México generalmente compra unos US$1.000 millones en coberturas petroleras para proteger sus ingresos por ventas de crudo contra las fluctuaciones de precios del año siguiente.
Nueva York.- La transacción financiera petrolera más grande y secreta del mundo enfrenta obstáculos inusuales este año.
México generalmente compra unos US$1.000 millones en coberturas petroleras para proteger sus ingresos por ventas de crudo contra las fluctuaciones de precios del año siguiente. Es el acuerdo de cobertura más esperado en los mercados petroleros y puede mejorar o arruinar la cartera de negocios de un banco de inversión.
Pero el nuevo gobierno ha sido más lento en comenzar a tantear el interés de bancos y empresas petroleras para lo que sería su primera ronda de cobertura ante la volatilidad de los precios del petróleo, tensiones comerciales y nuevas reglas para el uso de combustibles marítimos, dijeron siete fuentes de la industria financiera a Reuters.
A principios de mayo, México suele estar al menos sondeando el interés de la banca en un intento discreto por asegurar los mejores precios posibles mediante el uso de instrumentos financieros como las opciones, que le dan al tenedor el derecho de obtener un precio determinado por su petróleo como medida de protección contra una eventual caída en su valor de mercado.
Este año, hasta el momento, la secretaría de Hacienda ha estado mayormente ausente de los mercados donde se negocian esas opciones, según fuentes de bancos, corredurías y firmas comerciales.
México utiliza estas coberturas para proteger sus ingresos petroleros, que son una fuente importante del presupuesto nacional. Según datos públicos, los grandes desembolsos recibidos a través de este mecanismo en 2009, 2015 y 2016 han sido suficientes para cubrir el costo de las coberturas durante más de una década y media, lo cual el gobierno considera un éxito.
El país cubrió sus ventas de 2019 a un promedio de US%55 por barril, gastando US$1.230 millones en opciones para protegerse si los precios cayeran por debajo de ese nivel. La petrolera estatal Pemex también cubre por separado sus propias ventas, reanudando la práctica en 2017 por primera vez en 11 años.
México ha estado lidiando con la alta volatilidad de los precios del crudo desde el año pasado. Su variedad insigne de exportación, el crudo pesado Maya, se ha comercializado inusualmente por encima del crudo estadounidense durante los últimos ocho meses.
Aunque eso ha representado mayores ingresos, también ha dificultado los cálculos necesarios para la cobertura, creando obstáculos para que las partes puedan acordar un precio razonable para el 2020. México busca protegerse al nivel de precios más alto posible, lo que conlleva riesgos para los bancos.
Las fuentes agregaron que las disputas comerciales entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y países como México y China también han agregado complejidad al proceso, haciendo las coberturas más riesgosas y difíciles de ejecutar.
Los futuros del crudo estadounidense se desplomaron casi un 45% a fines del año pasado tras la emisión de exenciones por parte de Estados Unidos para la compra de petróleo iraní después de que Washington impuso sanciones a ese país. Luego, los precios subieron cerca de un 56% antes de cambiar su tendencia a fines de abril y caer un 18%.
La alta volatilidad del mercado convierte la negociación de coberturas en una apuesta tanto para el gobierno mexicano como para los bancos y compañías petroleras que están del otro lado de la mesa.
El precio del crudo Maya se ha fortalecido en medio de una escasez mundial de crudo pesado tras las sanciones a Venezuela e Irán, así como cuellos de botella para transportar petróleo desde Canadá. Los choques de la administración de Trump con México podrían acentuar aun más la falta de crudo pesado si llegaran a imponerse aranceles este mes.
La secretaría de Hacienda de México no respondió de inmediato a preguntas de Reuters.
Negocio riesgoso. Normas más estrictas, incluida una prohibición casi total a las operaciones con recursos propios para la banca estadounidense, han reducido el apetito por el riesgo para negociar acuerdos como las coberturas petroleras que la secretaría de Hacienda busca amarrar, según las fuentes.
El año pasado, al menos dos empresas que ejecutaron la cobertura para México fueron sorprendidas por la baja inesperada de los precios del petróleo en el cuarto trimestre, dijeron tres fuentes familiarizadas con los flujos del dinero.
Normalmente, las compañías se protegen a sí mismas al negociar opciones mediante la compra de sus propios instrumentos. Con ello buscan mitigar el riesgo que involucran estas operaciones.
"Las coberturas petroleras para (crudo) Maya casi los hicieron estallar", dijo una fuente bancaria sobre las firmas que ejecutaron las operaciones.
También están afectando a las negociaciones los nuevos estándares para productos refinados más limpios por parte de la Organización Marítima Internacional (OMI), que a partir de 2020 requerirán que los buques se surtan de combustibles con menor contenido de azufre.
El combustible de alto azufre tradicionalmente ha integrado la cesta de exportación petrolera de México, pero corredores y comerciantes han pedido al país que reemplace el tipo de combustible pesado que ha estado utilizando para calcular la fórmula de la cobertura, dijeron las fuentes.