El presupuesto para una obra de la escala planteada -fijado en US$8.000 millones- es de al menos US$12.000 millones, estima Citibanamex; Barclays descarta impacto inmediato en la calificación de la nota soberana de México.
Construir la refinería Dos Bocas como ordenó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para producir 400.000 barriles diarios procesando crudo pesado, demandará una inversión de US$12.000 millones, esto es mucho más de los US$8.000 millones planeados por el mandatario, proyectaron estrategas de Citibanamex.
De acuerdo con la experiencia internacional, llevar a cabo un proyecto de esta naturaleza les tomará ocho años, y no tres, como ha puesto por requisito el mandatario, consignaron.
En un análisis desarrollado por el área de investigación económica del banco global, explican que la declaración de que ninguna de las cuatro empresas invitadas a la licitación, cumplía con los términos de la convocatoria en tiempo (tres años) y costo (hasta US$8.000 millones “confirma que han sido equivocados los estimados de tiempo y costo por parte del gobierno”.
A la vez que “distraerán la atención de Pemex para la construcción, sobre todo dado los graves problemas que debe atender”.
Con estas estimaciones, se suma Citibanamex a las proyecciones de otros analistas, como los de la calificadora Moody’s, y el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) que, desde septiembre y marzo, tomaron también la experiencia internacional para advertir que una refinería cuesta el doble de los US$8.000 millones que de inicio planea el mandatario mexicano para la construcción. La calificadora, tomó por ejemplo el caso de Ecuador, que le ha tomado más de 10 años construir una refinería, y no ha podido aún terminarla.
Panorama negativo. Desde Wall Street, la consultoría de negocios Eurasia Group destacó que la orden presidencial de dejar la construcción de la refinería Dos Bocas, en manos de Pemex y la Secretaria de Energía (Sener) mantiene supuestos “poco realistas”.
En un análisis dirigido por Carlos Petersen, director gerente para América Latina, Argentina y México, estrategas del grupo advierten que, tras la orden presidencial de construir la refinería con sus propios medios, el panorama de inversión para México se mantiene negativo para el corto y largo plazo.
Estiman que la responsabilidad de la construcción en manos de la petrolera y de la SENER, tendrá impacto negativo en el equilibrio fiscal del gobierno, lo que impondrá costos y retrasos en el cumplimiento de metas fiscales.
Y temen que dado el compromiso del gobierno en mantener finanzas públicas sanas, el mandatario presionará por más austeridad que sin duda impactará en el crecimiento de la economía.
Calificación en riesgo... para el mediano plazo. Bancos de inversión como Barclays, consideran que este mandato presidencial no tendrá impacto de corto plazo en la calificación soberana de México, ni en la de Pemex, que se encuentran en perspectiva negativa.
Y solo una de las tres más importantes calificadoras ha emitido un comentario claro sobre la decisión de Andrés Manuel López Obrador. Se trata de Moody´s, que el mismo día del anuncio de la construcción, advirtió que el cumplimiento de la orden presidencial eleva el riesgo de sobregiros de costos y retrasos que presionarán aún más las finanzas de Pemex y del gobierno federal.
Ese mismo día mientras el presidente de México informaba que serán Pemex y Senerresponsables de construir en tres años la refinería Dos Bocas, en su natal Tabasco, analistas de Standard & Poor’s daban un diagnóstico sobre las economías de América Latina. Joydeep Mukherji, líder para México, dijo que “la nueva administración es mucho más cercana a Pemex y mantiene una estrategia de darle más dinero del presupuesto, y cambiarle el régimen fiscal para darle un respiro financiero, el vínculo crediticio con el soberano, es mayor.
Aquí en México, la directora de Análisis Económico del Banco Base, Gabriela Siller, explica que la orden presidencial respecto a la refinería alimenta el nerviosismo del mercado con respecto a la toma de decisiones del nuevo gobierno. Y en consecuencia los riesgos se elevan al alza para la inflación y a la baja para el crecimiento económico, lo que seguirá generando volatilidad en el mercado cambiario durante los próximos días.
Fitch, sin analista para México. Aun reconociendo que el gobierno hace lo que puede para ayudar a la petrolera, Joydeep Mukherji, de S&P, consideró que la administración está imponiendo fuerte presión al soberano. “Y la decisión de cambiar a negativo la perspectiva también del soberano incluye esta percepción de mayor apoyo a Pemex”.
Estas observaciones son válidas en el contexto del anuncio presidencial de mantener la construcción de la refinería bajo la responsabilidad de Pemex y Sener, aseguraron al ser consultados.
En Fitch declinaron hacer comentarios, pues el equipo de analistas para México se ha quedado sin líder, pues Shelly Shetty, quien por años tuvo esta responsabilidad, fue removida a otro encargo.
A la vez, Carlos Elizondo, quien era consejero profesional de Pemex, dio a conocer que renunció el 30 de abril a dicho cargo porque su visión “es distinta de la del nuevo gobierno“.
A través de su cuenta de Twitter, Elizondo, quien fue ratificado por el Senado como consejero independiente de la empresa productiva del Estado en septiembre del 2014, señaló que Petróleos Mexicanos “no debe invertir más en activos industriales”.
“Por eso voté contra la compra de Fertinal en la pasada administración. Es difícil ganar dinero en inversiones industriales si no se tienen mejores capacidades gerenciales, mejores trabajadores y flexibilidad en el contrato laboral”, explicó.
Nuevo sindicato apoya refinería. Las calificadoras de riesgo deben ser “responsables y serias” al evaluar a Petróleos Mexicanos (Pemex), consideró la secretaria de Energía, Rocío Nahle, luego de que varias agencias han destacado que es la petrolera más endeudada del mundo y han advertido que podría perder su grado de inversión debido a su persistente flujo de caja negativo y la necesidad de ingentes inversiones en exploración y producción para reponer sus declinantes reservas.
La secretaria de Energía dijo a Reuters el viernes pasado estar en desacuerdo con las críticas de algunas calificadoras al plan para destinar hasta 8,000 millones de dólares en la construcción de una refinería de Pemex, en vez de invertir en áreas clave y en rehabilitar las otras deterioradas seis refinerías.
“Las calificadoras no pueden bajar o subir (la nota) de acuerdo a intereses políticos. Las calificadoras deben ser muy responsables y serias, y nosotros apelamos a eso”, dijo en una entrevista telefónica.
“Si Pemex no estuviera cumpliendo sus pagos, no estuviera cumpliendo sus metas de inversión, si no se estuviera haciendo todo el esfuerzo que está haciendo el gobierno, tendrían razón, pero no tienen razón”, agregó Nahle.
Por su parte, el recientemente conformado Sindicato Petroleros de México manifestó su apoyo a la construcción de Pemex de la nueva refinería de Dos Bocas y confirmó en conferencia de prensa el sábado que ha alcanzado una membresía de 5,000 afiliados para competir contra el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana presidido por Carlos Romero Deschamps. (Con información de Karol García)