Paros como los derivados por el incendio en la plataforma Nohoch Alfa acentuaron la debilidad productiva del último año, que la petrolera mexicana dice compensar con la creciente producción de condensados en campos de gas terrestres.
En julio, la producción de petróleo crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex) —incluyendo aquélla generada con socios— se redujo 2,2% mensual y 7,8% interanual a un millón 573.000 barriles diarios, su nivel más bajo en 44 años, de acuerdo con las estadísticas de la empresa estatal recién actualizadas este fin de semana.
Pasó factura a la empresa el incendio en la plataforma Nohoch Alfa del activo Cantarell durante los primeros días del mes, aunque al margen de ello la extracción de aceite de la petrolera se ha debilitado notablemente en el último año.
Para hallar un registro más bajo en la producción de crudo de Pemex hay que remontarse hasta octubre de 1979, cuando se contabilizaron un millón 510.000 barriles diarios.
En lo que va del sexenio, el pico de la producción de aceite se observó en marzo del 2020, con un nivel de un millón 745.000 barriles diarios.
En medio de la caída en la producción de crudo, Pemex suele dar más énfasis ahora a su producción de hidrocarburos líquidos (crudo, más condensados) en sus reportes a inversionistas.
Ello le permite reportar una cifra superior y estable, ya que la producción de condensados va al alza y compensa el descenso en la producción de crudo.
En julio, al considerar conjuntamente crudo y condensados, la producción de la estatal fue de un millón 855.000 barriles diarios, cifra 2,3% inferior a la del mes previo, pero 3,3% superior a la de julio de 2022.
Solo la producción de condensados fue de 282.000 barriles diarios, un volumen notable, considerando que antes de 2018 no se reportaba extracción alguna de estos hidrocarburos.
Puntualmente, el dato es, nada menos, superior en 214,5% a la producción de condensados de julio de 2022, aunque 2,8% inferior a la de junio de 2023, el mes previo.
Los consensados son hidrocarburos ligeros extraídos en campos productores de gas, como Quesqui o Ixachi, que han sido considerados prioritarios en esta administración.
Al emitir su reporte de producción mensual, la petrolera mexicana explicó que a pesar de haber tenido que detener parte de su producción debido a incidentes como el incendio en la plataforma del campo Cantarell el pasado 7 de julio y una fuga en un ducto del campo Ek-Balam en el mismo mes, Pemex logró mantener su producción por encima del millón 800.000 barriles diarios por séptimo mes consecutivo, refiriéndose, como decíamos, a su producción de hidrocarburos líquidos (crudo, más condensados).
"Desde enero hasta julio de 2023, la producción promedio diaria de Pemex (sin considerar a sus socios) alcanzó un millón 863.000 barriles, lo que significa un crecimiento del 5,9% en comparación con el mismo periodo del año anterior", destacó la empresa.
El director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, comentó que la compañía está aplicando estrategias para contrarrestar la declinación natural de sus yacimientos en campos maduros. Enfatizó que este esfuerzo implica la continua puesta en operación de pozos en nuevos desarrollos, respaldado por un ambicioso programa de perforación.
Alerta de calificadoras
A pesar de que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha erogado alrededor de un billón de pesos (US$ 59.667 millones) en apoyos para la petrolera (considerando apoyos directos e indirectos por la reducción de impuestos) y los históricos precios del petróleo de 2022, la empresa no ha evitado el deterioro de su nota crediticia.
A mediados de julio, Fitch redujo su calificación a B+, desde BB-, hundiéndola más en terreno especulativo, mientras que, unos días después, Moody’s cambió la perspectiva de su nota (B1, también especulativa), de estable a negativa, al considerar que no habrá cambios en su modelo de negocio y que seguirá requiriendo del apoyo del gobierno federal.
Pemex registró una utilidad neta de 82.159 millones de pesos (US$ 4.902 millones) al primer semestre del año, 66% menos que el año previo.
Sin embargo, mantenerse en números negros por segundo año, ha contribuido poco para que la empresa revierta su complicada situación patrimonial, pues a junio mantenía un abultado patrimonio negativo de 1,7 billones de pesos (US$ 101.434 millones).
Es esa la medida en la que los pasivos de la empresa petrolera —incluyendo una pesada deuda financiera de más de US$ 110.000 millones— superan sus activos.