Expertos señalan que afectará, principalmente, los ingresos que se obtienen por petróleo, lo que a su vez puede generar presiones en el gasto si no se llega a la meta recaudatoria.
La reducción adicional de la carga fiscal de Petróleos Mexicanos (Pemex), que fue aprobada por la Cámara de Diputados el viernes pasado, será una nueva presión para las finanzas públicas el próximo año, indicaron expertos en el tema.
Alejandra Macías, directora general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), señaló que esta disminución a 30% del Derecho de Utilidad Compartida (DUC) afectaría, principalmente, los ingresos que se obtienen por petróleo, lo que a su vez puede generar presiones en el gasto si no se llega a la meta recaudatoria.
“Le quitas responsabilidades a Pemex, van a entrar menores recursos a la bolsa pública, se tendrán menores ingresos, y si no se están reduciendo las previsiones de éstos, ¿se aumentan los Requerimientos Financieros? Con esta modificación tendríamos que esperar menores recursos petroleros por un lado y, para compensar, puede ser que un mayor endeudamiento a lo aprobado”, indicó.
Para el siguiente año, se proyectan ingresos petroleros por 1,04 billones de pesos (US$ 56.995 millones), lo que significa una caída de 24,1% respecto a lo aprobado para este año. En tanto, los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) serán de 5,4% del Producto Interno Bruto (PIB).
La reducción del DUC también pegará a las entidades federativas, comentó Jorge Cano, investigador de México Evalúa. Señaló que se disminuirá la recaudación federal participable y, probablemente, las participaciones que se estimaron en el Paquete Económico 2024 queden por debajo.
Durante la discusión del dictamen de la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) en San Lázaro, se aprobó una reserva para disminuir aún más el DUC de la petrolera. De esta manera, mientras la Secretaría de Hacienda propuso una reducción a 35%, los diputados la bajaron hasta 30%.
De esta forma, en la actual administración, el DUC habría tenido una reducción importante, de 66 a 30%, si es aprobado por el Senado.
Días antes, Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda de México, dijo a diputados que la reducción en la carga fiscal de Pemex no era un beneficio fiscal, sino más bien un intento de hacer que la petrolera tuviera una carga fiscal similar a la que tienen las empresas en México, que pagan 30% de ISR.
PETRÓLEO, IEPS Y ESTÍMULOS
Los diputados mexicanos dejaron sin cambios las estimaciones de ingresos propuestas por el gobierno, además de dejar en US$ 56,7 por barril el precio del petróleo, algo que fue cuestionado ante los incrementos que se han observado en las últimas semanas por el conflicto en Medio Oriente.
Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explicó que si bien se podría superar esa expectativa para el siguiente año, y a su vez tener mayores ingresos petroleros, la recaudación de impuestos se vería afectada por la activación de los estímulos fiscales a gasolinas, los cuales el año pasado resultaron mayores que los ingresos petroleros excedentes que se obtuvieron.
“Si se tiene un precio elevado del petróleo, puedes tener ingresos excedentes pero, a la vez, debes meterle un estímulo a las gasolinas para que no se eleve el precio. El año pasado no se compensó esta pérdida recaudatoria, porque al final los estímulos fueron más grandes que los extra que se pudieron recaudar”, señaló Jesús Carrillo.
De acuerdo con la minuta de la LIF turnada al Senado, el siguiente año se esperan ingresos de 9,06 billones de pesos (US$ 496.516 millones), de los cuales 1.9 billones (US$ 104.125 millones) serán financiados con deuda. Con ello, se busca solventar el gasto público en una coyuntura donde el pago de pensiones y el costo financiero aumentan cada vez más, mientras que se requieren mayores recursos para rubros como salud, educación, seguridad e incluso para implementar nuevas políticas, como el Sistema Nacional de Cuidados.