El proyecto hidroeléctrico denominado Santiago, ubicado en la Amazonía del país, tendrá una capacidad instalada de 2.400 megavatios (MW) y contará con ocho unidades de generación. La construcción demorará seis años.
El gobierno de Ecuador dijo este viernes que trabaja en el proceso para concesionar al sector privado la construcción, financiamiento y operación de una central hidroeléctrica de unos US$ 3.000 millones, que sería la más grande de la nación sudamericana.
El proyecto hidroeléctrico denominado Santiago, ubicado en la Amazonía del país, tendrá una capacidad instalada de 2.400 megavatios (MW) y contará con ocho unidades de generación, cuya construcción demorará seis años, según los estudios técnicos, dijo la estatal Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC).
"La concesión comprenderá el financiamiento, diseño, construcción, implementación, administración, operación y mantenimiento por un plazo de 30 años de la que será la central hidroeléctrica más grande en la historia del país", añadió la entidad en un comunicado.
"Su construcción requerirá una inversión privada de US$ 3.000 millones", dijo.
CELEC explicó además que el primer paso será contratar a una firma especializada que ayudará a estructurar el proceso de concesión del proyecto hidroeléctrico, que en un plazo de 18 meses tendrá que realizar una convocatoria oficial a la licitación.
El proyecto Santiago no ha podido construirse en varios años por la falta de financiamiento estatal. Su capacidad instalada permitirá aumentar las exportaciones de energía del país andino hacia Colombia y Perú.
El presidente Guillermo Lasso, un exbanquero conservador, busca revivir la economía golpeada por los efectos de la pandemia del coronavirus a través de una mayor inversión extranjera en sectores como energía, electricidad y minería.
Coca Codo Sinclair, que tiene una capacidad instalada de 1.500 MW, es actualmente la central hidroeléctrica más grande de Ecuador, pero fallas técnicas han impedido su normal operación. Su sistema de captación está siendo amenazado por una erosión regresiva en el río Coca en la región amazónica, que también ha afectado a los dos oleoductos del país.