Las deudas de Dimar ascenderían a US$ 15,2 millones. Sin embargo, eso no estaría claro, ya que el directorio desvinculó al gerente general a quien acusó de suministrar información patrimonial y financiera falsa e incompleta.

La papelera chilena Dimar, con casi 50 años de presencia en el mercado, acudió hasta el 3º Juzgado Civil de Santiago para solicitar su reorganización y evitar así su quiebra.

El directorio de la empresa, además, determinó hace unos días despedir a Jonatan Morán, quien durante 25 años ejerció como gerente general.

¿La razón? De acuerdo a lo explicado ante el juzgado, Dimar “tomó conocimiento, recientemente, que la información patrimonial y financiera que había sido suministrada y entregada por parte del gerente general, era falsa, incompleta y presentaba serias deficiencias (…)”.

Conforme a lo indicado por La Tercera, las deudas en este caso ascenderían a $14.000 millones (US$ 15,2 millones). Sin embargo, esa cifra podría ser mayor.

La papelera, junto con solicitar su reorganización, se encuentra en un proceso de auditoría que permita conocer su escenario real con los acreedores.

Su objetivo, indicó al citado medio en un comunicado, es lograr una continuidad ordenada y cumplir con sus obligaciones financieras, “en la misma línea que ha mostrado la compañía a lo largo de su historia, velando por el resguardo de la fuente laboral de los colaboradores, motivo de máxima preocupación para el directorio”.

Ese directorio está compuesto mayormente por miembros de la familia Ariztía. El principal negocio de Dimar -cuya planta está emplazada en Pudahuel- es la venta de papel (cartulinas, diario, adhesivo, para corrugar, envolver, entre otros) y cartones (por ejemplo para cajas de pizzas o embalajes).