia, con importaciones que significan el 59% de las necesidades mexicanas.

El año pasado, el consumo aparente de la industria mexicana llegó a 38.233 millones de toneladas, esto implicó una caída anual de 3%, pero sigue siendo 6.9% inferior al de 2019 y más bajo que los 41.028 millones de toneladas de 2020.

En tanto, la producción reportada en el Anuario Estadístico de la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) es apenas 0,8% superior a la de 2020 e incluso sigue por debajo de 20.760 millones de toneladas de productos del año previo a la pandemia.

Las importaciones del año pasado se ubicaron en 22.617 millones de toneladas, superando a la producción como ocurre desde hace varios años.

Estas importaciones se han reducido en 10 puntos porcentuales como participación del consumo nacional aparente desde antes de la pandemia sólo porque éste bajó y no se ha recuperado, no por aumentos productivos.

Este fenómeno se debe principalmente a la falta de proveeduría de insumos, aseguró Claudia Márquez, presidenta de la ANIQ, en el 55 Foro de la ANIQ en la Ciudad de México.

“En cifras de 2022, la industria química contribuyó con el 2,1% del PIB nacional y su valor del consumo alcanzó más de los US$ 48.000 millones de los cuales 71% fue cubierto por importaciones mientras que la producción nacional que alcanzó los US$ 20.009 millones y cubrió el 29% restante y US$ 6.000 millones a los mercados de exportación”, dijo la empresaria.

Según ella, se deben desarrollar mecanismos de colaboración entre Petróleos Mexicanos (Pemex) y la industria privada para restablecer el abasto de materias primas petroquímicas: etano, propileno, amoniaco, óxido de etileno. Y consideró esencial “mejorar la eficiencia y confiabilidad de las instalaciones actuales de refinación, procesamiento de gas y producción de petroquímicos”.

Márquez recordó que el sector de la industria química es el sector industrial más global de México con un comercio internacional, que supera los US$ 2 trillones de dólares anuales, es la industria que más inversión canaliza en investigación y desarrollo con más de US$ 50.000 millones de dólares anuales, representa el 7% del PIB mundial.

Además, en las economías más desarrolladas participa en promedio con el 4,5% del PIB, mientras que en México es de 2,1%, lo que refleja el área de oportunidad en el sector.

“Si bien estas cifras reflejan la importancia de la industria química desde mi punto de vista, lo más relevante es su efecto multiplicador en el resto de las actividades económicas”, aseveró.

En México y en el mundo, la industria química está presente en el 95% de todas las cadenas industriales y proporciona insumos esenciales en la industria automotriz, la aeronáutica, la eléctrica, la electrónica, textil farmacéutica, minería, agrícola y alimenticia, sectores que no sólo dependen de los materiales que se producen, sino que en gran medida también de la innovación tecnología y transformación que es posible en cada una de estas cadenas.

La líder de la ANIQ también consideró que se debe mejorar la eficiencia y confiabilidad de las instalaciones actuales de refinación, procesamiento de gas y producción de petroquímicos.

Y otro de los factores principales a destacar en el desarrollo de la industria de México son el precio de la energía, los altos precios de energía y desigualdad en el acceso a este mercado limitan la competitividad y el desarrollo de nuestros proyectos inversiones a empresas químicas, aseguró.

Por último, está el tema de certidumbre de las inversiones, las perspectivas de crecimiento económico y la falta de incertidumbre los procesos podrían reducir la inversión en el país.

"Estos retos no son infranqueables y en la ANIQ estamos decididos a trabajar para mejorar estas condiciones y establecer las mejores bases para el crecimiento de la industria para no sólo aprovechar la coyuntura del nearshoring, sino para contar con una industria congruente a la vanguardia de las tendencias globales”, aseguró.

Al respecto, Carlos Ramírez, director de Desarrollo de Negocios de Integralia, y Carlos Elizondo, analista político y ex consejero de Pemex coincidieron en que ambas posibles candidatas a la presidencia de la República en 2024: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, cuentan con plataformas diseñadas para impulsar la petroquímica, pero que deberá ser el sector privado quien lleve a cabo los primeros acercamientos.