El EZLN, un movimiento indigenista de corte socialista activo en la selva de Chiapas, se pronunció en contra del "Tren Maya", por considerar que traerá consigo la destrucción de la naturaleza y de los pueblos originarios.
Ciudad de México.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este jueves que la construcción de una de las obras insignia de su gobierno "no afectará a nadie", luego de que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se opusiera abiertamente al tren que atravesará sus territorios en el sur del país.
El EZLN, un movimiento indigenista de corte socialista activo en la selva de Chiapas, se pronunció en contra del "Tren Maya", por considerar que traerá consigo la destrucción de la naturaleza y de los pueblos originarios.
"No vamos a afectar a nadie, menos a las comunidades indígenas", dijo el mandatario durante su habitual rueda de prensa matutina. "Es mucha propaganda, es mucha carga ideológica, pero nosotros no somos así. No le vamos a quitar la tierra a nadie, al contrario, estamos ayudando".
El EZLN se levantó en armas el 1 de enero de 1994 reclamando la propiedad sobre las tierras arrebatadas a los indígenas, un mejor reparto de la riqueza y la participación de todas las etnias en la organización del país.
En 2006 depuso las armas y se constituyó en una organización política. Actualmente tiene decenas de miles de militantes y controla algunos municipios en Chiapas.
"Con el megaproyecto la bestia se zampa de un bocado pueblos enteros, montañas y valles, ríos y lagunas, hombres, mujeres, niños y niñas", dijo el subcomandante Moisés, portavoz del EZLN.
"Cree el capataz que la madre tierra le da permiso para matarla y hacer un tren", agregó. "Hace así porque desprecia a los pueblos originarios y porque desprecia a la madre tierra (pero) la defenderemos hasta morir si es preciso".
El "Tren Maya" es uno de los proyectos más importantes de la administración encabezada por AMLO y busca comunicar la zona arqueológica de Palenque (en Chiapas) con la turística Riviera Maya, bañada por el mar Caribe.
Ambientalistas han alzado su voz de protesta contra la construcción ya que aseguran puede causar un fuerte daño ecológico. A mediados de diciembre, el proyecto recibió el aval de varias comunidades que habitan la futura ruta, aunque activistas aseguran que la consulta estuvo plagada de irregularidades.