Se mantendrán con el estandarte de Pemex y con los mismos precios de aquí a 2016, aunque esperan crear sus propias franquicias e incluso cambiar de bandera si otro proveedor ofrece mejores condiciones de precios y margen de ganancia.
Ciudad de México. Los empresarios gasolineros que forman parte de la franquicia de Petróleos Mexicanos (Pemex) buscarán agruparse para negociar a escala, rumbo a la apertura total del sector planteada en la reforma energética, para el año 2018.
Se mantendrán con la bandera de Pemex y los mismos precios por lo menos en 2015 y el 2016, pero esperan crear sus propias franquicias e incluso cambiar de bandera si otro proveedor les ofrece mejores condiciones de precios y margen de ganancia.
A las 20 agrupaciones de gasolineros que existen hoy día, se añadirán otras en las distintas regiones del país. Una de estas organizaciones de reciente creación es el grupo Car-go, integrado por 150 pequeñas y medianas estaciones de servicio de Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, Puebla y el Valle de México, quienes esperan llegar al 2018 con 400 afiliados e iniciaron actividades en diciembre, con una inversión de unos US$343 mil para la modernización y homologación del servicio en sus establecimientos, en busca de ofrecer otros servicios y productos en sus establecimientos e incluso crear su propia franquicia para el centro del país.
Fernando González Piña, director de la agrupación, aseguró que -dado el esquema de proveedor único existente- el esquema de tarifas máximas, que a partir de enero del próximo año se ajustará a la inflación, no impulsará menores precios para los consumidores por lo menos hasta el 2017, por lo que se mantendrá un precio similar en toda la República, a pesar de que mediante la eficiencia ya sería posible reducir los precios desde el 1 de enero del próximo año.
Sin embargo, con la libre importación y los distintos ajustes que vayan realizando los franquiciatarios, desde el 2017 comenzarán a diferenciar los precios por regiones, ya que -por ejemplo, en la frontera- habrá mayores posibilidades de importación y reducción de costos por automatización de los equipos, lo que implica que habrá menos despachadores emulando el modelo estadounidense.
En tanto, los puertos y terminales de abasto también contarán con mejores condiciones dados los menores costos de transporte, mientras que el centro y sureste del país seguirán con los mayores precios de la gasolina en el país.