Silicon Valley Bank se había convertido en el banco más amigable para los emprendedores de esta región, que depositaron en él los millones de dólares recaudados en las rondas de financiamiento de los últimos años. Su reciente quiebra no solo impacta en la caja de las empresas, sino que también les plantea el reto de diversificar sus fuentes de financiamiento y de contar con más instituciones financieras que les permitan operar en estadíos tempranos como firmas globales.
Mucho se ha hablado del efecto inmediato que ha tenido la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) y el cierre de Signature Bank de NY en los mercados financieros. La caída de varias bolsas y el valor de las acciones de varios grandes bancos globales son uno de ellos.
“Todas las bolsas acusaron el golpe al mentón que generó el desplome de Silicon Valley y Signature Bank, lo que de inmediato nos invita a buscar refugios en activos clásicos como el oro, ya que incluso el dollar index se ha visto debilitado, mientras observamos a la distancia los pasos a seguir ante una eventual crisis financiera que está escribiéndose día a día con nuevos episodios”, dice Sergio Cisternas, analista de mercados de la firma de trading FX Globe.
Las plazas bursátiles regionales no se han librado del efecto SVB. “Si bien el SVB es un banco de nicho, sigue siendo un actor importante, es imposible que no existan efectos en Latinoamérica, medir esos efectos es difícil y dependerá de la reacción de los mercados. Por ahora hay una reacción negativa, pero está por verse cómo será a largo plazo, aunque ya afectó el Merval y el Bovespa, de Argentina y Brasil respectivamente”, añade Fernando Landa, socio ARTL Auditores Consultores.
No obstante, en este lado del continente, el trago más amargo lo están experimentando las startups latinoamericanas. Ellas eran clientes del SVB, que se convirtió en el banco preferido de los emprendedores latinos, pues fue uno de los primeros que les abrió las puertas para abrir cuentas y depositar los millones de dólares recaudados en distintas rondas de financiamiento en los últimos años.
“El Silicon Valley Bank es un banco que durante años atendió al ecosistema emprendedor, abriendo cuentas de manera ágil y permitiéndoles a las startups de Latinoamérica operar de manera global”, dice Lorena Suarez, presidenta de la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP).
Desafortunadamente, ni siquiera el tiburón colombiano de Shark Tank, Alexander Torrenegra, fue inmune a este oscuro episodio financiero. A través de su cuenta de Twitter, el CEO de la plataforma de trabajo remoto, Torre (que cerró una ronda semilla de US$ 10 millones en 2021), detallaba el último sábado cómo perdió gran parte de sus ahorros por la quiebra de SBV. “Silicon Valley Bank era el banco principal de dos de nuestras empresas, mis ahorros personales y mi hipoteca”, tuiteó el último sábado.
Así como Torrenegra, son varios los emprendedores que se han visto directamente afectados con el colapso de SVB. Es el caso de otro colombiano, Daniel Bilbao, cofundador y CEO de Truora, una startup que brinda infraestructura tecnológica para mejorar las condiciones de las empresas, que tiene depósitos en SVB por US$ 250.000.
Sin embargo, para Lorena Suarez, la rápida reacción del gobierno americano y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) -un organismo estatal creado nada menos que tras la crisis de 1929-, respondiendo por los depósitos puede generar tranquilidad ya que, a diferencia de otras crisis, el gobierno de Biden ha anunciado que se responderá por la totalidad de los depósitos del banco.
"Los contribuyentes no soportarán pérdidas" dijo el presidente estadounidense este lunes.
Cabe destacar que algunos economistas sindican como culpable de este colapso a una ley aprobada durante Trump, en 2018, llamada Ley de Crecimiento Económico, Alivio Regulatorio y Protección del Consumidor, que tuvo un fuerte apoyo de republicanos y demócratas. Dicha ley, afirma el medio The Intercept, contó con el lobby del propio Greg Becker, presidente de Silicon Valley Bank, quien pidió con esta ley al congreso levantar algunas de las regulaciones bancarias que se tomaron tras la crisis de 2008 “Dado el perfil de bajo riesgo de nuestras actividades”, dijo Becker ese año.
“Todavía queda el desafío de ver la instrumentación y cuáles serán los bancos que permitan a las startups operar en el futuro. Estamos a la espera de novedades y de ver cómo avanza esta situación que todavía es muy reciente”, dice.
PÁNICO VS. CHECKLIST
En ese sentido, Edmundo Lizarzaburu, profesor de la Universidad ESAN, afirma que la crisis de SVB y Signature Bank deja como lección a las entidades financieras identificar cuál es su potencial de diversificación para colocar sus recursos y también para captarlos. “El sector real, las empresas públicas y privadas, deben evaluar sus fuentes de financiamiento y la diversificación. Es fundamental tener siempre alternativas que permitan cambiar potenciales contracciones en fuentes de financiamiento o líneas de crédito”.
Para el catedrático, otro impacto, esta vez positivo, es que los números de las startups tendrán que ponerse en orden o sincerarse. “A la hora de auditar los estados financieros y de revisar la información, se va a tener que ir más allá. Por el lado del regulador se tendrá más que todo, revisar las hojas de trabajo y la materialidad de la información. Lo que esta situación debería generar más que pánico, es un checklist de prevención que de alguna manera podamos replicar en Latinoamérica, desde algo muy sencillo como la revisión de los estados financieros, de las cuentas más importantes, de la valorización de los activos y pasivos que de alguna manera pueden tener impacto en la liquidez, la solvencia, la diversificación de fuentes de financiamiento, diversificación de inversiones, los periodos de tiempo de lanzamiento de los proyectos, potenciales backlogs que se puedan tener y de alguna manera llevar a valor realmente lo que la startup está diseñando o promoviendo”, dice.
Esto, definitivamente, según Lizarzaburu, podría impactar a las startups porque sus fuentes de financiamiento van a empezar a mirarse de una manera distinta. “Probablemente se establezcan nuevos covenants para poder asegurar tanto flujo de pagos como retorno de inversión. Incluso se podrían afectar potenciales IPO que se quieran lanzar porque las valorizaciones podrían comenzar a bajar”,
Y es que para nadie es un secreto que en el último año las startups se vienen enfrentando a un escenario más retador a la hora de acceder a financiamiento. “La suba de interés ha impactado el volumen de financiamiento de las startups, eso se ve reflejado en el volumen de inversiones del año pasado versus 2021. Esto hace cambiar la estrategia de desarrollo de las compañías hacia una de menor crecimiento y más rentabilidad. En la actualidad, estamos viendo algunos otros caminos de financiamiento alternativos para algunas compañías de la industria. Debemos considerar que estas compañías siguen resolviendo problemas estructurales de la región, por lo que seguirán apareciendo y surgiendo grandes emprendedores con una mirada de largo plazo”, acota Lorena Suárez.
Otro punto clave es contar con más opciones e iniciativas de instituciones financieras que permitan a las startups operar desde estadios tempranos como compañías globales.
“La coyuntura mundial producto de la pandemia y de las políticas expansivas de los gobiernos, está generando efectos secundarios que todavía no podemos anticipar ni conocer sus impactos. Recomendamos cautela a nuestras startups que pongan su foco en la rentabilidad de la compañía, desarrollando nuevas fuentes de ingresos como parte de sus estrategias comerciales”, dice la presidenta de ARCAP..
Por lo pronto, queda como lección valiosa para las cabezas de las startups latinoamericanas la reflexión de Alexander Torrenegra, ya que la vida del emprendedor es un constante caer y volver a levantarse: “Descubro que no hay nada de valor centrándome en el tema. Es una externalidad. No debemos invertir demasiado tiempo pensando en ellos. O tratando de predecir los mercados. Es hora de volver a lo que podemos controlar: la ejecución de nuestras empresas. Continuo empujando hacia adelante. Persistir. Persistir. Persistir”.