El embajador de Alemania en La Paz, Stefan Duppel, confiesa que la suspensión del proyecto del litio en Potosí irritó a los actores implicados y al Gobierno de su país.
El embajador de Alemania, Stefan Duppel, deja en claro que el proyecto del litio debe continuar, sobre todo porque hay acuerdos vinculantes con Bolivia. Mediante un cuestionario respondido vía correo electrónico a La Razón, opina sobre la crisis del país, las futuras elecciones y el clima para las inversiones, sobre las cuales ve un escenario desalentador.
—¿En qué forma colaboró Alemania para el desarrollo de las elecciones del 20 de octubre?
—Para promover la transparencia, apoyamos varios proyectos en cooperación con la sociedad civil, entre otros, las encuestas y sondeos de la Fundación Jubileo, que mostraban que había algo que no cuadraba en las cifras de los resultados oficiales. Como parte de la Unión Europea (UE), también estuvimos presentes con observadores electorales, cuyo análisis, antes y después de las elecciones, proporcionó decisivas informaciones sobre la manipulación llevada a cabo. Ello, junto con el recrudecimiento de la situación, llevó a Alemania a asumir en buena medida la financiación de la segunda misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el objetivo de esclarecer lo que ocurrió realmente.
—¿Cuál es su análisis sobre la situación política en Bolivia?
—Percibo una polarización política extrema; una manera de pensar en términos de “amigo o enemigo”, y con ello, una profunda desconfianza mutua. Será tarea de todas las fuerzas políticas y de los ciudadanos el superar esta perniciosa deriva. Cifro mi esperanza en una futura Bolivia con una sociedad verdaderamente abierta, caracterizada por la tolerancia y el respeto mutuo, y con instituciones independendientes, incluyendo una prensa libre y vigorosa. A mediano plazo, soy optimista. Durante las protestas pacíficas tuve ocasión de ver y de conversar con muchos jóvenes que sentían que se les había hurtado la voz y el voto en las elecciones. Esta “Generación Evo”, que ha crecido en los últimos 14 años, le ha sacado la tarjeta roja a Evo Morales. Se trata —y esto es ciertamente un logro también del gobierno de Morales— de una generación informada, emancipada y con interés por la política, como ninguna otra generación anterior. Este tipo de jóvenes aparecen en todas las tiendas políticas, incluyendo el MAS. Al pensar en ellos, no temo por el futuro de Bolivia.
—¿Participó Alemania en el proceso de diálogo? ¿Cuál es el papel que juega o jugará rumbo a las futuras elecciones?
—Alemania, al igual que todos los Estados miembros de la UE, participó en el proceso a través del jefe de la delegación de la UE, León de la Torre, quien, en mi opinión, ha realizado una contribución muy importante al éxito del diálogo. El Gobierno de Alemania hará todo lo posible para asegurar la presencia de una firme misión de observadores electorales de la UE en las próximas elecciones. Continuamos trabajando en la esfera bilateral a través de las fundaciones políticas alemanas, que mantienen excelentes relaciones con todos los partidos y a menudo intervienen prestando asesoramiento. El diálogo ya iniciado entre los partidos debe continuar y debería extenderse a todas las áreas relevantes de la política. En mi opinión, el fortalecimiento del Estado de derecho reviste especial importancia: los hechos que condujeron a muertes, lesiones y destrozos deben ser investigados exhaustivamente y sus autores, llevados ante la Justicia. Una segunda cuestión es la del desarrollo de la economía. El país se enfrenta a grandes desafíos en los próximos meses y el Gobierno de transición tiene tan solo un mandato limitado. Por tanto, considero muy importante que los políticos dialoguen sobre cómo puede mantenerse la estabilidad económica.
—¿Se ha reunido con la presidenta transitoria Jeanine Áñez, tiene planificado hacerlo? ¿Qué expectativas tiene Alemania para el Gobierno de transición?
—Hasta ahora he mantenido contactos con algunos ministros y, sin duda, me reuniré con la presidenta Áñez en un futuro inmediato. Alemania acoge con satisfacción y apoya el diálogo con el objetivo de garantizar unas elecciones libres y justas y de lograr la pacificación del país. También valoro positivamente la voluntad del Gobierno de colaborar más estrechamente con entes internacionales, como los órganos de derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) o de la OEA. Debe hacerse todo lo necesario para garantizar, tanto la protección de los derechos humanos según estándares internacionales como la ejecución de los procesos judiciales. No debe haber impunidad, pero tampoco revanchismo, y estaremos muy atentos a esta cuestión. Y en mi opinión, los representantes del MAS también han desempeñado un papel constructivo y responsable en el proceso de diálogo.
—¿Cuál es la posición de Alemania, además qué camino tomará, tras la anulación del decreto que daba pie a la sociedad mixta, entre Bolivia y ACI Systems, para la fabricación y comercialización de baterías de litio en y desde Potosí?
—Se trata de un proyecto a gran escala, en el que las empresas involucradas llevan ya tres años trabajando, con apoyo de ambos gobiernos. Alemania sigue convencida de las ventajas del proyecto para ambas partes. En las conversaciones que he mantenido, me he llevado la impresión de que por parte boliviana, tanto a nivel del Gobierno como de Potosí, continúa existiendo un interés en el proyecto. La anulación del decreto se debió a la coyuntura de crisis interna del país, y, sin duda, habrá de encontrarse un nuevo equilibrio de intereses entre el Gobierno y Potosí. Esperamos que el nuevo Gobierno electo trabaje en este sentido y que, mientras tanto, el Gobierno de transición tome medidas que garanticen que el proyecto, para el que existen acuerdos vinculantes, no se detenga.
—¿Qué hay de las otras inversiones alemanas en Bolivia?
— El proyecto del litio es un proyecto de referencia en el marco de nuestra cooperación, y no voy a ocultar el hecho de que la forma en que se manejó no solo ha irritado a los actores implicados y al Gobierno alemán, sino que también ha tenido un efecto disuasorio en futuros inversores, no solo alemanes. Ello, añadido a la incertidumbre política actual, conduce a un escenario desalentador para nuevas inversiones. Como sabemos, la confianza es el elemento más importante a la hora de tomar decisiones sobre inversiones a largo plazo; la confianza se pierde con mucha rapidez y cuesta mucho volver a recuperarla. Espero que Bolivia vuelva a ser un socio confiable; el proyecto del litio será una piedra de toque fundamental en ese proceso.