El coordinador general de la Unidad Técnica de Ferrocarriles, dependiente del ministerio boliviano de Obras Públicas, Ariel Torrico, ese evento se centrará en específico en la mejora de controles de aduana y migración, en especial en el caso de documentos que serán necesarios para el paso del tren bioceánico de Bolivia a Brasil.
Cochabamba.- Las autoridades de Bolivia y Brasil que están a cargo del proyecto del 'Corredor bioceánico ferroviario de integración' se reunirán el 23 de agosto en la ciudad de Campo Grande, para tratar el tema referido al paso de fronteras, informó el martes el coordinador general de la Unidad Técnica de Ferrocarriles, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, Ariel Torrico.
"Se está coordinando una reunión binacional entre Bolivia y Brasil con las diferentes áreas necesarias para poder coordinar el tema de paso de fronteras en lo que es el tren bioceánico (...), será el 23 de agosto en Campo Grande", informó a la ABI.
Según Torrico, ese evento se centrará en específico en la mejora de controles de aduana y migración, en especial en el caso de documentos que serán necesarios para el paso del tren bioceánico de Bolivia a Brasil.
Agregó que en la reunión se considerará que las autoridades brasileñas están interesadas en crear un 'hub' de comercio en la zona de Campo Grande, para recibir carga boliviana por vía férrea.
"Lo que nosotros estamos haciendo es la exportación de urea que ha generado un gran comercio, un gran movimiento vehicular de camiones en el sector, que de cierta manera está deteriorando las carreteras tanto en el tramo boliviano, como en el tramo brasileño y la intención es que ya pasen los trenes de la urea ya hacia Brasil de manera directa", aseguró.
Torrico anunció que la delegación boliviana estará conformada por el ministro de Obras Públicas, Oscar Coca, además de autoridades de los rubros de migración, aduana, hidrocarburos y energía.
Según datos oficiales, el proyecto del tren bioceánico, que prevé una inversión de al menos US$10.000 millones, tiene hasta la fecha cuatro estudios de preinversión elaborados por Bolivia y uno por Perú.
El financiamiento está prácticamente asegurado por un consorcio privado suizo-alemán, además de una serie de países europeos que plantearon ser socios, entre ellos, Rusia, España e Italia.