El exponencial crecimiento de las billeteras digitales en la región apunta a seguir transformando ya no sólo la experiencia de pago, sino también la del acceso a más productos financieros y no financieros, e incluso las ventas presenciales. En una región en la que el efectivo sigue siendo por ahora el rey, el desafío es profundizar la recurrencia y alcanzar la interoperabilidad total.
Nacida en las canteras de Bancolombia en 2016, la aplicación móvil Nequi es hoy la billetera digital con mayor número de usuarios de Colombia. Al cierre del 2023, la plataforma —hoy convertida en neobanco e independizada de Bancolombia— reportó más de 18 millones de usuarios, de los cuales más de 13 millones hacen al menos una transacción monetaria al mes.
Muy de cerca le sigue Daviplata, la billetera del banco Davivienda que, al cierre de 2023, contaba con más de 17,4 millones de clientes, con saldos cercanos a COP 993.000 millones (más de US$ 254 millones) en depósitos y COP 118.600 millones (cerca de US$ 45,7 millones) de facturación total. Del mismo modo, Yape, la billetera digital del holding financiero peruano Credicorp, suma hoy más de 15 millones de usuarios en su país de origen y 1,5 millones adicionales en Bolivia, mercado al que se expandió en agosto del 2023.
Millones más, millones menos, lo cierto es que estas cifras reflejan un hecho incuestionable: que las billeteras digitales se han convertido en parte de la cotidianeidad de los latinoamericanos. Y esta tendencia está transformando, a su vez, la industria completa de medios de pagos en la región. Prueba de ello es que el reporte ‘Global Payments 2023’, realizado por Boston Consulting Group (BCG), estima que hacia el 2027 la industria de pagos en la región crecerá a un ritmo del 8,3% y alcanzará los US$ 179.000 millones en ingresos. Cifras muy superiores a las registradas entre el 2017 y el 2023, cuando los ingresos de este sector crecieron a una tasa anual compuesta de apenas 2% y los ingresos alcanzaron un valor de US$ 120.000 millones.
Hoy, en la región, el medio de pago que más crece en su uso es el de las billeteras móviles. Por ejemplo, de acuerdo con el Índice de Inclusión Financiera 2023, elaborado por Credicorp e Ipsos, el uso de dicho medio de pago es el único que crece en los ocho países que abarca el estudio, pasando de 7% en el 2021 a 14% en el 2023. Y el porcentaje de usuarios frecuentes de las billeteras digitales es uno de los indicadores que más creció en las tres ediciones del estudio, al pasar de 21% en el 2021 a 59% en el 2023.
“Los nuevos medios de pago, como las billeteras móviles, se han convertido en herramientas que facilitan los pagos y las transferencias. Como en América Latina hay más teléfonos móviles que número de personas, está claro que los consumidores seguirán usándolos para realizar sus pagos, ya sea en línea o en el punto de venta. En el 2024, va a ver una erupción de diferentes tipos de dispositivos que aceptan pagos y cada dispositivo conectado acabará siendo considerado un dispositivo de comercio”, vaticina Walter Pimenta, Vicepresidente ejecutivo de Productos e Ingeniería para América Latina y el Caribe de Mastercard.
BOOM DE OFERTA
México, uno de los grandes mercados fintech en Latinoamérica, es de los que destaca en el uso de billeteras móviles en la región. Según un estudio de la plataforma de software empresarial, Capterra, este país tiene incluso la mayor adopción de billeteras digitales en el mundo, con un 70%, mientras que el 91% de los mexicanos utiliza las carteras digitales para efectuar pagos.
“Se ha ido incrementando el uso de los medios de pago digitales que conllevan también al uso de estas e-wallets. Pese a ello, para el 89% de la población su pago principal sigue siendo el efectivo”, matiza Francisco Orozco, líder en Región Monterrey del FAIR Center for Financial Access, Inclusion and Research de la Escuela de Negocios del TEC. Y ese sigue siendo el principal enemigo a vencer por las billeteras en toda la región.
De las 650 empresas fintech que existen en México, el 30% son firmas enfocadas en pagos y remesas, según el más reciente Radar Fintech, hecho por Finnovista. En ese amplio universo destacan jugadores como Hey Banco, el spin off digital de Banorte, que nació como una app para realizar transferencias interbancarias y pago de servicios. Al igual que Nequi, de Bancolombia, esta atraviesa actualmente un proceso de escisión de su banco matriz para convertirse en un neobanco independiente.
Hey Banco convive con jugadores globales, como Apple Pay y Google Wallet, y regionales, como Mercado Pago, Nubank y Ualá. Pero también con un actor local viene cobrando especial relevancia en el mercado mexicano: Spin by Oxxo, la billetera digital de la red de tiendas de conveniencia de Femsa, que al cierre del 2023 contaba con 9,9 millones de usuarios.
La apuesta del embotellador de Coca-Cola en México es grande. Hace un año, Ricardo Olmos, director de Spin by Oxxo, dijo que lo que se busca es jugar un papel clave en el ecosistema financiero e impulsar el acceso de millones de personas del país a este. “En un país donde el efectivo sigue siendo el rey, Spin tiene una gran ventaja frente a otros jugadores, ya que Oxxo tiene 20.000 sucursales y, básicamente, cada una se convierte en un banco. Esto garantiza esta facilidad de que las personas que todavía no entran al mundo digital puedan ir a la tienda y hacer depósitos o cobrar remesas. Oxxo entendió este juego y le está apostando a este mercado”, dice Orozco. Un reporte de la empresa de procesamientos de pago Worldpay prevé que las billeteras alcanzarían una cuota de volumen de ventas presenciales del 24% en América Latina hacia el 2026, con un aumento de nueve puntos respecto al 2022.
Hacia el sur, en Chile, el uso de billeteras móviles también registró crecimientos récord. Transbank, el principal adquirente de ese país, reportó que en 2023 se alcanzó un hito sin precedentes: un aumento superior al 1.000% interanual en el uso de billeteras digitales para realizar pagos presenciales en comercios adheridos a su red. Este crecimiento explosivo fue atribuido al ingreso de la billetera de Apple a Chile, en agosto pasado.
A un mes de su lanzamiento, Transbank informó que las transacciones por este canal aumentaron 530%, considerando el uso de teléfonos y smartwatches. “Chile se destaca por su liderazgo en la adopción de la tecnología en el pago digital en América Latina. Esto viene desde varios años atrás, con las transferencias electrónicas, y ha mantenido esta posición en inclusión financiera y, en general, en acceso a medios de pago”, indica Juan Antonio Figueroa, director ejecutivo de ChilePay, corporación que busca la digitalización del efectivo.
Figueroa destaca, además, algunos reacomodos en la oferta de billeteras móviles, como la salida de Fpay, la billetera de Falabella, y la integración de Chek, de Ripley, al Banco Ripley, abandonando la gestión independiente de esta.
MÁS SERVICIOS E INTEROPERABILIDAD
Tras la explosión de uso descrita, ahora las billeteras se encuentran frente al desafío de aumentar la recurrencia y, sobre todo, la transaccionalidad en distintos tipos de servicios que ofrecen al usuario. Yape, por ejemplo, ha expandido sus horizontes más allá del mundo de los pagos para ofrecer créditos y servicios de marketplace, al igual que sus pares colombianos de Nequi y Daviplata.
“Tenemos una oferta financiera con una amplia oferta de créditos, entre los cuales se destaca el nanocrédito y el adelanto de sueldo. Nuestros clientes pueden crear bolsillos de ahorro, que les permiten ahorrar frecuentemente, cumplir sus propósitos y asegurar lo que más quieren, con nuestra oferta de seguros. En valores agregados, Daviplata cuenta con su propio marketplace, identificado en el app como Tienda Virtual. Este cuenta con categorías como tecnología, ropa, accesorios, salud, belleza, entre otros”, detalla Margarita Henao, CEO de Daviplata, a AméricaEconomía.
Otra tarea pendiente y con disímil avance entre los países de la región es la de la interoperabilidad. Ello ya que, después de creado el hábito, ahora los usuarios necesitan con cada vez mayor urgencia que las distintas billeteras de sus mercados logren ‘hablar entre ellas’, en pos de una mejor experiencia de cliente. “Han aparecido muchas billeteras, pero el desafío que organizaciones como ChilePay buscan fomentar es el de la interoperabilidad de cara a la experiencia y también de los comercios. Ojalá los distintos medios de pago lleguen a esquemas de interoperabilidad que faciliten sus negocios”, enfatiza Figueroa.
Algunos mercados muestran más avances que otros. En Perú, por ejemplo, la fase 2 de la interoperabilidad entre entidades financieras dictada por el Banco Central de Reserva del Perú se inició en septiembre pasado. El hito significó la luz verde para el inicio de transacciones entre Yape y Plin, las billeteras con mayor número de usuarios en el mercado. El efecto fue inmediato: a menos de un año, se calcula que hoy se efectúan más de dos millones de pagos interoperables al día.
Según Henao, en Colombia Daviplata ya es interoperable, a través de los pagos con QR, que permiten realizar y recibir pagos de cualquier banco de ese país. “Lo que deben tener en cuenta las billeteras es fortalecer el servicio al cliente y que la experiencia de los usuarios sea proactiva y segura, así como la disponibilidad y estabilidad de la plataforma. En oferta de valor, muchos competidores ofrecemos servicios similares. La preferencia del cliente se dará por cómo evitamos que no tenga una novedad [incidente]. Y, si la tiene, cómo buscamos que su experiencia y atención sea lo más rápida posible”, dice la CEO de Daviplata.
En ese sentido, Colombia busca replicar la experiencia exitosa del Pix brasileño, el sistema de pagos instantáneos digital obligatorio para todas las entidades financieras, impulsado por el Banco Central de Brasil. Este permite transferir dinero y hacer pagos con sólo un código. Las billeteras más grandes de Colombia, Nequi y Daviplata, han afirmado que se allanarán a las reglas necesarias para poner en marcha esta iniciativa, a cargo del Banco de la República. El éxito de Pix ha sido tan abrumador que Estados Unidos y Canadá son otros de los países que están trabajando para replicar el modelo.
“El reto de las billeteras digitales está en entregar un mejor producto y ofrecer una mejor experiencia. Esto también implica tener un enfoque de educación financiera sobre los productos que ofrecen, porque estos no traen un instructivo sobre cómo usarlo. La gran tarea que tienen estos nuevos jugadores digitales es contribuir a la cultura y a la educación financiera de los países”, advierte Orozco.