"Tienen que desaparecer, porque es ilógico que ese tipo de automóvil todavía ruede", dijo Aníbal Ibáñez, experto automotriz.
Los miles de autos antiguos que transitan hoy en día por las calles cubanas pueden tener sus días contados, ante la normalización de relaciones entre la isla y Estados Unidos, afirmó el propietario de un taller mecánico, Aníbal Ibáñez.
"Tienen que desaparecer, porque es ilógico que ese tipo de automóvil todavía ruede", dijo el mecánico a Xinhua en la ciudad de La Habana.
Indicó que a su edad y frente a las situaciones que se avecinan, lo mejor es entregar los autos viejos al Estado para que los haga "chatarra" y la venda.
"Para mi sería la solución más lógica, para no seguir arrastrando esa cantidad de carros viejos", expresó Ibáñez.
Nadie es capaz de precisar cuántos miles de autos antiguos ruedan por las calles de Cuba, donde lo mismo en el extremo oriental que en la parte oeste de la isla todavía están en uso modelos con más de 60 años de vida.
Las cifras varían desde 60.000 hasta 75.000, aunque lo único cierto es que en la isla conviven tres generaciones de automóviles: desde los estadounidenses de los años 40 y 50 del siglo pasado, una flotilla de autos soviéticos Lada y Moskvich, hasta las más modernas marcas.
Desde que Washington decretó el bloqueo contra Cuba en febrero de 1962, a la isla no pueden entrar nuevos vehículos provenientes de Estados Unidos.
Ambos países, separados por medio siglo de hostilidad, anunciaron el 17 de diciembre del año pasado el restablecimiento de relaciones bilaterales, por lo que algunos piensan que dichos vehículos desaparecerán del paisaje urbano.
Los cubanos han logrado mantener esos viejos autos con piezas que fueron ideadas para otras máquinas o concebidas para otros usos.
Parece que tienen sus días contados los "almendrones", como se conoce a los autos viejos, en aparente alusión a que muchos tienen la forma de almendra.
Algunos cubanos piensan que esos autos pudieran venderse, aunque tampoco parece que tendrán mucha salida en el mercado tras la normalización de relaciones con Estados Unidos.
Otros opinaron que si eso sucede, los potenciales compradores serán coleccionistas y personas interesadas en conservar un pedazo de la historia de la isla.
Aunque estos autos antiguos pueden parecer auténticos a primera vista, un examen más detallado revela drásticas modificaciones que pueden incluir hasta el cambio del motor de gasolina por uno más moderno a diésel.
"Como no había piezas originales, hemos tenido que inventar", indicó Ibáñez.
Lo cierto es que los "almendrones" han ayudado a resolver el acucioso problema del transporte en ciudades como La Habana, donde viven más de dos millones de personas y el servicio público no puede asumir con eficiencia la alta demanda de pasajeros.
Poseer esos autos, también representa un orgullo para muchas personas del llamado Club de Autos Clásicos, quienes se reúnen un fin de semana de cada mes y realizan exhibiciones públicas de automóviles muy bien conservados.
En esas exhibiciones se puede ver un Mercury Monterey, un Ford Crown Victoria 1955, ejemplares de Chevrolet Impala, Corvette, un Cadillac El Dorado y hasta un Messerschmitt de origen alemán.
En la zona colonial de La Habana también se encuentra el Museo del Automóvil, que tiene un patrimonio superior a los 30 vehículos fabricados entre 1905 y 1989.