El presidente mexicano aseguró que desde que se puso en marcha esta medida el robo de pipas diarias ha ido a la baja; indicó que se trabaja en el transportar combustible y no afectar el abasto.
A partir de que en diciembre el Gobierno federal inició su plan para hacer frente al robo de combustible, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que este ilícito ha ido a la baja y ha provocado un ahorro de 2 mil 500 millones de pesos (US$128,9 millones).
En conferencia, el mandatario destacó que antes de que iniciara este plan de seguridad y vigilancia en Petróleos Mexicanos (Pemex) se robaban, en promedio, 787 pipas de gasolina diario, y ahora sólo son 177; es decir, esto representó una disminución de 77,5%.
Explicó que si bien la medida ha provocado molestias en algunas personas se ha avanzado; sin embargo, aclaró que aún queda por hacer para erradicar este problema que afecta al país y que se analiza el modelo de distribución del combustible para garantizar su abasto.
“Todavía no echar campanas al vuelo, es arrancar de raíz un sistema corrupto desarrollado al amparo del poder público. Una vergüenza”, indicó.
De acuerdo con el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, el pasado 20 de diciembre el Gobierno federal intervino el sistema de monitoreo y control de la empresa para evitar el huachicoleo, lo que ha dado frutos.
Este lunes, López Obrador aseguró que no hay un desabasto de combustible, pues “hay suficiente”.
Explicó que los problemas que se registraron este fin de semana, y que presenció en Reynosa, Tamaulipas, tienen que ver con cambios a las rutas de distribución para evitar el robo de combustible.
Además, aclaró que poco a poco se regulará la distribución del combustible por medio de otras rutas de abastecimiento y con la presencia de cuatro mil elementos de las Fuerzas Armadas en las instalaciones de Pemex.