PDVSA autorizó dos cargamentos con destino a India, a través de las empresas ENI (de Italia) y Chevron (de Estados Unidos). Así mismo, la española Repsol podría renovar sus contratos con la petrolera estatal venezolana.
Venezuela tiene bajo sus pies reservas probadas de petróleo de unos 303.000 millones de barriles y más de 5.000 millones de pies cúbicos de gas natural, de acuerdo con datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Un potencial que no escapa a los ojos del mundo y que se vuelve más apetecible en un momento en el que Estados Unidos relajó sus sanciones contra la petrolera estatal venezolana.
Más allá de Ecopetrol, que hace unas semanas señaló que ya cuenta con un aval de seis meses de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos para adelantar negociaciones con PDVSA, hay varias petroleras americanas, europeas y asiáticas detrás de los hidrocarburos venezolanos y, de hecho, ya están cerrando tratos.
PDVSA enviará petróleo a India
Ayer miércoles 6 de diciembre, se conoció que PDVSA enviará dos buques cargados de crudo con destino a la India, en cumplimiento de acuerdos ocasionales con la petrolera italiana ENI y la estadounidense Chevron, que hasta octubre de este año era la única empresa extranjera a la que se le habían concedido beneficios operativos en Venezuela.
Refinadores indios como Reliance Industries, Indian Oil Corp y HPCL-Mittal Energy (HMEL) han venido negociando cargamentos de crudo venezolano que se materializarán en los próximos meses.
Reuters, que tuvo acceso a un documento interno de PDVSA, indicó que algunos de los refinadores indios están cerrando acuerdos con terceros comercializadores del petróleo venezolano y otros adquirirán el crudo a través de socios de empresas mixtas de PDVSA.
Los envíos a India marcan un hito para PDVSA, que desde hace tres años no trabajaba con ENI o Chevron.
Los dos buques que llevarán petróleo venezolano rumbo a India son el superpetrolero C. Earnest, con bandera de Liberia, que llegó a aguas venezolanas fletado por Reliance y el superpetroleo Desimi, con bandera de Malta, que está esperando para cargar desde la semana pasada, sostiene Reuters. Cada uno puede transportar hasta 2 millones de barriles del preciado petróleo crudo pesado de Venezuela.
En 2020, cuando Estados Unidos impuso sanciones secundarias a Venezuela, Reliance era el segundo cliente individual más grande de PDVSA.
ENI y Repsol, a punto
Bloomberg reportó que dos grandes petroleras europeas están en negociaciones para conseguir contratos petrolíferos en Venezuela: Repsol (de España) y ENI (de Italia).
La española envió un equipo negociador a Caracas en noviembre para conversar sobre los contratos y explorar nuevas opciones para asegurar el acceso al crudo pesado para sus refinerías de petróleo. Las negociaciones probablemente dependerán de compromisos que impulsen la producción tanto para Repsol como para PDVSA.
La compañía con sede en Madrid también revisó la deuda a largo plazo que tiene PDVSA por ventas de petróleo y gas. Esto incluye la deuda acumulada por PDVSA por las ventas de gas natural de la empresa offshore Cardón IV que Repsol administra en sociedad igualitaria con Eni, con sede en Roma. El proyecto satisface casi un tercio de la demanda de gas natural de Venezuela, según Rubén Pérez, director de Chemstrategy, una consultora energética en Caracas.
La italiana, por su parte, gestiona cinco empresas petroleras en Venezuela, mientras que Repsol opera cuatro. PDVSA tiene más de 40 sociedades petroleras con empresas extranjeras y locales.
Ecopetrol y PDVSA ultiman detalles
El pasado 21 de noviembre, Ecopetrol dio a entender que las negociaciones con PDVSA están en un estado avanzado y que las importaciones de gas desde Venezuela iniciarían en diciembre de 2024.
A través de un comunicado, Ecopetrol señaló que este martes su junta directiva fue informada sobre las eventuales transacciones de hidrocarburos con PDVSA que viene gestionando el Gobierno.
Transacciones que tendrían como base un contrato suscrito entre Ecopetrol y PDVSA desde 2007 y con vigencia al 31 de diciembre de 2027.
Dicho contrato contempla la compraventa y transporte de gas a través del gasoducto binacional Antonio Ricaurte. “En el pasado permitió la exportación de gas a Venezuela y en la actualidad se encuentra en periodo de estabilización de equipos, para permitir los flujos de gas hacia Colombia”, explicó Ecopetrol.
Los lastres de PDVSA
Pese al potencial de las reservas probadas, la producción actual (con corte a julio de este año) de crudo en Venezuela está por debajo del millón de barriles, llegando a 810.000 barriles por día (bpd), según cifras oficiales. Estos números son bajos si se tiene en cuenta que en 1997 el país produjo más de tres millones de bpd y durante los siguientes 20 años estuvo por encima de los dos millones de bpd.
A pesar de que los números actuales son bajos cuando se miran en el espejo retrovisor, representan una mejoría frente a las cifras de enero de 2023 (732.000 bpd) y las de años recientes: en 2021, por ejemplo, la OPEP registró 636.000 bpd como promedio anual.
La mejoría actual (que fue del 10% en los primeros siete meses de este año) tiene que ver, principalmente, con la participación de Chevron en la explotación de hidrocarburos en Venezuela, un hecho que fue posible gracias al relajamiento general de las sanciones de EE.UU. a Venezuela, y en especial contra su aparato petrolero.
El bombeo de la petrolera estadounidense, se estima, representa el 17% de la producción total nacional. Y, además de esta empresa, también fueron habilitadas compañías como Halliburton y Schlumberger para algunas operaciones, muy restringidas, en territorio venezolano.
Lo que parecen mostrar las cifras de reservas y mejora en producción es el enorme potencial energético que hay en una industria que, en su momento, fue una de las líderes globales en materia petrolera (las reservas actuales están por encima de los números de Arabia Saudí e Irán, por ejemplo).
En lo que respecta a lo financiero, PDVSA afronta una deuda por encima de los US$ 70.000 millones y, en lo técnico, expertos han señalado que es una empresa obsoleta.