La rápida reorganización de la filial de PDVSA marcó una crucial victoria temprana para la oposición liderada por Juan Guaidó, en el medio de dificultades para avanzar en su estrategia de presionar por la salida de Maduro del poder.
Asdrúbal Chávez, presidente de la refinadora Citgo Petroleum basada en Houston, abordó un avión corporativo de la filial de Petróleos de Venezuela el 30 de enero tras una reunión con altos funcionarios del acorralado Gobierno del mandatario socialista Nicolás Maduro sobre las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Al aterrizar en las Bahamas -desde donde Chávez ha trabajado por alrededor de un año tras serle negada una petición de visa estadounidense-, recibió una notificación desde Houston de que ese sería su último viaje en los aviones de la empresa y que su cuenta de correo electrónico había sido cerrada.
El control rutinario de la subsidiaria había pasado a manos de un alto ejecutivo de Citgo, Rick Esser, quien con el respaldo de la ascendente oposición venezolana y el gobierno de Estados Unidos comenzaría a preparar el camino para una nueva junta directiva antimadurista.
Esser supervisó los movimientos para aislar a Chávez, primo del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, y pronto comenzaría a remover de la compañía a otros altos directivos promovidos por el gobierno de Maduro.
La rápida reorganización de la codiciada filial de PDVSA marcó una crucial victoria temprana para la oposición liderada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, en el medio de dificultades para avanzar en su estrategia de presionar por la salida de Maduro del poder y bloquearle el acceso a los recursos petroleros del país.
El recuento del cambio de mando en Citgo está basado en entrevistas hechas por Reuters a más de una docena de ejecutivos actuales y retirados de PDVSA y Citgo y a asesores estadounidenses y latinoamericanos.
Guaidó se juramentó como presidente interino de Venezuela el 23 de enero, después de que Maduro asumiera un segundo mandato presidencial tras unas elecciones calificadas de fraudulentas por buena parte de la comunidad internacional.
Mientras Guaidó intenta conformar un gobierno de transición apoyado por Estados Unidos y otros países, Maduro sigue en control de las Fuerzas Armadas y las principales instituciones del Estado, lo que convierte a Citgo en el primer activo de la nación en la mira de la oposición.
La batalla por Citgo podría ser crucial en el esfuerzo por expulsar a Maduro al proveer una fuente clave de ingresos para un futuro gobierno.
Con más de US$23.000 millones en ventas anuales y operaciones que cubren el 4% de los combustibles que se consumen en Estados Unidos, Citgo se perfila como el último activo financieramente saludable que posee PDVSA.
A medida que la producción petrolera venezolana cae como consecuencia de la pesada deuda de PDVSA, falta de inversión, incapacidad gerencial y presión política atizada por sanciones desde 2017, la ubicación de Citgo y la independencia financiera que ha ganado en años recientes la han blindado de los problemas que asedian a su casa matriz.
Al cierre de septiembre, Citgo registró una ganancia neta de unos US$500 millones, según un acreedor con acceso a sus balances financieros, que no son públicos. Para ese momento, la filial también tenía US$500 millones en efectivo y una línea de crédito disponible por US$900 millones.
Puertas adentro en Citgo, empleados temerosos de trabajar bajo el control de una administración socialista acusada de crímenes graves, esperaron ansiosos el nombramiento oficial de una nueva junta directiva integrada por miembros elegidos por el congreso controlado por la oposición.
La junta entrante tuvo su primera reunión el jueves en Houston y nombró ejecutivos para reemplazar a varios empleados removidos, según dos fuentes de la empresa. Citgo no ha revelado su nueva composición.
"No estamos esperando ninguna resistencia" a la nueva junta, dijo una ejecutiva antes de la llegada de los miembros nombrados por el congreso. "Por el contrario, estamos esperando instrucciones para tender la alfombra roja".
Portavoces de Citgo, Esser y PDVSA no respondieron a solicitudes de comentarios.