Sierra Gorda es un poblado que está a unos 1.400 kilómetros al norte de Santiago y en medio de Atacama, el punto absoluto del desierto más árido del mundo, donde la radiación directa es de 3.500 kilowatts por hora, por metro cuadrado.
Sierra Gorda, Chile. En Sierra Gorda, en el desierto chileno de Atacama, donde está el nivel más alto de radiación solar en la Tierra, se construye el complejo solar Cerro Dominador, la primera planta termosolar de América Latina que producirá energía las 24 horas del día.
Sierra Gorda es un poblado que está a unos 1.400 kilómetros al norte de Santiago y en medio de Atacama, el punto absoluto del desierto más árido del mundo, donde la radiación directa es de 3.500 kilowatts por hora, por metro cuadrado.
Desde el cielo, Cerro Dominador parece una nave espacial, y en la tierra, un descampado con miles de pequeñas torres con una que domina sobre el resto, porque en las 700 hectáreas se instalarán 10.600 heliostatos, es decir, conjuntos de espejos, y una gran torre de 250 metros.
En la planta termosolar, la energía solar se reflejará por miles de heliostatos hacia la parte superior de una torre, donde se calentarán sales que se encuentran en estado líquido. Las sales calientes de la gran torre ayudarán a generar vapor, que, en contacto con una turbina de generación eléctrica, producirá la energía final.
Fernando González, ejecutivo de Cerro Dominador, explicó a Xinhua que este proyecto es una combinación de dos plantas, una fotovoltaica de 100 megavatios (MW) y una de concentración solar de 120 MW.
Esta última planta, que cuenta con una capacidad de almacenamiento de 17,5 horas, garantizará una producción continua las 24 horas del día, los 365 días del año, siendo la primera planta de energía renovable que producirá energía de base en Chile.
"La diferencia es que la fotovoltaica convierte los rayos de luz en electricidad, en el panel, y la termosolar lo que hace es que tiene espejos que concentran la luz en un lugar para calentar una sales", detalló González.
La energía eléctrica se inyectará al Sistema Eléctrico Nacional de Chile y aportará 110 MW en 2020, cuando comience la producción de energía.
González comentó que esta zona en el norte de Chile, en el punto absoluto del desierto, es uno de los mejores lugares del mundo para la energía solar porque no hay vegetación, animales, ni gente, por lo que "trabajar con este tipo de plantas, el impacto es nulo. Es muy favorable". "Este es el desierto más árido del mundo, un lugar muy duro, pero creo que ser parte de este proyecto, ser parte de la historia, ser parte de la primera planta termosolar de América Latina, nos llena a todos los que trabajamos en eso de orgullo", expresó.
Por su parte, el gerente de Seguridad del proyecto, Andrés Rodrigo, dijo que cada heliostato pesa 1,8 toneladas y concentrará la radiación solar hacia el receptor solar, ubicado en la parte superior de una torre de 250 metros de altura.
Esta torre de hormigón será la segunda construcción más alta de Chile, luego del Costanera Center de Santiago, que mide 300 metros de altura, uno de los rascacielos más elevados de América Latina.
La violencia con la que impactan los rayos ultravioleta en esta zona del planeta obliga a los trabajadores a utilizar las máximas medidas de seguridad al instalar los heliostatos, entre 20 y 30 por día.
La disposición de la planta es concéntrica, con la gran torre al centro rodeada por los miles de heliostatos. La construcción emula la forma de plantas como el girasol, que maximiza la captación de luz, sin interferencia, gracias a su distribución concéntrica.
Rodrigo complementó que la diferencia que tiene esta planta respecto a otras termosolares es que cuenta con almacenamiento de sales, lo que permitirá producir energía durante las noches. "Es un proyecto muy importante para Chile, la primera planta de esta tecnología que se hace en Sudamérica y la tecnología utilizada es una de las más avanzadas", recalcó.
Esta es la cuarta planta de este tipo del mundo y se sumará a las que están en Estados Unidos, España y Marruecos.