Mientras los inversores se enfrentan a la pregunta de dónde colocar sus capitales, el debate se centra en la estabilidad del oro frente a la innovación disruptiva de bitcoin, marcando un momento crucial en la evolución del mercado financiero global.
Durante los últimos días, tanto el oro como la criptomoneda bitcoin alcanzaron nuevos máximos históricos. El activo refugio superó los US$ 2.300 la onza, mientras que el digital los US$ 70.000. Ahora, a dos semanas del halving de bitcoin —momento en el que la recompensa por minar un bloque nuevo de la red disminuirá a la mitad—, se vuelve a plantear la pregunta de si es más acertado invertir en lo tradicional o en la tecnología moderna, es decir, en el oro o en bitcoins.
Y es que a raíz de la aprobación de los ETF’s de bitcoin por parte de la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) para su cotización en la Bolsa de Nueva York, se avivó su popularidad como un activo digital descentralizado, especialmente entre inversores que buscan diversificar sus carteras y protegerse contra la devaluación de las monedas fiduciarias, asegura Denise Cinelli, COO de CryptoMarket y Country Manager en Brasil.
Entre ellos, indica Jaime Aritio, gerente comercial de Renta4 SAB, están los inversores institucionales que a través de las encuestas evidenciaron su interés en destinar hasta 5% de su capital a este nuevo activo.
“Una inversión moderada de perfil especulativo”, resalta, debido a que la inversión tiene un enfoque a largo plazo (buy and hold) y además contrasta con los inversores minoristas, quienes están más activos en el mercado.
En lo que va del abril, se dio a conocer el futuro lanzamiento de tarjetas cripto en la región que permitirán a los usuarios comprar en cualquier comercio o tienda online utilizando sus criptomonedas.
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De este modo, para Cinelli, con el crecimiento continuo de la adopción y aceptación de bitcoin, junto con el desarrollo de la tecnología blockchain y el aumento del interés institucional, es que se demuestra el respaldo de una inversión en bitcoin a largo plazo.
“Sin embargo, a la hora de la verdad, el bitcoin no sirve ni para cubrir la inflación como lo hace el oro, ni tampoco como un dólar o euro para preservar capital y ahorros”, sentencia Aritio. “Tratar de reemplazar al sistema bancario con algo etéreo y, en mi opinión, romántico, no lo veo sucediendo. La gente de verdad ahorra en el banco”.
Desde la perspectiva de una banca de inversión, agrega, la narrativa cualitativa de la criptomoneda que despegó desde 2007 durante la crisis financiera global como la innovación tecnológica capaz de sustituir la capacidad fiduciaria de los agentes bancarios (“lo que los bancos no quieren que sepas“), no es tomada en serio [por los bancos] porque son empresas no reguladas y que conforman la informalidad financiera.
Se recuerda el caso de FTX, donde su fundador y ex CEO, Sam Bankman-Fried, fue declarado culpable en siete cargos de fraude y conspiración derivados del colapso de la plataforma de intercambio de criptomonedas.
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Empero, destaca que lo interesante del bitcoin es el blockchain, la tecnología subyacente para el intercambio de información. Asegura que tanto los bancos centrales como comerciales la están empezando a adoptar porque es una base de datos gigante que intercambia información en tiempo real de una forma precisa.
“Los bancos ya vienen trabajando en tokenizar un poco su cadena de distribución, y al final lo que van a hacer es incrementar el nivel de trazabilidad y de seguridad en todo tipo de transacción”, dijo Aritio.
“Las criptomonedas son activos líquidos que se pueden comprar, vender y comerciar en mercados globales las 24 horas del día debido al blockchain”, concuerda Cinelli sobre la ventaja de esta tecnología. “En cambio, es más difícil transportar onzas de oro”.
“Ahora bien, son instrumentos diferentes. En ambos casos, el invertir en ellos, dentro de una amplia gama de instrumentos financieros, responde a características más allá de la sola rentabilidad”, explica Sergio Tricio, CEO de Patrimore, la fintech que funciona como asesor financiero.
Bitcoin ha demostrado ser altamente volátil, lo que puede traducirse en oportunidades de ganancias significativas, pero también tiene un mayor riesgo de pérdidas a ojos de inversores más conservadores. Por otro lado, pese a que el oro estaría empezando a retroceder tras los sólidos datos presentados por la Fed, es históricamente considerado como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre económica, dijo Matías Díaz, analista de inversiones del broker chileno BeFX.
Díaz basa su pronóstico en los datos publicados a principios de esta semana, que muestran una sólida actividad manufacturera en Estados Unidos. Esto ha llevado a los inversionistas a percibir cada vez más lejana la posibilidad de recortes en las tasas por parte de la Fed, lo que, consecuentemente, ha provocado el retroceso de gran parte de los activos considerados refugios, incluido el oro.
“Los países siguen adquiriendo oro y no necesariamente estarían adquiriendo bitcoin”, resume Triclo.
En última instancia, la decisión entre estos activos depende de factores que incluyen la tolerancia al riesgo del inversor, sus objetivos de inversión y el contexto económico. Pero es innegable que el bitcoin ha despertado el interés de inversores en todo el mundo.