Creada hace dos años, esta legaltech argentina opera ya en 12 países de Latinoamérica y dos europeos. En septiembre pasado levantó US$ 3 millones de fondos de venture capital para ampliar mercados y los montos a financiar.
En los últimos años el litigation finance o financiamiento de litigios ha tomado vuelo en Estados Unidos, gran parte del Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y Canadá, países que tienen implementado el sistema jurídico anglosajón.
La pandemia definitivamente impulsó este mecanismo que consiste en dar financiamiento al titular de una demanda para comenzar o continuar con su proceso judicial. Si la sentencia es favorable, el financiante recibe un porcentaje de lo ganado. De lo contrario, no se exige ninguna devolución.
Para el abogado argentino Fernando Folgueiro, esta herramienta tenía potencial para replicarse en Latinoamérica y en países que usan el sistema jurídico continental. “Hay una falta de financiamiento muy grande que muchas veces hace que demandas meritorias no puedan ver la luz de la justicia y justamente lo que hacemos es proveer a demandas que tengan algún asidero jurídico y ético, el capital para llevarlas adelante”, dice.
Es así que Folgueiro se juntó con el ingeniero mecánico Yago Zavalía y fundaron Qanlex, una startup que ofrece financiación de litigios con un foco exclusivo en países de derecho continental. “Básicamente, nuestro modelo consiste en financiar los costos y luego cobramos un porcentaje del resultado económico, solo en caso de tener un resultado positivo”, dice Folgueiro.
El componente tecnológico para buscar entre millones de demandas era clave para hacer escalable este modelo de financiación. Para ello, los co-founders & managing partners de Qanlex desarrollaron Case Miner, una plataforma que parametriza las demandas, lee toda la documentación, las clasifica (en función de visibilidad del caso, tiempo para la sentencia final, solvencia de la parte demandada y del estudio jurídico que lleva a cabo el litigio) y contacta aquellas con mayor probabilidad de sentencia favorable.
“Durante los últimos años y más aún con el COVID, los poderes judiciales se han virtualizado. El software que desarrollamos nos permite ser escalables y llegar a muchas más demandas, las cuales no podríamos llegar de una manera tradicional. Case Miner ha visto más de 10 millones de demandas, algo que hacer con un equipo de abogados sería imposible, inviable. El software nos permite ser muy eficientes a la hora del análisis y nos dice dónde enfocarnos”, comenta Yago Zavalía.
El emprendedor argentino explica que de las 10 millones de demandas analizadas, el software contacta a un porcentaje muy menor de demandantes. “En esta etapa del ciclo entra un humano y los abogados internos miran la demanda. Si el análisis también es positivo, es decir, si la correlación con el algoritmo es alta, hacemos una propuesta y en caso de ser aceptado, avanzamos en financiar a los demandantes o abogados porque también trabajamos con los abogados financiando los gastos de sus honorarios o adelantando parte de su cuota litis. A veces financiamos estudios, no solo demandantes”, dice Zavalía, quien afirma que de todos los casos que han financiado hasta ahora no han perdido ninguno. “Tampoco creemos que vamos a perder alguno justamente por este gran proceso de selección que tenemos”, dice.
Sobre los tipos de demandas que han financiado, son diversos: comerciales, de patentes, de particulares contra empresas o contra el Estado, o incumplimientos de contratos y las inversiones realizadas van desde US$ 100.000 hasta US$ 1,5 millones. En caso de ganar la demanda, Qanlex cobra una comisión de entre el 5% y el 40% del resultado económico
“Tenemos un caudal de demandas muy grande y hemos financiado muchos casos, pero vemos por el mérito del caso y no tanto por la región o tipo de reclamo. México es el mercado hispano más grande, pero por ejemplo Perú es un mercado donde hemos tenido mucha tracción en gran parte porque es muy fértil alrededor de cómo se desarrolla el arbitraje y hace que este país sea muy compatible con este modelo, porque los costos del arbitraje son altos”, dice Folgueiro.
El cofundador de Qanlex agrega: “Es importante recalcar que no tenemos un rol activo en las demandas que financiamos. No proveemos estos servicios jurídicos, sino que financiamos y luego nos mantenemos al margen con la lógica de poder cobrar, en el caso de que se dé un resultado positivo”.
MÁS FONDOS Y MERCADOS
Actualmente, Qanlex ya tiene presencia en 12 mercados de Latinoamérica y ha financiado demandas en ocho. En Europa, está presente en España y Portugal y próximamente ingresará a Italia y Francia
La firma de Fernando Folgueiro y Yago Zavalía analiza nuevos horizontes de expansión. “Partimos con un mandato muy amplio que básicamente es invertir en los activos legales, nuestro scope es muy amplio. Tenemos tres ejes donde nos podemos expandir. Uno, a nivel regional para seguir sumando territorios. Estamos acelerando en Latinoamérica, donde tenemos un espectro muy amplio y también seguiremos sumando países en Europa. Otro eje sería el nivel de ticket. Ahora estamos en el territorio de inversión de entre los US$ 100.000 a US$ 1,5 millones. Queremos hacer cheques más grandes de hasta US$ 3 millones que se va a lograr con el próximo levantamiento de fondos. Por último, vamos a penetrar el mercado retail con tickets más chicos, desde US$ 1.000 a US$ 3 millones”, dice Folgueiro.
Actualmente, el 80% de demandas financiadas por Qanlex son de empresas y el 20% de personas naturales, por ello el objetivo de penetrar el mercado retail para abarcar a más personas naturales. Asimismo, la startup explora la idea de negocio de servicios de seguros. “Algo que está muy poco desarrollado en el derecho continental y sí ya más sofisticado en el derecho anglosajón, son los servicios de seguros jurídicos, after the event, que ofrecen protección contra las costas (gastos imprescindibles que se deben pagar durante un proceso judicial) adversas”, refiere Folgueiro.
Para lograrlo, el fondeo de la legaltech es clave. Los emprendedores argentinos aclaran que tienen dos tipos de inversores: los que apuestan por la compañía por el lado tecnológico, que son estos fondos de venture capital hay y fondos institucionales de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, que los han respaldaron desde el principio e inversores más tradicionales, del mundo del private equity, en su mayoría más family offices, gente de alto poder adquisitivo y algunos fondos de VC que los apoyan en la inversión de litigios en sí.
“El segundo fondo que levantamos fue casi 50 veces más grande que el primero y el tercero ha sido casi 10 veces mayor que el segundo, así que estamos creciendo a un ritmo muy agresivo. Es verdad que contratamos a mucha gente como toda startup, pero planeamos alcanzar rentabilidad el año que viene. Lo importante es seguir creciendo y alcanzar más demandantes. El negocio en sí es muy bueno, no es algo que nos preocupe, pero estamos enfocados en crecer y financiar más demandantes”, dice Yago Zavalía.
Así, en septiembre pasado Qanlex cerró una ronda de inversión por US$ 3 millones con fondos de venture capital como The LegalTech Fund, Carao Ventures, Preface Ventures, FJ Labs, J Ventures e inversores ángeles.
Millones más, millones menos, lo cierto que acceder a la justicia en LAtinoameric es un proceso engorroso y bastante caro. Por ello, los fundadores de Qanlex no dejan de lado el impacto social de la compañía.
Sí bien este es un activo financiero, tiene un componente social porque la financiación de litigios ayuda al pequeño jugador contra el gran jugador cuando este quiere abusar de su espalda económica en procesos legales. Hay un componente de ayudar a David contra Goliat para nivelar la cancha, como se dice en el ámbito legal y que la falta de capital no sea un impedimento a la hora de acceder a la justicia”, concluye Yago Zavalía.