A pesar de que se trata de una licitación de carácter nacional, la experiencia que garantizaron las empresas participantes tiene origen extranjero.

La empresa militar Tren Maya recibió dos propuestas técnicas y económicas para realizar el mantenimiento de infraestructura ferroviaria del tramo 5 norte (del aeropuerto de Cancún a Playa del Carmen): la primera fue de Asimex del Caribe (por 128,9 millones de pesos o US$ 6,7 millones) y la segunda de TSO-NGE México (por 123,1 millones o US$ 6,4 millones).

Los servicios en dicho tramo (que fue puesto en operación comercial a finales de febrero y es uno de los que mayor valor turístico cuenta) se realizarán de la cuarta semana de septiembre al 31 de diciembre próximo y, por el momento, se desconoce qué sucederá en los años siguientes.

"Las proposiciones se recibieron para su evaluación y con base en ella se emitirá el fallo correspondiente, el cual será dado a conocer hoy jueves 19 de septiembre a las 17:00 horas en el sistema CompraNet", informó la firma Tren Maya.

A pesar de que se trata de una licitación de carácter nacional, la experiencia que garantizaron las empresas participantes tiene origen extranjero:

Asimex del Caribe, hizo proposición conjunta con Construcciones Urales (filial del español Grupo Azvi, que participó en la construcción del tramo 3 del Tren Maya, donde ahora tienen a cargo el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria) y TSO-NGE México forma parte de francés Grupo NGE, especializado en el sector ferroviario a nivel mundial.

El contrato que se firme para ofrecer los servicios referidos será el primero que formalice en dicho tema la empresa Tren Maya y se relaciona con el primer tramo que fue construido totalmente por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), quien ahora continúa con la construcción de los tramos 6 y 7.

Luego de que El Economista publicó la semana pasada sobre esta licitación a cargo de la empresa militar, un lector comentó que los trabajos requeridos son propios de toda obra por norma por lo que no deben resultar sorpresivos luego de siete meses de operación “sobre todo las ferroviarias por los asentamientos de las cargas dinámicas, y otros factores. Se requiere revisión metódica, muy escrupulosa además por seguridad”.

No obstante, los contratos con las constructoras privadas que tuvieron a cargo los tramos 1, 2, 3 y 4 incluyeron tareas de mantenimiento y conservación por cinco años.

Entre los requisitos solicitados destaca que los topógrafos participantes tengan experiencia mínima de tres años en mantenimiento a vías férreas, cambios de vía, edificaciones, plataformas, caminos, estructuras de concreto y acero a la fecha comprobada y “que permita determinar los límites de servicio tanto para el sistema de vías férreas como de las estructuras de puentes, viaductos, pasos de fauna, alcantarillas, pasos ganaderos, obras de drenaje transversal y longitudinal, puentes peatonales, caminos de servicio, etc.”.