A cuatro meses del incidente geopolítico que perjudicó los envíos de la fruta tropical a Rusia, Ecuador es aún el principal socio comercial del Kremlin en un rubro marcado por una mezcla de tradiciones y razones prácticas.
El banano ecuatoriano, la principal agroexportación del país andino y conocido por sus propiedades vistosas, cierra un primer semestre notable. La fruta tropical ha consolidado sus envíos a mercados importantes como la Unión Europea, China y Rusia. Este último destino es particularmente controversial, debido a las recientes tensiones geopolíticas entre Quito y Moscú.
Todo comenzó cuando en enero de 2024, el gobierno de Daniel Noboa anunció su intención de enviar viejo armamento soviético a Estados Unidos para apoyar el esfuerzo bélico occidental en la Guerra de Ucrania. A cambio, Ecuador recibiría armamento estadounidense moderno que beneficiaría a sus Fuerzas Armadas.
Semanas después, Rusia tomó una medida drástica: el 5 de febrero, el servicio ruso de vigilancia veterinaria y fitosanitaria, revocó el permiso a cinco exportadores ecuatorianos para que envíen banano y flores a la potencia euroasiática. Aunque la justificación oficial fue la supuesta aparición de “moscas jorobadas” en los cargamentos de banano con destino a Rusia. Se trata de una plaga común que afecta a estos frutos, aunque solo en determinadas condiciones.
Según José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano de Ecuador (AEBE), las acusaciones del regulador ruso fueron poco probables. “Nosotros declaramos junto a nuestra autoridad fitosanitaria que esa mosca no está ligada a los procesos de producción del banano. Porque el fruto lo exportamos en estado verde y generalmente, la mosca jorobada se da en procesos de envíos de fruta ya madura. Además, tenemos protocolos con Rusia, que incluyen el enmallado de las empacadoras, para habilitar el ingreso de los contenedores a dicho país. Así que estamos seguros que estos procesos no tuvieron ningún inconveniente”, declaró Hidalgo para AméricaEconomía.
Para el representante de la AEBE, la relación comercial entre Ecuador y Rusia no debía comprometerse, porque Moscú representa cerca del 25% de las exportaciones bananeras, disponiendo de unas 25.000 hectáreas que dependen del mercado ruso. “Son 25.000 plazas de trabajo en juego y de pasar algo con este mercado provocaría una grave crisis social que afectaría a los pequeños y medianos productores locales”, advierte.
Tras la suspensión de la autoridad fitosanitaria rusa, siguió un tira y afloja diplomático y técnico, a cargo de productores ecuatorianos y los principales gremios de exportadores para que se revoque la medida. Este objetivo se logró finalmente el 16 de febrero, aunque en los días previos, la exportación de bananos ecuatorianos a Rusia continuó, excluyendo a los cinco actores antes mencionados. Ante todo debía primar el pragmatismo, porque incluso la prensa rusa admitía que nueve de cada 10 bananos importados provenían de Ecuador.
Si bien los envíos de la codiciada fruta estuvieron lejos de suspenderse, las cifras de exportación sí se vieron afectadas a largo plazo. Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación del Banano Ecuatoriano (Acorbanec), expresa que entre enero y mayo de 2024, Ecuador exportó más de 160 millones de cajas de banano.
A pesar de que en esta ocasión, se obtuvo presencia en más mercados, la realidad es que este número implica una reducción del 1,46% con respecto a 2023.
“Las reducciones más importantes se han dado en el mercado de Rusia, donde tenemos alrededor de un 17% menos. Pero el impacto todavía no es tan alto y también hay que destacar que hemos exportado menos fruta por el factor climático”, declaró Salazar para AméricaEconomía.
El influjo del Fenómeno El Niño ocasionó un exceso de lluvias en Ecuador y, en paralelo, generó sequías en otras latitudes como en el Canal de Panamá, que quedó parcialmente inhabilitado para el comercio. El director de Acorbanec reconoce que este fenómeno provocó que los fletes que transportaban el banano debieron bordear Sudamérica por el Estrecho de Magallanes para llegar recién al océano Atlántico. Este incidente encareció la logística y por ende, los costos de importación para los clientes rusos.
EL VALOR AGREGADO
Asimismo, el director de Acorbanec coincide con los datos de la prensa rusa: el país euroasiático importó en 2023 alrededor de 1.460.000 toneladas de banano y un 96% provino de Ecuador. Conscientes de esta dependencia, en los últimos años, el Kremlin ha tratado de recurrir a otros socios comerciales, pero entre todos no llegan al 2% en aportes.
“Hay razones fundamentales para esta preferencia. Podemos mencionar la calidad de nuestro banano, pues sus condiciones organolépticas son bastante diferentes. Además, lo más importante es que no existe otro proveedor que pueda atender la demanda particular de Rusia. Y, asimismo, no hay mercado en el mundo que pueda reemplazar lo que actualmente Rusia compra a Ecuador. Porque ya hay equilibrio de la oferta y la demanda en el banano. Ya están dados los mercados y actores”, señala Salazar.
El líder del gremio exportador expone varios ejemplos de este sistema: para empezar, Colombia y los países centroamericanos, principales competidores de Ecuador en las exportaciones bananeras, dirigen el 95% de sus envíos a Estados Unidos y la Unión Europea (EU). En contraste, para Ecuador, ambos mercados solo representan un 42% aproximadamente. Estas decisiones empresariales impiden que los rivales del país andino puedan cubrir una cuota considerable de la demanda rusa de la fruta amarilla.
Lo mismo sucede con Filipinas, otro importante actor bananero, que orienta sus exportaciones hacia China, Japón y Corea del Sur. Por su parte, India, el mayor productor del mundo, se decanta por los mercados del Medio Oriente y la propia China, dirige su enorme producción al consumo interno. Cuando para Pekín los bananos no son suficientes, recurren a la importación, pero principalmente desde Vietnam y Filipinas.
Además de las propiedades del fruto y las tradiciones comerciales de sus rivales, el banano ecuatoriano cuenta con otra ventaja actual: aún no ha sido atacado por la plaga más nociva de los últimos años. Hablamos del Fusarium Raza 4, un hongo letal que marchita progresivamente las plantas del banano y degrada la calidad del suelo. El mal biológico se ha extendido por China y el Sudeste Asiático, mientras que en Latinoamérica, hizo presencia en Perú. De hecho, los reportes de la plaga en los departamentos de Tumbes y Piura, fronterizos con Ecuador, saltaron las alarmas en noviembre de 2023. A tal punto que 260.000 hectáreas en Perú, Colombia y Ecuador fueron puestas bajo vigilancia activa.
“La ausencia del hongo es ventajosa, pero aún no garantiza que a nivel de producción podamos asegurar volúmenes a nuestros compradores. Porque obviamente, las condiciones climáticas de este año han sido totalmente distintas. Eso sí, otro factor diferenciador es que, de acuerdo a las condiciones del suelo y clima ecuatoriano, la vida verde del banano es mucho más extensa que la presente en otros países. Esto permite que nosotros podamos cubrir periodos de tránsito de 38 o 42 días hacia Rusia”, aclara José Antonio Hidalgo.
Ante la expectativa que ha generado a nivel regional la eventual apertura del mega puerto peruano de Chancay, debido al potencial que tendría en el envío de agroexportaciones al continente asiático, Hidalgo sostiene que su impacto en la exportación bananera no depende de los productores. “En primer lugar, el 90% de nuestras frutas se venden en modalidad pre-on-board. Y es el importador, quien determina junto con la naviera, en qué puerto se embarca la fruta. Si de repente los contratos del próximo año nos dicen que las navieras consiguieron un mejor contrato hacia ese puerto vamos a tener que embarcar”, asegura.
Desde su perspectiva, el director de la AEBE también sostiene que a nivel competitivo, los exportadores ecuatorianos deberían analizar los costos de distancia en transporte hacia Perú. Al mismo tiempo, la apertura de un puerto en el país vecino podría impulsar mejoras en las tarifas y servicios de puertos ecuatorianos como Guayaquil, Posorja y Puerto Bolívar ante la presencia de un nuevo competidor.Pero aún es muy pronto para lanzar predicciones.